De vez en cuando hay lectores que se animan a pasar al otro lado, y convertirse en colaboradores de La Txistorra. Como siempre decimos, no nos hacemos responsables de sus opiniones (es más, ni siquiera nos hacemos responsables de que piensen por sí mismos), aunque no las compartamos, necesariamente. A nuestra lectora Asun (así la llamaremos, por propia petición) no parece gustarle la elección de Juan Moscoso como candidato socialista al Ayuntamiento de Pamplona. Bueno, no es que no parezca gustarle: juraríamos que no le gusta nada.
Un texto de ASUN LAGUÍA
Enviado por correo electrónico
El nuevo candidato del PSN al Ayuntamiento de Pamplona es un tipo educado que viste camisas de Armani y huele a colonia cara. Y, por encima de todo lo demás, le apasiona Burlada, lo cual ya es algo en su currículum autóctono, por cuanto es un navarro de Madrid que ha venido a Pamplona a hacer la revolución “pijiprogre” siguiendo la estela de la banda de Leire Pajín, Bibiana Aído y todos esos socialistas de camisa blanca, sacrificados y curtidos en la dura tierra bajo el sol justiciero. En realidad, verdaderos hombres y mujeres del partido.
Pero Moscoso representa algo más. Por eso lo han elegido. Es un hombre que ha mandado a Maite Esporrín al retiro parlamentario y aspira a conseguir la alcaldía a base de poner su nombre a disposición del PSN.
Como buen “pijiprogre”, suponemos, aguantará en la ciudad hasta que se aburra de dar paseos a su querida Burlada y Villava y se dé un leñazo electoral. Luego, a criar malvas con una cartera de asesor o europarlamentario en algún puesto en Europa o en la Universidad Carlos III como profesor ayudante, porque, a pesar de dar clases gracias a la influencia de su padre, él no destaca precisamente por la oratoria; así que, por mérito, mérito, como que no tiene plaza fija, más allá del cúmulo de masters y títulos que se compran a golpe de talonario, muy propio de la clase pijiprogre. Sí, esa camarilla de ricos o nuevos pijos que juegan a descamisados y le dicen a los currelas que van a sacarlos de la crisis.
En fin, a mí, y lo digo de verdad, me apasiona su apellido y el juego que da la herencia familiar. Porque Moscoso es más que un nombre: es el hijo de Moscoso padre, diputado de la UCD y luego Fiscal General del Estado; pero, como detrás de un Moscoso siempre hay otro, el candidato a la alcaldía de Pamplona resulta que es nieto del militar golpista, a la sazón, Jefe de Gabinete de Mola. Como se ve, pues, toda una saga familiar dedicada a la lucha por el socialismo desde tiempos de la II República.
Dios reparta suerte a este nuevo preboste del esfuerzo para medrar en su carrera política. Cuando llegue la primavera, ya tendrá tiempo de hacer la revolución “pijiprogre”.
3 comentarios: on "Moscoso y la revolución pijiprogre"
Pues, en mi opinión, la lectora se pasa y además no enfoca bien la crítica. Y me explico: la formación que tiene Moscoso no le gustará, pero es formación... cosa que otros ni eso. Y sobre la influencia familiar, qué quieres que te diga: los padres ayudan a los hijos, eso desde tiempos inmemoriales. Y lo del abuelo... pues chica, él no tiene la culpa de lo que fuera el abuelo. ¿O vamos a repartir ahora pedigrís de socialista?
¿Y por qué no se presenta a la alcaldía de Burlada?
Un asunto espinoso, ciertamente.
Es legítimo que los padres ayuden a los hijos todo lo que puedan con el fin de que mejoren en la escala social.Las formas de ayudar son de dudosa legitimidad en el caso del señor Moscoso. Basta recordar que el padre del inclito candidato hizo carrera judicial gracias a que su padre fue un duro franquista colaborador del régimen fascista. Se entiende que de este modo se aprovechó ilegalmente de lo que se usurpó a sangre y fuego a los partidos e instituciones legalmente establecidas.
He aquí la prueba del delito de cómo Moscoso candidato no tiene la culpa. NO. Pero de no haber sido nieto de un nazi franquista él hoy no estaría ocupando ningún cargo de relevancia. Además, el muchacho, reoconociendo que es un tipo honesto y buen tío, jamás ha destacado por nada.Es lo que se dice vulgarmente un hombre mediocre, tirando a malillo. Sus estudios son los mismos que tienen miles de personas en España.Pero él es hijo de un ilustre que se benefició de las conongías que le otorgó Franco mientra los desafectos al franquismo murieron o se pudrían en los trabajos.
Así que, por favor, menos gaitas y menos miramientos con estos señoritos.
Él no tiene la culpa de que su abuelo fuera un fascista ni su padre un juez franquista. OK. De igual modo hay que aceptar que si no perteneciese a esta familia, el sería un pringado como el resto.
Javier, recapacite. Con respeto y desde la discrepancia.
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