Nos temíamos que el artículo publicado el viernes, obra de una lectora, sobre Juan Moscoso iba a levantar cierta polémica. Lo que no nos temíamos era que, casi a modo de motín, uno de nuestros colaboradores habituales se atreviera a responder a la lectora. Eloy Rabo asegura que Moscoso le gusta como candidato y le parecen gratuitas muchas de las afirmaciones del artículo del viernes. Lo dice claramente: a él, Moscoso le pone.
Leí con atención y cierto desagrado el artículo que una tal Asun Laguía firmaba el viernes en éste, nuestro blog, su blog; ése que a veces no reconozco. “Zasca, zasca, pumba pumba, pin pan toma Lacasitos”: así podría describirse el texto perpetrado por la lectora contra el candidato socialista al Ayuntamiento de Pamplona, Juan Moscoso del Prado (gran paseo madrileño). Hostias dadas por la señora porque sí, y luego porque también, con argumentos escasos y demasiada mala baba.
A ver, por partes. Decía la señora que Moscoso es un pijiprogre al estilo de la Aído o la Pajín. Puedo estar de acuerdo con ella solamente en la sospecha de que los tres compartan peluquero. Pero de ahí a mezclar sus trayectorias va un trecho. Aído y Pajín están en la primera primerísima fila, con ropitas caras y portadas en Vogue, mientras que a Moscoso lo mandan a bregarse a un terreno donde tiene las de perder. Y el tío, valiente, sin fusil ni casco, piensa plantarse aquí. Con un par, qué coño (y voy a decir “coño” ahora que lo dice hasta el lehendakari en sede parlamentaria, así que no me protesten).
Decía también Asun no sé qué del abuelo de Moscoso, la influencia de su padre y las ayudas a la hora de pagar másters (del Universo). Nada nuevo bajo el sol: si papá puede ayudarte, te ayuda, seas político, asesor financiero o hijo de sacerdote. Te ayuda en lo económico y con sus contactos, te ayuda a que tengas oportunidades... aunque sea para romperte la crisma. Y lo de su abuelo, con dos generaciones por medio, qué quieren que les diga: nadie elige en qué familia nace. Ni siquiera inefables como Moscoso.
A mí, qué quieren que les diga, Moscoso me pone. Porque ya vale de socialistas de pana Suresnes, de izquierdosos de discurso rompedor con chalet en la sierra. Puedes ser socialista y vestir como te salga de los huevos. Incluso ser declaradamente pijo; ¿o ahora van a decirme que la Cospedal no puede ponerse un palestino porque es de derechas? Amos, anda: los tiempos de las ideologías indumentarias, comunistas de barba poblada y batasunis con botas de monte pasaron a mejor vida. En las manifas de la izquierda abertzale hoy se ve mucha ropa de marca. No me vengan con milongas.
Moscoso rules, que dirían los anglosajones. Si no se pasan con su currículum, que no es en absoluto para echar cohetes (sobre todo porque no se le conoce otro oficio que no sea relacionado estrechamente con la política), pueden hacer de él un candidato medio potable. Y, además, ¿qué importa que no sea un gran orador? Yo le he oído sólo tres o cuatro veces, y de una de ellas recuerdo un razonamiento circular tautológico: “Lo que es bueno para Navarra es bueno para España, y lo que es bueno para España es bueno para Navarra”. Y no se bajaba de ese burro. ¿Para qué? Tampoco hace falta más para rascar votos en un país en el que Belén Esteban sacaría cinco diputados si se presentara a las elecciones...
4 comentarios: on "Pues, a mí, Moscoso me pone"
Señor Rabo, si el señor Mosoco le pone, ya sabe: una llamadita, crema Natusán, Nivea o vaselina. Al gusto.
Que lo que usted quiere es pillar cacho en el paseo Sarasate, pues nada, otra llamadita y tal vez usted acompañe al ínclito Mosocoso por los toboganes municipales que conducen a los bajos.Lo capta,¿vedad?
Dicho todo lo anterior, y vaya con respeto, desde la discrepancia, calro es, siga usted dándose cacncha de pornografía política. Ya vendrán otros a ponerlo en su sitio si da permiso para replicar su ardor moscosista.
A la
Cicerón, desde el respeto y la discrepancia: creo que se ha enterado de la mitad de lo que dice Rabo. Lea entre líneas, ande. A Rabo, en Sarasate 15, no le dan ni los buenos días.
Rabo, no me entiende cuando le explico sus desmesuras enamoradizas. Antes le he he querido decir que usted o se haya enamorado del señor Moscoso o busca alguna prebenda o favor de los mandarines que manejan la gavilla de Sarasate. No se haga el duro. Desde el respeto y la discrepancia serena pero sin posturas contritas.
Vaya, vaya. Cicerón y Lapollaforal, ¿son seudónimos de la misma persona? Nos da que se ha equivocado al elegir el nick en la segunda respuesta. Y que, además, responde como si fuera Rabo a Mar Iñas, que entendemos no es Eloy. Una cosa muy rara. Morfeo nos llama, empezamos a perdernos.
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