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jueves, 25 de noviembre de 2010

La obra más grande jamás creada del Pop

Tercera entrega de nuestra sección especial para Beatlemaniacos, en la que Amaiur Elizari, JASD (joven aunque sobradamente documentado) nos cuenta los intríngulis de las obras maestras de los de Liverpool. El artículo de hoy habla del que muchos consideran el mejor disco de toda la carrera de los Beatles. Y sí: somos conscientes de que hasta un cartel de San Fermín se inspiró en la portada de este vinilo.


Llamadle el 5º Beatle

Muchos catalogan al octavo álbum del cuarteto de Liverpool como “la obra más grande jamás creada del Pop”. El Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band llegó al mundo a principios de 1967, justo cuando The Beatles anunciaban el abandono indefinido de sus conciertos tras varios años al pie del cañón. Las giras habían dejado tocado al núcleo interno del grupo, hasta tal punto que en su última actuación en San Francisco, apenas podían escucharse los unos a los otros debido al tremendo griterío y estruendo generado por los miles de fans que abarrotaban los estadios. Hartos de tanto concierto, Paul McCartney sugirió la idea de reproducir un álbum “live” dentro del estudio, un disco que fuera de imposible reproducción en directo, experimentando y añadiendo ingredientes cosechados a lo largo de tantos años. Para ello, The Beatles decidieron crear un grupo ficticio e imaginario, otro “alter ego” que decidiera conducir y dirigir la orquesta que pronunciaría el nuevo elenco de canciones. Siguiendo con la tradición del momento, a Paul se le ocurrió la idea de crear un personaje que presentaría ante el público a la nueva banda: Billy Shears sería el encomendado para el prefacio inicial.

Si bien es cierto que muchos atribuyen el éxito del álbum al grupo en sí, lo innegable es que fue Paul McCartney el ideólogo y diseñador de tal joya, ya que tras el parón y las vacaciones posteriores a los conciertos del curso de 1966, fue el bajista del cuarteto de Liverpool quien cercó los estudios de Abbey Road durante 2 largos meses para la elaboración del nuevo disco, todo ello gracias a la magnífica ayuda y labor del productor George Martin. Fue un disco que rompía con todo lo anterior, innovador en sonido y con cierto aire de frescura, irrumpió en el mercado del pop para poder competir y estar a la altura de otra de las más grandes obras del mundo musical de los 60, y tal vez del siglo XX, el Pet Sounds de The Beach Boys, quienes por aquel entonces competían con toda la marea de la beatlemanía por hacerse un hueco en el olimpo del Pop.

1966 fue un año de duras exigencias para The Beatles. Habían creado en apenas 6 meses, 2 de los mejores álbumes contemporáneos como lo fueron Rubber Soul y Revolver, 2 discos que hicieron perder la virginidad musical al grupo, ya que viendo el resultado de lo recolectado, todo hacía presagiar que los de Liverpool todavía no habían tocado techo. En efecto… tuvo que llegar el “Sgt. Pepper”, la psicodelia y los disfraces multicolores militares, para rendir cuentas ante el mundillo del Pop. Nunca fue un disco de agrado para Lennon, ni tan siquiera para el resto de los componentes (a excepción de Paul), quienes ya percibían a ráfagas cómo McCartney utilizaba el poder del cuarteto para lucrarse individualmente, lo cual no es tan descabellado, puesto que tras el éxito de Yesterday (única canción beatle en la que ningún de los componentes a excepción de McCartney forman parte) a Paul le salieron muchas novias para aventurarse en el camino de solista o incluso como nuevo líder beatle, aunque al César lo que es del César: la faena cúspide del disco, A Day In The Life, pertenece a John y el embrión del rock progresivo y psicodélico de la época también, ya que Strawberry Fields Forever es el auténtico germen que desencadenó los sonidos más originales de la década.

