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Economía

martes, 19 de enero de 2010

Haití: ¿Periodismo social o exhibicionismo?

Por JAVIER DOMÍNGUEZ
Plumilla con dudas


Cíclicamente, ante catástrofes, atentados o cuestiones puntualmente sangrientas, vuelven a las primeras páginas las imágenes cruentas que, a algunos, nos plantean dudas. Y dudas no solamente éticas, que también, sino dudas sobre el propio periodismo en sí y su función como movilizador social. El último exponente de esto es el terremoto y el posterior drama humano en la isla de Haití.

En los últimos días, las portadas de los principales periódicos han rivalizado por el dramatismo: se buscaba el rostro más expresivo, la historia más desgarradora o, permítanme la expresión, el montón de muertos más grande. Algo que sembraba entre el lector crítico la pregunta clave: ¿es puro morbo sensacionalista... o el intento de volcar a la sociedad occidental en la ayuda, imprescindible, a un país maltratado por la pobreza y destrozado ahora por las fuerza naturales? Y la pregunta no es de fácil respuesta, ya que la sociedad en efecto se ha volcado y, por lo tanto, parece claro que se ha conseguido ese supuesto objetivo. Decir ahora que no se hubiera conseguido lo mismo sin la publicación de determinadas fotografías es tremendamente atrevido y arriesgado. Pero, en mi opinión, tan injusto sería asegurar que no se buscaba esa movilización solidaria como afirmar que nadie estaba movido por el amarillismo.

El impacto de las imágenes y su función como “orientadoras” de la opinión pública es algo que se ha discutido en temas tan distintos como los atentados terroristas o los encierros de San Fermín. No faltan entre los periodistas y los académicos de la Comunicación quienes se muestran claramente favorables a emplear las fotografías más impactantes con una intención pedagógica. Las imágenes de la mutilación de Irene Villa, sin piernas junto a un coche en llamas, fue un ejemplo que escuché en mis años de estudiante universitario. Decía mi interlocutor que una imagen como esa era la mejor manera de mostrar el dolor que causa el terrorismo, y por lo tanto la más efectiva manera de sensibilizar a la sociedad. Se defendía aquella imagen, pero nada se decía por ejemplo de que un punto de inflexión en la visión de los atentados de ETA fueron aquellos días de Julio en los que Miguel Ángel Blanco, secuestrado, esperaba la hora de su ejecución anunciada. Y, de aquellos días, nos sugieren más las imágenes de las manifestaciones y las manos blancas que la explícita fotografía (que existe) del concejal, herido de muerte, entrando inconsciente sobre una camilla en un hospital donostiarra.

Otro tanto ocurrió con los atentados del 11-S y el 11-M. En el caso estadounidense, por la autocensura de los medios yankees, no hubo apenas imágenes de cadáveres (sí de personas lanzándose al vacío desde las torres del WTC, imágenes que por cierto han sido poco repetidas); y en el caso del 11-M los heridos sí fueron reiteradamente retratados, pero los muertos descubiertos se obviaron. Excepción fue la portada de la edición vespertina de El Mundo, con un cadáver perfectamente visible entre los amasijos de hierro de uno de los trenes. Y a El Mundo le llovieron las críticas.

Nadie echó en falta instantáneas de muertos en aquellos dos casos. Se consideró tal vez que la sensibilización no requería el reflejo explícito de la muerte. Nadie, sin embargo, ha criticado ahora que se hayan visto cadáveres a cientos. ¿No será que, en realidad, las imágenes más crudas de Madrid se evitaron no por ética, sino por temor - o comprensión al menos - del dolor de los familiares de las víctimas?

En cambio, Haití está lejos, también para las hipotéticas protestas de los familiares; y sigue quedando claro, día sí y día también, que hay morbos que venden, que tiran, que enganchan. Pero también es cierto que la desgracia ajena tiene más credibilidad y más intensidad cuanto más profusamente ilustrada está, y si se pretende una reacción se necesitan, precisamente, credibilidad e intensidad. Actualizando aquello de “el fin justifica los medios”, hay quien podría decir que el fin social justifica cualquier medio de los media. Yo simplemente me pregunto: los medios empleados, en esta ocasión y en otras, ¿eran imprescindibles?

7 comentarios: on "Haití: ¿Periodismo social o exhibicionismo?"

Juli Gan dijo...

Porque es más fácil vender titulares de lágrima sensiblera que verdaderas noticias. Haití lleva más de 40 años de barbaridades sociopolíticas, pero pocos lo saben porque no es un país importante.(Estoy hablando desde el cinismo, eh?) Es un país caribeño, pero francófono, que ha sufrido dictaduras que pasan de padres a hijos (Es casi una monarquía) Pero parece ser que una cosa es meterse con la contra nicaragüense, que nos jode el negocio de la Unites fruit co. , y otra que los Duvailer sean coleguillas. Haití se muere de hambre, de violencia y de sida desde hace años y ahora importa por el terremoto.

