Las declaraciones del Papa Benedicto XVI sobre el condón, cuyo uso consideró permisible en determinadas situaciones, hace a nuestro colaborador lanzarse a pedir preservativos. Más que nada, para protegerse de la diseminación de contaminación informativa. La hay de varios tipos. Por ejemplo, de red social (como los twitteos de algunos políticos). O, por ejemplo, demoscópica (como el Navarrómetro). Si ustedes no son objetores, como muchos farmacéuticos navarros, pásenle gomitas al firmante. Muchas gracias.
Benedicto llegó el fin de semana y dijo que bueno, que vale, que de acuerdo: que hay ocasiones en las que el uso del condón tampoco es para tanto. Puso como ejemplo a las prostitutas, a las que esta Iglesia, a diferencia de la primitiva (la de Jesucristo, vaya), las tiene bastante condenadas per se. Así que debió de pensar Ratzinger que mira, que de perdidos al río, from lost to the river, y que si ya están condenadas al infierno por hacer lo que hacen, que al menos no expandan enfermedades por ahí. Que nunca se sabe quiénes pueden ser los clientes, o qué hacen los domingos, y no es plan de que el cepillo pierda pasta. Eso sí, el Papa católico volvió a insistir en que el preservativo no es solución para el SIDA. Solución no es, y eso creo que ya lo sabíamos todos; pero prevención va a ser que sí. De eso, ni palabra. Pa' qué.
De lo que no dijo nada Benedicto fue de la profilaxis mental necesaria en otros ámbitos de la vida. Por ejemplo, el político. Y es que a algunos les deberían meter en un condón gigante, por ejemplo para evitarles difundir determinados viruses ideológicos. Que no digo yo que sea el caso del que voy a comentar, porque para gustos los colores; pero, qué quieren que les diga, hay diarreas mentales que a mí me resultan incluso enfermizas.
De lo que no dijo nada Benedicto fue de la profilaxis mental necesaria en otros ámbitos de la vida. Por ejemplo, el político. Y es que a algunos les deberían meter en un condón gigante, por ejemplo para evitarles difundir determinados viruses ideológicos. Que no digo yo que sea el caso del que voy a comentar, porque para gustos los colores; pero, qué quieren que les diga, hay diarreas mentales que a mí me resultan incluso enfermizas.
Profiláctico para el Twitter
Es que, el otro día, y como ya sabrán ustedes, el ministro Rubalcaba dijo que el Gobierno estaba trabajando en una ley por la muerte digna. Que imagino que no será muerte digna la provocada en cualquier bañera y cubierta por cal viva, pero eso es otro tema. Rubalcaba dijo lo que dijo, y nada más, y lo dijo sabiendo lo que decía. Dicho de otro modo - y perdonen por los juegos de palabras previos -, lo que hizo Alfredo el Incombustible fue lanzar un globo sonda: yo lo suelto, a ver por dónde recibo las hostias, y en función de eso desarrollamos la ley por un lado u otro. Globo sonda de libro, de manual, que intentaron agarrar todos. Y, entre ellos, líderes navarros como el concejal pamplonés, y previsible candidato a la alcaldía, José Iribas.
Iribas cogió el globo sonda con la ayuda del vocabulario con el que cada mañana nos azotaba Fedeggico en la COPE (supongo que lo sigue haciendo en ES Radio, pero mi médico no me permite flagelarme demasiado): se dedicó a llamar a Rubalcaba de todo, menos por su apellido. Y cito textualmente: "Pregunto: Hay alguien que quiera apuntarse para que Rublaclava le haga una "utanasia"?"; "No dejaría yo mi vida en manos de Rubalcava o de su legislación, te lo aseguro. Y lo que no quiero para mí..."; "Rub laclava: De salir adelante 1 ley de eutanasia (o como quieran llamarla) habéis calculado el ahorro en gasto sanitario? Y en pensiones?". Se apellida Rubalcaba, señor Iribas, aunque el apellido sólo lo usara para decir: "A España lo que le convendría, precisamente, es que el que no currara fuera Rubalcaba... Iríamos bastante mejor ;-))". Es el primer político de derechas (o de centro, con perdón) que desea que no trabaje el Ministro del Interior. Eso, la verdad, lo había oído más en la izquierda abertzale. Me pongan un profilático en el Twitter, s'il vous plâit.
