El tramposo dialéctico de La Txistorra

"Os adjunto un artículo que trata de responder a otro de Eloy Rabo publicado recientemente en vuestra página en el que soy objeto de tergiversaciones y descalificaciones injustas. Espero de vuestra actuación democrática y partidaria de la libertad que me deis la oportunidad de defenderme de tan injusto ataque publicando también el mío". Así decía el email que recibimos de Paco Muñoz, criticado por Eloy Rabo la semana pasada. Paco Muñoz es uno de los más críticos con la huelga contra la Ley de Policías, o al menos con los métodos empleados hasta ahora.

Un artículo de PACO MUÑOZ
Miembro por UGT del Consejo de Dirección de
la Escuela de Seguridad de Navarra

Pues claro que no, yo no represento al colectivo ni lo pretendo. Yo he hecho unas reflexiones personales sobre el malestar en la policía y las aporto por si pudieran ser alguna utilidad. Eloy Rabo, a quien no conozco ni me pesa, que por lo visto no sabe de qué va este asunto y que no tiene argumentos contra los míos, arremete con descalificaciones con muy mala baba. Sin aceptar el debate, ni negar que exista un malestar en la policía, ni analizar sus causas, que es sobre lo que yo hablo en mi artículo, dice que se descojona y dice a sus lectores que “les va a ahorrar la diarrea mental de leérselo” y que él les va a decir que es lo que yo digo.

Continúa su escrito haciendo trampas, porque para combatirme mejor, él dice que yo digo unas cosas ajenas a mi pensamiento y mi expresión, y claro, así es muy fácil ganar el debate. Es como si yo me pusiera a decirles que Eloy Rabo ha hecho un alegato a favor de que los policías municipales debieran aumentar su prepotencia y su chulería, y yo, rebatiendo esa posición defendiera que Eloy es muy mala persona y que los policías deben ser gente servicial que ayude al ciudadano y defienda sus derechos y sus libertades. Argumentar así sería trampa y es lo que hace Eloy. Uno cuando escribe debe tener una honradez intelectual mínima que incluye el respeto a quien piensa diferente y a la verdad.

Yo no he dicho que los que protestan son batasunos (qué más quisiera el brazo político de ETA). Los que protestan son la mayoría de los policías municipales y forales, entre ellos yo mismo. Lo que digo es que hay policías que creyendo que el mantenimiento de la situación de malestar puede dar beneficio a su opción política se plantean mantener el problema y no solucionarlo.

En cuanto a policías dispuestos a pasar datos a los de la ferretería, todo el mundo sabe que hemos tenido casos. En la Policía Foral un agente fue condenado por etarra y el siniestro De Juana Chaos era ertzaina. Pero esos garbanzos negros no estropean la olla y los policías siguen siendo en general personas de fiar.

Finalmente, encuentra la piedra filosofal, dice que tirando de Google ha encontrado un video que es la prueba del nueve de lo malo que soy y que invalida cualquier cosa que pueda escribir para siempre jamás. El video en cuestión es un video manipulado en el que hay cortes y se duplica la secuencia de las collejas que parezca una acción más agresiva.

Mi actuación en ese caso fue una actuación correcta, acorde con la ética de un defensor de los Derechos Humanos. Todo ocurrió en el Día de San Fermín de 2009. Volvía la Corporación de la Catedral y un grupo de personas capitaneadas por un conocido dirigente de Batasuna trató de provocar un altercado en el Pocico de santa Cecilia. Yo iba de paisano detrás de la comitiva observando a los alumnos en prácticas. Al pasar yo, ese dirigente batasuno (somos viejos conocidos), me señaló con el dedo y gritó “¡fascista, ese es un fascista!”. Yo no puedo aceptar el insulto ni salir huyendo de un matón, así que me volví y diciéndole “fascista eres tú” le di dos collejas con el programa de san Fermín en la cabeza. Me siento satisfecho de mi actuación y me gustaría saber cuál hubiera sido la actuación ética de Eloy Rabo en una situación semejante. Tal vez él hubiera optado irse con el apellido entre las piernas. Yo soy de natural pacífico, pero el que me busca me encuentra.