Y sí, es mejor despertar sólo el amarillismo que las verdades, porque no interesa que los bobos de a pie pensemos demasiado.

Nerea dijo...

Varias veces hemos debatido sobre este tema y, dejando a un lado la hipocresía de los medios (y de TODO el mundo en general, que no nos libramos ninguno), creo que en este tipo de catástrofes está más o menos justificado que se emitan este tipo de imágenes, siempre con un límite. Por poner un ejemplo: yo sí publicaría imágenes de muertos o niños heridos, pero no alguien completamente ensangrentado porque se le ha arrancado la pierna de cuajo o una cara completamente rasgada. Pero claro, el límite es muy relativo. Lo que no me parece justificado es que hordas de periodistas estén llegando a Haití para "informar", desde absolutamente cualquier medio. Ahí sí que se nota la pasta y las ganas de morbo. Vale que cuanto más nos machaquen más ayudaremos, sobre todo económicamente, pero no puede ser que cientos de periodistas hayan llegado de golpe para "informar". Qué prima en este momento, ¿cooperar o vender?


Ola, hanónimo!

Mª José dijo...

La verdad que es un tema inquietante y complicado.

En que lugar del mundo vale enseñar esas imagenes y con qué motivo se enseñan?, las imagenes que casi semanalmente vemos de los atentados de irak no son menos sangrientas...Y ahí es el hombre contra el hombre, no la naturaleza contra el hombre...
Quiero pensar que en el caso de Haití las ponen para sesibilizar, aunque personalemnte simplemente con leer el nº de muertos me es sufciente (me impacto mucho la noticia de los 100.000). Por mi parte, es verdad que hasta lo del terremoto, nunca había donado dinero ni me había planteado cómo ayudar, y también es verdad que Haití lo necesitaba desde hacía muuuuucho tiempo. Pero quiero pensar que es mejor hacerlo ahora que no hacerlo nunca.
También se me palntea la duda de porqué llegan las imagenes y no llega la ayuda...

Eric dijo...

Interesante el post y el contraste que apuntas entre el tratamiento a las tragedias del 11-s y el 11-M y el de la de Haiti. Aquellos dramas ocurrieron en nuestro mundo, lo es Madrid y lo es, casi al mismo nivel, Nueva York. No hacía falta más para sensibilizarnos, el público no necesitaba imágenes demasiado crudas porque sólo el relato de esos hechos que ocurrieron en universos cercanos era suficiente. Haiti no pertenece a nuestro mundo, es sólo un trozo ínfimo del mapamundi del que apenas sabemos nada, y puede que por eso al lector-espectador no le baste el simple relato de los hechos, no le sea suficiente el relato de los hechos sino que necesita esa carnaza. O eso es lo que piensan los medios y por eso se da esa diferencia de tratamiento.
A mí, leyendo algunos magníficos reportajes que se están publicando estos días (grande don Pablo Ordaz), no me hacen falta fotos violentas y de verdad que apenas las he mirado, pero entiendo que los medios piensen que las necesito.
Seguro que hay más motivos, pero éste puede ser uno.

JD dijo...

Muy buena visión, Eric. La duda, en cualquier caso, la sigo teniendo: ¿nos hacen falta las imágenes... o creen que nos hacen falta?

Gracias a todos por vuestros comentarios.

felicitat dijo...

Es una lástima, que cuando se trata de negocio se actúe siempre igual, ahora le ha tocado ha "Haití", por desgracia, y no sólo el mundo del periodismo se aprovechará, ya están discutiendo por ejemplo, ayer mismo, los franceses y americanos sino equivoco, por el aterraje de sus aviones, y esperense cuando empecemos a repartir todas la ayudas, tanto económicas como de cualquier otro tipo, esas que todos hemos dado para fin de bien, para contribuir con nuestro granito de arena, que se hará una inmensa playa y con el tiempo y una caña, todavía esa gente tendrán un país por levantar, porque claro está, no hay mucho que explotar, luego quizá empecemos con los niños que han perdido a sus padres y eso es una realidad.

No_Mas_Guerras dijo...

Esque nadie se va a cuestionar si realmente se ha ido a Haiti a ayudar o a hacerse con el pais, como punto estrategico?

Porque los Yankis han expulsado a los periodistas del aeropuerto??

Alguien ha oido hablar del proyecto HAARP? El arma para crear terremotos.

Si no teneis ninguna duda en que los Yankis esten en Haiti solo para ayudar y poner "orden", es ke realmente creeis ke Obama, akel ke justifica el envio de mas tropas a Afganistan como "guerra justa", merecia el premio nobel de la paz.

Salud y muerte a los gobernantes capitalistas!