De papparazzis a todas horas
En Pamplona, por San Fermín, hay gente con arte. Con mucho Arte, y con Arte con mayúsculas. Lo hay en todos los terrenos. Por ejemplo, en las calles, disfrazados, haciendo estatuas humanas, bailando hip hop o haciendo ruiditos con la boca. En la calle Chapitela se ubican dos de los artistas que más nos han llamado la atención. A la izquierda, un chileno que recauda dinero para su familia, afectada por el terremoto. Lo hace con un espectacular disfraz de Alien. A la derecha, el hombre invisible. Muy pensado también. Ambos han sido una atracción más en la ciudad repleta.
Artistas son también los de la limpieza. Porque hay que tener Arte para, sin malas caras y malos gestos, dejar la ciudad limpia tras la marabunta. Dicen que este año ha habido menos gente (será por la crisis), pero la cantidad de mierda acumulada sigue siendo enorme. Cada mañana, la Plaza del Castillo es barrida y mangueada a conciencia, y vuelta a empezar. Se lo curran, y mucho. Nuestro agradecimiento y homenaje.
Y son artistas los de las peñas. Nos gusten más o menos, nos parezcan muy políticas o no, nos parezcan más reivindicativas que políticas, la plaza de toros es distinta sin ellos. Para mejor o para peor, lo juzgará cada uno. A nosotros ayer nos faltó el himno de Eurovisión, la chica yeyé y los disfraces raros. Los puristas, en cambio, agradecieron la ausencia, y el hecho de que se pudiera oír a los también tremendos artistas músicos de La Pamplonesa. Sin peñas, dicen esos puristas, es más corrida de toros; sin duda, decimos otros, pero también es, sin ellas, menos Pamplona.
Por cierto: menuda fiesta ayer en la ciudad después de la final del Mundial... Fuegos artificiales, juerga hasta altas horas de la madrugada y hasta han soltado toros esta mañana. ¿Ah, que no era por La Roja? Pensábamos... Que no se entere Jota. Qué disgusto iba a llevarse.
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