¿Cómo se dice "especulación" en guanche?

Por ELOY RABO

Ahorra en el calcetín, por si acaso

¿Qué? ¿Que Caja Navarra va a fusionarse con Caja Canarias? ¿Es Canarias acaso la “Navarra Tropical”? ¿Pondremos la sede en Madrid, en el punto medio? ¿Hermanaremos las Bardenas y Timanfaya? ¿Habrá en la fiesta de fusión pinchos de chistorra con mojo, pimientos del piquillo rellenos de papas, o menestra de kiwi del Baztán y plátano canario? ¿Enseñarán el guanche en los barnetegis de Navarra?

Vaya susto me llevé ayer, madre de Dios y del amor hermoso. Luego me explicaron que no, que tampoco era para tanto; que los ahorros de los navarros seguirían en la CAN y los de los canarios en Caja Canarias... pero que, en los sitios “de afuera de sus fronteras” donde tuvieran sucursales, éstas recibirían un nuevo nombre común. Ahí es donde me entran las dudas: no sé si me gusta más CANarias Kutxa o CNT (Caja Navarra Tropical). Supongo que a Miguel Sanz, lo de CNT va a ser que no.

Lo del nombre, en cualquier caso, es lo de menos. En general, la cuestión del acuerdo / fusión / colegueo entre ambas cajas me llama la atención, y no para bien. Primero: porque tanta hostia con el “Tú eliges, tú decides” y nadie nos ha preguntado si estábamos por la labor de realizar esta peregrina operación. Segundo: porque pensaba que, puestos a fusionarnos o llegar a acuerdos con alguien, más lógico era hablar con cajas aragonesas, riojanas, asturianas, cántabras o (¡anatema!) vascas. Tercero: porque están las cosas muy jodidas ya como para meterse en aventuras de este pelo, y en vez de dedicarse a “crecer” podrían echar un cable a la peña que tenemos problemas para pagar la hipoteca, el coche o el negocio. Pero no: es más importante trepar en el ranking de cajas que preocuparse de la gente que te da la pasta, que no somos otros que todos los navarros y navarras. Si lo llego a saber cuando era pequeño, iba a coleccionar los Topegallos su tía la del pueblo.

Pero yo, he de reconocerlo, no tengo ni puta idea de economía, así que llamé al Tote, que para algo se dedica a esto. Y le pregunté que a ver cómo lo veía. “Pues es que no pegan ni con cola”. Hostia, Tote, le dije, esperaba una opinión un poco más cualificada: a eso había llegado yo. Y ahí fue cuando el tío empezó a gustarse y a contarme movidas económicas que me pusieron un ojo mirando pa’ Sangüesa y el otro pa’ Viana.

Mayormente, me dijo que las fusiones de cajas deben hacerse para ahorrar costes, aligerar estructuras y demás; pero que, en cambio, en esta operación canario-navarro no hay nada de eso. También que lo ideal es fusionarse una mediana con una grande o con otra caja que esté más cerca y que tenga un modelo comercial más parecido; pero que aquí se unen dos medianas, por mucho que el resultado sea convertirse en la sexta o la novena (según se mida) caja de España.

Perdido en mediciones, modelos comerciales y polladas financieras varias, le pregunté: “Oye, y esto, ¿es una tendencia o vamos en plan kamikaze?” Y el Tote me dijo: “¿Tendencia? ¡Ja!, al Banco de España no le gustan estas cosas, porque ya se intentó algo parecido con las cajas de Castilla-León, aunque no fueran cajas de diferentes autonomías; y aquel holding financiero fue un fracaso”.

He de reconocer que Tote me dejó descorazonado, que dudé del futuro del invento e incluso del de la propia CAN, que me acordé de Caja Castilla-La Mancha. Íbamos de pioneros, sí, pero por una senda parcialmente pisada ya y que había llevado a un barranco. Tras colgar el teléfono, quise cotejar la opinión del colega con otras visiones. Busqué datos de Caja Canarias. Leí prensa económica, por primera vez en mi vida. Me encontré que consejeros de Caja Canarias, entidad a la que los propios canarios le reparten hostias como panes, estaban metidos en asuntos turbios como un “escándalo de las Teresitas” que, pese al nombre, no tiene que ver con la pedofilia. Leí que ha sido una de las cajas con peores índices de morosidad, que vive demasiado sostenida en el ladrillo. Los expertos, los de la prensa económica, consideraban el movimiento de Caja Navarra una especie de huída hacia delante. Ni siquiera me convenció la sesión Twitter que hicieron, tan cívica ella, desde la CAN.

Lo dicho: que no tengo ni zorra idea de economía. Que quizá la unificación de activos de ambas cajas suponga minimizar las pérdidas en el pasivo y mejorar los ratios de morosidad o su puta madre. Que tal vez esto sea el negocio del siglo y que esto pueda facilitar que los diputados de UPN vuelvan al grupo canario, siguiendo la senda de un Jaime Ignacio del Burgo al que deberían darle la primera cartilla de la nueva Caja Canarias Navarra, o como coño decidan llamarle. O que quizá, puede ser, quién sabe, la fusión sea solamente una excusa para llevar a los Consejeros, una vez al año, a Tenerife.

Por esta última opción me dejo llevar, francamente. Por la de que siguen jugando al Monopoly con el dinero que le damos todos los navarros a través de nuestros impuestos y otras minucias. Como jugaron cuando con un crédito compraron acciones de Iberdrola, do you remember? La sensación que tengo: que a los contribuyentes forales nos están metiendo un plátano por donde amargan los pepinos.