Es que, el otro día, y como ya sabrán ustedes, el ministro Rubalcaba dijo que el Gobierno estaba trabajando en una ley por la muerte digna. Que imagino que no será muerte digna la provocada en cualquier bañera y cubierta por cal viva, pero eso es otro tema. Rubalcaba dijo lo que dijo, y nada más, y lo dijo sabiendo lo que decía. Dicho de otro modo - y perdonen por los juegos de palabras previos -, lo que hizo Alfredo el Incombustible fue lanzar un globo sonda: yo lo suelto, a ver por dónde recibo las hostias, y en función de eso desarrollamos la ley por un lado u otro. Globo sonda de libro, de manual, que intentaron agarrar todos. Y, entre ellos, líderes navarros como el concejal pamplonés, y previsible candidato a la alcaldía, José Iribas.
Iribas cogió el globo sonda con la ayuda del vocabulario con el que cada mañana nos azotaba Fedeggico en la COPE (supongo que lo sigue haciendo en ES Radio, pero mi médico no me permite flagelarme demasiado): se dedicó a llamar a Rubalcaba de todo, menos por su apellido. Y cito textualmente: "Pregunto: Hay alguien que quiera apuntarse para que Rublaclava le haga una "utanasia"?"; "No dejaría yo mi vida en manos de Rubalcava o de su legislación, te lo aseguro. Y lo que no quiero para mí..."; "Rub laclava: De salir adelante 1 ley de eutanasia (o como quieran llamarla) habéis calculado el ahorro en gasto sanitario? Y en pensiones?". Se apellida Rubalcaba, señor Iribas, aunque el apellido sólo lo usara para decir: "A España lo que le convendría, precisamente, es que el que no currara fuera Rubalcaba... Iríamos bastante mejor ;-))". Es el primer político de derechas (o de centro, con perdón) que desea que no trabaje el Ministro del Interior. Eso, la verdad, lo había oído más en la izquierda abertzale. Me pongan un profilático en el Twitter, s'il vous plâit.
Profiláctico para las encuestas
Bueno, si me hacen un dos por uno en condones contra intoxicaciones, mejor que mejor. Así condono (no de perdonar, sino de forrar con preservativos) el Navarrómetro, en su conjunto. Si me daban ganas cuando se publicó, por lo poco que me cuadraba, más ganas me dieron cuando leí, el sábado, un desglose en tablas publicado por Diario de Noticias. Intención de voto por merindades y por tramos de edad. Cosa que no salía en la ficha técnica de Ikerfel, pero venga, dale. Sin embargo, si uno se pone a sumar los porcentajes, enseguida comprobamos que ninguno llega a 100. Faltan entre un 30 y un 40 por ciento, según la suma de datos del que hablemos. Con lo cual, y al no poner nada, ni especificar nada, no sabemos si 30 de cada 100 son abstencionistas, indecisos, aspirantes a votantes de Batasuna, mudos, sordos, la suma de todos o, simplemente, son los que no respondían porque estaban comiendo al recibir la llamada o porque no les salía de los huevos. En definitiva, la omisión o falta de precisión en un sondeo carito de narices me resulta un insulto a la inteligencia. Sáquenme otra cajita de condones, ande. No, de sabores no; esta polla no hay quien se la trague.
Bueno, si me hacen un dos por uno en condones contra intoxicaciones, mejor que mejor. Así condono (no de perdonar, sino de forrar con preservativos) el Navarrómetro, en su conjunto. Si me daban ganas cuando se publicó, por lo poco que me cuadraba, más ganas me dieron cuando leí, el sábado, un desglose en tablas publicado por Diario de Noticias. Intención de voto por merindades y por tramos de edad. Cosa que no salía en la ficha técnica de Ikerfel, pero venga, dale. Sin embargo, si uno se pone a sumar los porcentajes, enseguida comprobamos que ninguno llega a 100. Faltan entre un 30 y un 40 por ciento, según la suma de datos del que hablemos. Con lo cual, y al no poner nada, ni especificar nada, no sabemos si 30 de cada 100 son abstencionistas, indecisos, aspirantes a votantes de Batasuna, mudos, sordos, la suma de todos o, simplemente, son los que no respondían porque estaban comiendo al recibir la llamada o porque no les salía de los huevos. En definitiva, la omisión o falta de precisión en un sondeo carito de narices me resulta un insulto a la inteligencia. Sáquenme otra cajita de condones, ande. No, de sabores no; esta polla no hay quien se la trague.
1 comentarios: on "Pónganles profilácticos"
Pues a mi una docena de cajicas que ahora ya tengo permiso de mi papá.
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