La valla publicitaria más cara del mundo

Los del Diario de Noticias publicaban ayer un artículo de lo más cachondo, en el que venían a decir que lo de la sede de UPN en la calle Roncesvalles era contrario a la normativa que el Ayuntamiento de Pamplona va a sacar sobre hostelería. Vamos, que eso de publicidades discretas y que no estropeen el entorno se lo habían pasado por ese-lugar-que-está-usted-pensando en el caso del local regionalista. Para Eloy Rabo, hay que pensar en otras claves.

Por ELOY RABO

Analista con el nabo

Desde el cariño, chavales, porque me gusta cómo os estáis currando la actualité en los últimos tiempos, pero tengo que deciros que no. No, amigos del Noticias: lo de la sede UPN en la avenida Roncesvalles no se puede comparar con lo de que les den por el kakets a los hosteleros y les hagan quitar las sillas de Keler (de gracias nada, son diez mil). Que eso es una marcianada, una cabronada y una pijada, sí; pero no va por ahí. Si queréis darle en toda la boca al regionalismo jandemor, id a lo otro: al tema del pastizal que les cuesta, en tiempos de crisis, esto que han hecho. Y que han hecho, dicho sea de paso, con el único objetivo de saltarse la nueva Ley Electoral.

Porque lo mismo hay quien no se ha enterado todavía, pero la Ley Electoral ha cambiado. Y ahora resulta que, en precampaña, no se pueden comprar vallas publicitarias, ni espacios en tele, radio, prensa o internete. Tampoco se puede inaugurar nada desde el martes 29 de marzo y hasta pasadas las elecciones; por eso el otro día la Kutz y su descaro se fueron al hospital a inaugurar... ¡unas obras a medias! Pero, eso sí, se pueden seguir repartiendo mecheros (pa' fumar en los bares, no te jode), USB, folletos y esas cositas del merchandaisin. Y también se pueden tener carteles en tus sedes de partido, siempre que no pidas el voto. O sea, lo que se hacía antes.

Y ahí está la clave, en no poderse anunciar fuera de las sedes. Resulta que UPN ha alquilado una bajera en la avenida Roncesvalles, que fue inaugurada el 12 de marzo como una nueva sede, pero que según parece tiene licencia de actividad concedida hasta el 31 de mayo (o sea, 9 días después de las elecciones). ¿Una sede para un par de meses? No: es, simplemente, una manera de poder tener esos cartelones electorales enormes puestos en el centro de la ciudad. Es mi sede... y me la follo cuando quiero. Vaya pastizal se han debido de gastar en alquilar la valla publicitaria más cara del mundo, de nosecuantos metros cuadrados, en chaflán y en el centro de la capi. Impresionante despliegue en los tiempos que corren.

Dijeron que esa nueva sede era para acercarse a la ciudadanía, y nos lo tragamos. Dijeron que era para abrirse a la sociedad, y nos lo tragamos aunque esa "sede abierta" tuviera todas sus ventanas tapiadas por carteles electorales. El problema no es que nos consideren gilipollas; es que, a veces, lo somos.