No obstante, algo que jamás podría dejar indiferente a nadie, fue la portada esbozada para la ocasión por Peter Blake. En ella podríamos apreciar a los cuatro Beatles con atuendos militares ante el collage de ilustres rostros muy conocidos del momento como Marilyn Monroe, Marlon Brando, Edgar Allan Poe, Aleister Crowley, Bob Dylan, D.H. Lawrence, Shirley Temple o Mohamed Ali. Personajes históricos como Gandhi, Hitler o Jesucristo se quedaron en el borrador y fueron eliminados de la lista debido a las explosivas e incendiarias declaraciones de John Lennon meses atrás sobre el cristianismo y toda la polémica que envolvió al caso.

Fue aquí cuando la leyenda negra de Paul McCartney cobró vida… ciertos grupos freaks y seguidores del grupo alertaron a varios medios de comunicación sobre la forma y estética que adoptaron The Beatles en la portada y contraportada del disco. Afirmaban que en la carátula el grupo estaba celebrando el entierro del bajista, añadiendo varias pistas al bulo, y que Paul no mostraba su cara (se había dejado crecer un bigote) en la contraportada, ya que advertían que había fallecido en un accidente de tráfico tras la gira de verano del 66. Todo un cacao mental que trajo de cabeza al grupo hasta llegar a nuestros días.



Musicalmente hablando, The Beatles experimentaron durante más de 2 meses grabaciones psicodélicas influidas por el efecto del LSD, algo que marcó como precedente en cuanto a nuevas técnicas de grabación y composición. Orquestas, música hindú, grabaciones al revés y sonidos de perros y gatos fueron los ingredientes en la cocina beatle. Rock, music hall, baladas, jazz y hasta música oriental se mezclaron en Sgt. Pepper. Quizás el cántico qué más controversia trajo al mercado fue Lucy in the Sky with Dyamonds de John, censurada por la BBC y por la Corona Británica tras creer que la canción rendía culto al LSD, ya que las iniciales de Lucy daban pie a más de una ambigüedad moral por parte del compositor. Lennon afirmó que fue su hijo de 4 años, Julian, quien le había inspirado a la composición del tema tras llevarle un dibujo de la guardería de una compañera llamada igual que la protagonista del título. Nadie creyó a John Lennon y la canción no vio la luz como single hasta años más tarde. Incluso A Day In The Life, un composición al 50% del dúo Lennon-McCartney, recibió duras críticas ante el rasero de la censura inglesa por tener varios versos con connotaciones sexuales y de iniciación a las drogas. Justo al final del álbum, alguien dejó a propósito un sonido de alta frecuencia. El tono era perceptible para ciertas personas, pero la idea era hacer ladrar a los perros, ya que el eco llegaba a trastornar a los cánidos durante varios segundos.

A día de hoy, todavía el Sgt. Pepper sigue causando sensación entre la muchedumbre, manteniendo la vibración y frescura de la época, influyendo en las generaciones venideras y considerado como un álbum de culto a la música Pop/Rock del siglo XX. La célebre y famosa revista musical Rolling Stone, colocó al disco en el #1 de su lista de “Mejores álbumes de todos los tiempos” hace pocas fechas, pero ninguna de sus 13 canciones aparecen entre sus 50 mejores.




3 comentarios: on "La obra más grande jamás creada del Pop"

Pingo Star dijo...

El señor Amaiur se ha hecho una paja mental que si Lennon levantara la cabeza le daba un par de yoyas.
¡Menudo imgainación tiene Amaiur!

felicitat dijo...

A mi este álbum si que me gustó. De todos modos el que más me gustaba de los Beat, era Harrison, me gusta mucho en solitario.

Saludos.

He leído lo de Rosa, le había perdido la pista.

Anónimo dijo...

Pues tampoco es para tanto...
un disco excelente, como quizas otros 200 o 300.

Ya que es tan bueno, podrian ser amables y bajar el precio del cd de 15 a 7 u 8 euros. Os dais cuenta? 15 euros son 2500 pesetas, el doble que en 1990. Luego se quejan de que la gente se baja todo...