El pasado fin de semana, el aún presidente foral, Miguel Sanz, se refirió en tono desdeñoso a las redes sociales y a la presencia de los políticos y de los partidos en Internet. Para nuestro colaborador, fue un error que pudo dañar la estrategia de comunicación de UPN y que, en su opinión, coloca a Sanz como parte del pasado político de Navarra. Un problema si se le quiere dar protagonismo en la próxima campaña.
Por JAVIER DOMÍNGUEZ
Periodista y asesor de comunicación
En la jerga periodística, las “sanzadas” son esas perlas que el presidente foral, Miguel Sanz, suelta en toda comparecencia pública. Por un lado va el corte del informativo, y por otro la sanzada. Hay quien las colecciona, a modo de chirigota y curiosidad. En la radio, alcanzan rango de pseudogazapos, como aquella de que Navarra tenía encima “la espada de Demóstenes” del nacionalismo vasco. Tremendo, don Miguel.
Lo de esta semana ha sido superior. Y no me refiero a esas declaraciones sobre el gol de Gurpegi en el partido contra el Athletic, haciendo referencia a su procedencia navarra y a su disgusto porque marcara para el equipo bilbaíno. Esas declaraciones se desmontan casi solas, diciéndole a don Miguel que era una mera cuestión de probabilidades: resulta mucho más fácil que un navarro meta gol para el Athletic que el que un navarro meta gol para Osasuna.
Pero no. Lo que más me ha llamado la atención han sido las palabras de Sanz respecto a las nuevas tecnologías. En el día de UPN, se rió de Santiago Cervera (PP) por su presencia en Twitter, y dijo que las elecciones se ganan en los pueblos, no en las redes sociales. Qué cosas: era el mismo día en que UPN empezaba su campaña en la Red, con una página web específica. Y, mientras Sanz hablaba, muchos cargos del partido retuiteaban su discurso. También el canal oficial de UPN en Twitter, por supuesto. Y las fotos de la celebración se vieron más en Facebook que en la prensa y la televisión.
Fue una sanzada en toda regla, sí, pero que podría haberse evitado. Con un control de las palabras de Sanz por parte de los responsables de comunicación de UPN. Porque una cosa es que Sanz adopte el papel de “poli malo” respecto de las nuevas tecnologías, o muestre su escepticismo (ya serán otros los que se coloquen como irreductibles partidarios), y otra es que eche por tierra muchos esfuerzos. Como los de todo el equipo de campaña de su partido. Como los de José Iribas, cuya creciente actividad en Twitter me parece una clara señal de que será él quien encabece la lista al Ayuntamiento de Pamplona.
En la última edición del foro de políticas de comunicación Telepolitika, celebrada en Bilbao el pasado mes de noviembre, se habló mucho de Internet, de Facebook, de Twitter y de las redes sociales. Había quien tenía muy claro que las elecciones no se ganan ahí, pero incluso ésos sabían que es necesario estar en la Red. Y estar, además, con una imagen coherente con el resto de facetas públicas del candidato. Hubo un político que desdeñó, tan contundente como Sanz pero con menos alardes, el poder de hacerse presente en Internet. No diré quien era, ni tampoco desvelaré el nombre de la periodista que, a mi lado, dijo: “Pues vaya batacazo va a pegarse”. Bueno: en realidad, quiten "batacazo" y pongan una palabra más gruesa, que empieza por h.
Estoy de acuerdo con ella, y no estoy de acuerdo con Sanz. Sobre todo, porque el voto joven, muy importante en las próximas elecciones, es más fácil trabajárselo en Internet que en los pueblos, con los actos y mítines tradicionales. Las palabras de Miguel Sanz le colocan exactamente donde está dentro de la política navarra: en el pasado. El problema es que, en la próxima campaña, Sanz tendrá un papel muy relevante, según dijo la propia Yolanda Barcina en entrevista a este blog. Y ahí será donde UPN se genere un problema.
Lo de esta semana ha sido superior. Y no me refiero a esas declaraciones sobre el gol de Gurpegi en el partido contra el Athletic, haciendo referencia a su procedencia navarra y a su disgusto porque marcara para el equipo bilbaíno. Esas declaraciones se desmontan casi solas, diciéndole a don Miguel que era una mera cuestión de probabilidades: resulta mucho más fácil que un navarro meta gol para el Athletic que el que un navarro meta gol para Osasuna.
Pero no. Lo que más me ha llamado la atención han sido las palabras de Sanz respecto a las nuevas tecnologías. En el día de UPN, se rió de Santiago Cervera (PP) por su presencia en Twitter, y dijo que las elecciones se ganan en los pueblos, no en las redes sociales. Qué cosas: era el mismo día en que UPN empezaba su campaña en la Red, con una página web específica. Y, mientras Sanz hablaba, muchos cargos del partido retuiteaban su discurso. También el canal oficial de UPN en Twitter, por supuesto. Y las fotos de la celebración se vieron más en Facebook que en la prensa y la televisión.
Fue una sanzada en toda regla, sí, pero que podría haberse evitado. Con un control de las palabras de Sanz por parte de los responsables de comunicación de UPN. Porque una cosa es que Sanz adopte el papel de “poli malo” respecto de las nuevas tecnologías, o muestre su escepticismo (ya serán otros los que se coloquen como irreductibles partidarios), y otra es que eche por tierra muchos esfuerzos. Como los de todo el equipo de campaña de su partido. Como los de José Iribas, cuya creciente actividad en Twitter me parece una clara señal de que será él quien encabece la lista al Ayuntamiento de Pamplona.
En la última edición del foro de políticas de comunicación Telepolitika, celebrada en Bilbao el pasado mes de noviembre, se habló mucho de Internet, de Facebook, de Twitter y de las redes sociales. Había quien tenía muy claro que las elecciones no se ganan ahí, pero incluso ésos sabían que es necesario estar en la Red. Y estar, además, con una imagen coherente con el resto de facetas públicas del candidato. Hubo un político que desdeñó, tan contundente como Sanz pero con menos alardes, el poder de hacerse presente en Internet. No diré quien era, ni tampoco desvelaré el nombre de la periodista que, a mi lado, dijo: “Pues vaya batacazo va a pegarse”. Bueno: en realidad, quiten "batacazo" y pongan una palabra más gruesa, que empieza por h.
Estoy de acuerdo con ella, y no estoy de acuerdo con Sanz. Sobre todo, porque el voto joven, muy importante en las próximas elecciones, es más fácil trabajárselo en Internet que en los pueblos, con los actos y mítines tradicionales. Las palabras de Miguel Sanz le colocan exactamente donde está dentro de la política navarra: en el pasado. El problema es que, en la próxima campaña, Sanz tendrá un papel muy relevante, según dijo la propia Yolanda Barcina en entrevista a este blog. Y ahí será donde UPN se genere un problema.
2 comentarios: on "Twitter, Facebook y sanzadas"
Recuerdo una sanzada importante: en la apertura del curso de la UPNA citó a los reyes Temblados de Navarra (temblando se quedó el público).
Pues sí...
Licenciado en Humanidades, Doctor honoris causa...
Damocles, Demostenes, ¡que mas da!¡Total todos de Tauste!
Y si lo de los reyes Temblados es verdad me imagino que, los subsodichos, temblarian en sus tumbas.
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