La Salgadotecnia, el juego de la manta y otras historias de terror

Por EL FILIBUSTERO

Cabreado, encendido y tal

Muchas veces uno puede escribir influenciado por la mala leche que le hayan hecho gastar la tele, la radio y los periódicos de par de mañana. ¿Será ésta una de ellas?

Última semana de octubre. Mi cuenta corriente da tanta pena que la última vez que intenté sacar pasta de un cajero, en el comprobante del saldo se adjuntaba un letrero que decía “le acompañamos en el sentimiento”. La verdad es que no me sentó muy bien, ya tiene uno bastante con lo suyo como para que le anden tocando las narices; pero me dije "será una de esas chorradas de la banca cívica", y pensé “déjalos señor, pues no saben lo que hacen”.

Esto fue a primeros de semana, digamos que era lunes. El caso es que la semana fue avanzando por su procedimiento habitual (para los de la ESO: un día sigue a otro, y así sucesivamente mientras en el Sol sigan pagando la factura del gas)... y entre el martes y el miércoles, tuve la suerte de poder compartir con el resto de habitantes de España, así como con los que siguen las desventuras de la patria por el canal internacional, dos momentos audiovisuales para flipar.

El primero de ellos. Conversación entre Cristóbal Montoro (el del PP) y Elena Salgado (la ministra de Economía, no la del anuncio de Pavofrío). Aquí va Montoro y le pregunta a la ministra que cuándo va a anunciar el final de la crisis. Todo normal, el portavoz de economía de la oposición pregunta a la responsable de la cartera de economía sobre un tema de actualidad y que preocupa a la población. Respuesta de la Ministra (literal): se levanta y le arroja por la boca “Cuando se acabe!”

Vamos, que la respuesta es obvia, está claro. Lo preocupante es que esta gente ya empieza a confundir papeles y lugares. Que se ponga chula con el Cristóbal en alguna tasca madrileña, como que me da igual, pero que esté representando a nuestros bolsillos y encima se ría a la cara de todos… eso ya es otra cosa. Lejos de quedarse satisfecha, y porque algo debió intuir de su despropósito anterior, la menestra continuó en una segunda intervención diciendo que la crisis se iba a terminar en 2010. ¿Esto nos lo creemos como cuando Solbes decía que no había crisis?, bien, al menos fue de agradecer que en vez de eso no dijera “cuando me salga de los huevos”.

El segundo momento. Fragmento de entrevista realizada a Jordi Pujol. En esta ocasión, tras años de ermitaño en las ciénagas de L’Ampurdá, el maestro Yoda bajó hasta el mundo de los humanos para acudir a una entrevista en la cual se le preguntaba por los supuestos casos de corrupción del equipo de gobierno de Convergencia i Unió, que había cohabitado con el maestro en la dirección de la Generalitat. Y aquí ya llegamos a uno de los momentos más representativos de la historia política contemporánea de la nación. Ni transición, ni 23F, ni Referendums, ni No a la Guerra, ni Prestige, ni Medicamentazo, ni Navarra se vende. El maestro Jedi no pudo hablar más claro. “La política no es un juego de niños” “Si tiramos de la manta aquí cae todo el mundo” “Yo podría dar nombres pero no los voy a dar”, etc… Una de las entrevistas más reveladoras de la inmundicia que se sienta sobre las sillas de ayuntamientos, parlamentos, diputaciones, senados y congresos.

Y lo que es peor. En un movimiento que era defensivo y ofensivo a la vez, algo solo al alcance de los más supremos maestros Jedi, el ex-president de la Generalitat expresó claramente que conocía el lado oscuro, pero que por el momento no iba a mover un dedo (se sobreentiende que exceptuando la atención a las demandas de la señora Ferrusola, claro).

En fin, que desde que la gente ha empezado a tirar de la manta, que si el caso Gürtel, que si Mercasevilla, Santa Coloma, el Palau, se nos muestra más que nunca la cruda realidad. El caso es que igual nos viene bien, puesto que parece que aquí no han tenido la vergüenza para seguir adelante con el caso Guendulain, ante la posibilidad de que los escándalos empiecen a salpicar y a alguien le de también por jugar a la manta (¡ojo!, os seguimos vigilando listillos). Así que, como diría El Corte Inglés, una semana fantástica.