¿De verdad lo de Solano será por pasta?

Por ELOY RABO

Encierrista de sofá y mantica

Vaya por Dios. No hay como que yo ensalce a alguien para que me den una patada en el cielo del paladar. Hace menos de tres semanas estaba por aquí diciendo que Javier Solano, Javier I del Encierro, no iba a tener competencia estos Sanfermines. Y tanto. Como que, según parece, no va a hacer sus ya míticas retransmisiones. Y bien, la vida es cambio, evolución, unos que vienen otros que se van y la vida sigue igual. Gracias, Julito, por ponerle música para arrimar la cebolleta al panta rei de Heráclito. Pero no deja de joderme el asunto. Además, para qué negarlo, me da a mí que no es todo como nos lo están vendiendo.

Porque es muy fácil, y más en estos tiempos de EREs y desempleo, decir que no han llegado a un acuerdo económico. Fácil y, además, peligroso, ya que el cabreo por la situación económica puede canalizarlo algún ebrio sanferminero con cánticos impertinentes del tipo “Solano pesetero” cuando lo vean por la calle. Aviso desde ya, y creo que no seré el único, que repartiré hostias como panes si soy testigo de algo así. El propio Solano ya ha explicado que, hasta el año pasado, en julio cobraba lo mismo que el resto del año. Pero en 2009 la cosa cambió, recibiendo un plus. Es esa cantidad la que RTVE le habría negado en esta ocasión, argumentando que oye, que estamos de recortes y tal, y de eso del año pasado ya te puedes olvidar. Versión oficial. Ahora, la oficiosa y conspiranoide: o sea, la mía. Que no deja de ser una suposición “supositoria”, pero que quiero compartir con ustedes.

Imaginen la situación. Cuatro se ha ido de los encierros, y TVE no necesitaría hacer ese despliegue de medios, ese desembarco de vedettes, majorettes y estrellitas, ese alargar el chicle entrevistando a pastores, divinos, mediáticos, colocadores del vallado y hasta limpiadores de las heces de los bichos en los corralillos del Gas. Es la oportunidad de Javier Solano para dejar de hacer eso que, en el fondo, no le gusta, ese circo Price en que se ha convertido lo que antaño organizaban, a lo Juan Palomo, los periodistas de la delegación de TVE en Navarra. Así que Solano va al despacho correspondiente. Que nada, que este año, entonces, volvemos a lo de diez minutos antes y diez después y adiós muy buenas, ¿no? Y se encuentra con que no. Nada, nada, con lo bonito que quedaba el año pasado. Eso sí: no vas a cobrar lo del año pasado. Y Javier entonces piensa que el año pasado cobró por entrar en el circo, y que este año, si vuelve el circo, quiere volver a cobrar. Como es lógico. Sin circo, quizá no lo cobraría. Pero así, desde luego. Pues no lo vas a cobrar. Y la respuesta. Pues no lo hago.

Así que, claro, lo que nos cuentan ahora es que es un desencuentro económico. Pero a Solano, que se bastaba y sobraba para llevar la emoción del encierro, la didáctica de la carrera y el sentido real de la misma, tampoco tenía que molarle la dinámica en la que había entrado “su casa”. Así que yo, personalmente, y es una puritita intuición personal, creo que este año intentó volver al modelo viejo. No ha salido. Pena doble: por la “derrota” de aquel modelo y por la pérdida de Javier. ¿Habrá marcha atrás?