Prensa que regala, prensa regalada

Por ER JIMI

Aficionado a la txistorra de Arbizu

Un viejo aforismo de la Facultad señala que "no es bueno que los medios de comunicación se conviertan en los protagonistas de las noticias". Esto fue, precisamente, lo que ocurrió el otro día, cuando el diario El País dedicó una doble página al fenómeno de la Televisión Digital Terrestre, TDT, y viene a demostrar la absoluta desorientación que padece el sector de la prensa escrita en nuestro país, con este periódico en concreto a su cabeza.

Yo creo que frente a la irrupción de las Nuevas Tecnologías e Internet, la prensa de España ha renunciado definitivamente al camino que era más largo y más difícil pero que podía ofrecerle una alternativa "real" de futuro. Así, en vez de promocionar contenidos más elaborados, de calidad, que le hubieran dotado de cierta condición de "referencia" para el público en general ha asimilado dos estrategias claramente erróneas, según mi punto de vista. Una ha consistido en transfigurarse en una especie de tómbola de antaño donde hay que vender todo lo vendible (pucheros, mantas, bicicletas, ...) para consolidar las cifras de distribución. La segunda, adoptar una posición escandalosamente militante en uno u otro sentido destinada a generar una especie de identificación "chusca" entre el periódico y el lector al que se le hurtan, o al menos se le ningunean, todas aquellas claves que pudieran darle una "visión general" del mundo en el que vive.

Lógicamente, en ese contexto y ante la caída de la publicidad, lo primero que sobran son los periodistas por una sencilla razón: para lo que se ofrece al público no se necesita alguien preparado que "analice" y aporte "valor" a la información. Al contrario, el contenido lo puede hacer "cualquiera" porque la "obligación", esto es, "el contrato no escrito" adquirido por los medios y que consiste en INFORMAR a la sociedad queda relegado al final de la lista de prioridades que hoy manejan las empresas informativas de este país.

Frente a esa "visión" cortoplacista, el otro día nos reunimos en el Palacio de Congresos - Auditorio de Navarra, Baluarte, una cincuentena de profesionales en el #EatsandTwitts de Pamplona. Un grupo muy heterogéneo de gente, algunos podrían definirlos desde fuera como "freakis", pero que manejan un tipo de comunicación distinto y, al menos me pareció a mí, más ilusionante que el que reflejan algunas portadas de la prensa estos últimos días.

Pues bien. Las dos "ideas-fuerza" con las que me quedé del encuentro del lunes, y con las que me gustaría concluir esta entrada, fueron:

1. Las enormes ganas que tiene la gente que participa en este tipo de reuniones por aportar valor y conocimiento a la sociedad mediante un tipo de comunicación positiva que genere sinergias y, fundamental, sistemas de trabajo basados en la confianza mutua y el logro de un beneficio común (de todos y para todos).

2. La percepción de que estamos ante una tendencia todavía minoritaria en España, que presenta un campo de actuación enorme por delante y que, en el sistema de relación personal que los gestores de muchas organizaciones mantienen con sus proveedores, clientes o con la sociedad en general, debiera ser entendido como un complemento de esa actividad relacional pública, nunca como un sustituto.