¿A que adivino lo que pasa en Catalunya?

Los próximos días en Catalunya se prevén muy previsibles, valga la redundancia. Es lo que piensa Eloy Rabo, que les da una guía de cómo pueden desarrollarse los acontecimientos, qué es lo que dirán los principales partidos y qué será, a medio y largo plazo, de algunos de los actores de la campaña que terminó ayer. No: del resultado del Barça-Madrid, Rabo no dice nada. Acojonado.

Por ELOY RABO

Analista con el nabo

El problema de una noche electoral y de los días sucesivos es que lo que se dice es tan previsible como la programación de Telecinco, en la que sólo existe la duda de si habrá Gran Hermano o una de las ediciones de Sálvame. Los catalanes, por muy listos que sean, no suelen escaparse del guión previsto una vez se conocen los resultados de las urnas. Lo cual hace de estas jornadas algo tremendamente aburrido, qué quieren que les diga.

Las líneas van a ser las que siguen. CiU dirá que Catalunya ha decidido que pasa del tripartito, que apuesta por la estabilidad y que ellos son la estabilidad, en Catalunya y en España. Y que en España, se van a cagar los del Gobierno. Esto lo dirá fino, pero lo dirá. El PSC correrá a reflexionar, a refundarse o a repartir hostias de manera interna... pero todo empezará por "re-". Of course, Montilla coge la maleta y hace mutis por el foro. En ERC, dirán que no se ha entendido su propuesta de país, que ellos son buenos y que la sociedad no les comprende. El PP asegurará que ojito, que esto marca tendencias. Son la tercera fuerza, pero van a hablar como si fueran la primera. ICV dirá que ellos se han salvado de la quema y seguirán tan pichis, aunque tengan que recolocar a todos los amigos, compañeros y sobrinos que caigan de sus puestos oficiales de designación directa, y a más de uno se le atraganten el turrón y el cava. El único que se me escapa, por imprevisible, es Joan Laporta, que lo mismo anuncia el fichaje de Ibrahimovic para las municipales. Eso sí, pagando por encima de su precio de mercado.

Como todo esto es tan fácil de adivinar que me siento ridículamente común, me voy a mojar. Hagamos futurología, aunque sea en plan cachondo. Les invito a que imaginen conmigo que la campaña es una película americana, de las que terminan con unos títulos de crédito en los que se cuenta qué fue de los protagonistas. Así pues, piensen en las imágenes de los protagonistas de la política catalana y pónganles debajo estos rótulos...

Artur Mas: fue investido President de la Generalitat, pero su afán por hacerse famoso le llevó a presentarse en las primarias republicanas de Estados Unidos. Pese a sus cursillos de interpretación, fue derrotado por John McCain.

Josep Montilla: dimitió y se retiró a un pueblecito de la Meseta ibérica, desconocido totalmente. Recuperando su verdadero nombre, José Montilla, publicó sus memorias, tituladas Señor de rojo demasiado gris. La SGAE le demandó por plagio. Actualmente, no cobra su pensión, puesto que el sistema de pensiones se fue al garete.

Joan Puigcercós: tras dimitir en ERC, decidió nacionalizarse eritreo. Todo, antes de ser español. En una campaña presidencial en su nuevo país, una tribu de caníbales se lo zampó.

Josep Lluis Carod-Rovira: se metió a actor y protagonizó una reintepretación de Jesucristo Superstar. Aseguró que era su vocación desde que probó la corona de espinas.

Joan Laporta: estuvo una legislatura como diputado, y a la siguiente su partido desapareció. Actualmente sale en los programas de teletienda de las tres de la madrugada. Lo mismo te vende un robot de cocina que un crecepelo.

Alicia Sánchez-Camacho: sí, era la candidata del PP, pero tampoco le conocía demasiada gente. Se metió a Gran Hermano para conseguir popularidad. La nominaron en la primera gala y la expulsaron en la segunda. Siguen sin conocerle.

Josep Antoni Duran i Lleida: harto de hacer equilibrismos políticos y de estar siempre pendiente del pacto, decidió hacerse trabajador social y mediar en las reyertas en poblados chabolísticos. "Éstos, al menos, tienen palabra", aseguraba. Su rastro se perdió en una favela brasileña. Dicen que su espíritu se aparece a menudo en el Palacio de La Moncloa. Lo cierto es que se han grabado psicofonías en las que parece oírse algo parecido a "Dialoguem, transferensíiiiiessss".