Navarros en Red: "O conmigo, o contra mí"

Dice nuestra amiga Uxue que este texto le vino a la cabeza tras leer en Twitter una discusión mantenida entre nuestro perfil y otro usuario navarro que nos acusaba de hacer cosas que no hacemos. Lo cierto es que eso queda en una anécdota, puesto que para nuestra lectora esto es una dinámica más o menos habitual entre los twitteros navarros. Una tristeza, la que le produce el asunto, que queríamos compartir con el resto de nuestros seguidores.

Por @UXUEETXEBESTE

Twittera made in Navarra

Navarros somos pocos y mal avenidos, sobre todo en la Red. O eres de los nuestros o estás en nuestra contra. No puede uno ser navarro sin que lo encasillen en uno de los dos lados. El día a día radica en el pensamiento “difama que algo queda”. Atribuyen palabras y hechos a quien no procede. Y al final, aquí no ha pasado nada, pero siempre queda ese regustillo de duda flotando en la red que no se quita ni yendo misa de doce.

Vivo ejemplo de ello soy yo. Mi nombre y mis apellidos, indiscutiblemente vascos, me encasillan automáticamente. Los hay que no contestan a un twitt mío ni locos, porque les sangran los ojos sólo de leer mi innata vasquitud nominal. Seguro que soy malísima y radicalísima. Por la misma regla de tres, se me adhieren elementos que dan por sentado que soy lo que deducen porque sí. Esta semana, sin ir más lejos, uno de mis “seguidores” en Twitter escribía que borraría de su lista a todos los que no tuitearan al menos el 80% de ocasiones en euskera. Pues vale, que empiece a contar. Yo hablo cinco idiomas y, que recuerde, ayer escribí en cuatro de ellos. A cada cual con lo suyo, oiga.

¿Por qué? Porque hay que saber escuchar a todo el mundo. Después ya sacará cada uno sus propias conclusiones. Yo hablo con mucha gente y de muchos colores y no creo que nadie sepa a día de hoy cuál es mi ideología, porque cuando tengo que dar la razón la doy -a quien la tenga- y cuando tengo que discutir –que no es otra cosa que argumentar civilizadamente sobre un tema- discuto.

Lo que no tolero, de ninguna de las razones, es la intolerancia.