Entrevista: Miguel Izu

Por JAVIER DOMÍNGUEZ

Dice que una vez se sacó el título

Lo conocemos fundamentalmente por su faceta política: Parlamentario Foral, concejal de Pamplona, presidente de la Mancomunidad de la Comarca. Pero esos datos están en la Wikipedia. Miguel Izu es un pamplonés cosecha de 1960, habitante de la calle Amaya hasta los dos años - "de ello no tengo mal recuerdo, ni bueno tampoco, no tengo ninguno", nos dice -, de la calle Abejeras durante 27, y de la calle Río Alzania, en Azpilagaña, desde hace algún tiempo. Los barrios se los ha pateado, desde luego.

Pero hoy es poco político, al menos visto desde fuera. Tal vez sea porque su político modelo es Gandhi, y no abunda el ejemplo. Lector habitual y colaborador esporádico de La Txistorra, tiene también web y blog propios. Y eso que además ejerce como vocal del Tribunal Administrativo de Navarra. ¿Cómo saca tiempo, teniendo en cuenta además que se desplaza en bicicleta? Quizá porque está soltero y sin compromiso. Aunque, oigan, acepta proposiciones deshonestas. Ahí lo dejamos.

- Para empezar... como en una de las entrevistas que publicamos en el blog nos dijeron que sólo entrevistábamos a nacionalistas o conservadores, ya nos dirá si se encaja en alguno de los dos grupos.
- Algunos nacionalistas vascos me han acusado de ser nacionalista español, y algunos nacionalistas españoles de estar en el nacionalismo vasco. No creo en la nación, ni en la unidad nacional, ni en la integridad territorial, ni en la soberanía, ni en la identidad, ni en la patria, así que no sé qué me ven de nacionalista, pero también hay quien opina que todo el mundo es nacionalista, vete a saber.

- Igual es que ha evolucionado...

- Con la edad casi todo el mundo se hace más conservador, así que estoy horrorizado ante la posibilidad de estar degenerando también en el mismo sentido sin darme cuenta. Todavía no pienso que la monarquía sea buena, que haya que bajar los impuestos, que hay que poner freno a la inmigración, que es mejor la enseñanza privada, que Hugo Chávez es un dictador y en cambio el rey Abdalá de Arabia es un buen amigo de España. Pero exijo respeto a mi derecho a evolucionar políticamente como han hecho otros (hacia la derecha y hacia arriba, por lo general).

- Clarinete nos lo deja. Ha sido Parlamentario, concejal, presidente de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona... y ahora anda desaparecido de la política. Tomando la penúltima pregunta de la canción de Perales... ¿a qué dedica el tiempo libre?
- Dado que los ciudadanos decidieron en las últimas elecciones forales que no querían que les siguiera representando en el Parlamento de Navarra y en las generales decidieron no enviarme al Senado me dedico a un trabajo honrado, que no es de político sino de funcionario. A la política, a ratos, como ciudadano de a pie y afiliado también de a pie de IU, desde la más amplia irresponsabilidad porque no tengo ninguna responsabilidad ni pública ni de partido. La jornada laboral la dedico a mi puesto en el Tribunal Administrativo de Navarra; y mi tiempo libre, entre otras cosas, a escribir alguna chorrada para La Txistorra Digital, para mi blog y mi página web y algún periódico que tiene la paciencia de publicarme, también alguna cosa sobre temas jurídicos que como no interesan a nadie no detallaré.

- Entre otras cosas, dada la preocupación que muestra por el carril-bici pamplonés, parece que pasea mucho en bicicleta. ¿Nos equivocamos?
- Es uno de mis vicios confesables. Le doy a la bicicleta y ahora mismo estoy preparándome para correr la Quebrantahuesos la semana que viene. Como ciclista urbano hace años reivindicaba el carril-bici, pero visto los que nos han perpetrado en Pamplona ahora soy más partidario de circular por la calzada, es más cómodo y más seguro, y dedicar el dinero que se está malgastando en el plan de ciclabilidad en cualquier otra cosa.

- Habrá quien piense que no hacer nada hubiera sido peor.

- Superar el nivel de chapuza que ha conseguido el Ayuntamiento con el carril-bici va a ser difícil. De todos modos el desinterés hacia los ciclistas es general y el Gobierno de Navarra también contribuye a que las carreteras cada vez sean más incómodas y peligrosas para los ciclistas. Si Induráin llega a nacer veinte años más tarde es probable que se hubiera dedicado al futbolín.

La política, desde la barrera
- Ya que comparte afición con el Lehendakari Ibarretxe, le tenemos que preguntar por lo sucedido en Euskadi. Le hemos leído que el acuerdo PSE-PP no lo recibe ni ensalzándolo ni irritado por él, sino con cierto escepticismo. ¿Durará el nuevo Gobierno Vasco?
- En este país, si algo dura más que las pilas Duracell son los gobiernos. Dado el sistema electoral y el sistema de partidos casi todos agotan su mandato (y la paciencia de muchos ciudadanos). Me gustaría que el gobierno de Patxi López no se obcecara en el revanchismo contra el nacionalismo vasco e hiciera honor a esos buenos propósitos de concordia y convivencia que proclama, pero no soy muy optimista, sobre todo porque depende de los votos del PP. De momento ya se ha deslizado algún debate que no augura nada bueno, como ese sobre si los navarros estamos indignados con la ETB y su mapa del tiempo, como dicen PP y UPN, o si no estamos nada indignados y lo único hay que hacer es añadir La Rioja y Cantabria para que los bilbainos preparen el fin de semana, como dicen desde el PSE.

- Como militante de a pie de IU, también tendremos que preguntarle por los resultados de EB en las elecciones del 1 de marzo.
- Lamento que tengan malos resultados, pero también he lamentado públicamente la política que han hecho de seguidismo de los planteamientos puramente nacionalistas de Ibarretxe. Si se despista a los electores haciendo un discurso federalista y se apoyan planes nacionalistas pues luego pasan estas cosas.

La izquierda en crisis
- Lo ocurrido en las últimas elecciones, ¿es avanzadilla de la crisis de la izquierda o los últimos coletazos de ella? Lo decimos porque algunos aseguran que, con la crisis económica, algunas posiciones de la izquierda van a verse reforzadas, aunque las elecciones al Parlamento Europeo no han dicho lo mismo.
- La crisis de la izquierda procede del momento en que se fundó, es su estado natural. La realidad es de derechas (por eso hay que cambiarla), y la derecha casi nunca entra en crisis, como mucho en números rojos. Esta crisis parece poner en cuestión algunos dogmas que se han generalizado los últimos años tanto en la derecha como en la izquierda, como que la intervención estatal es mala y el libre mercado siempre es bueno. De momento es verdad que el discurso de la izquierda parece recobrar credibilidad, pero me temo que, a diferencia de Latinoamérica, en Europa nos hemos anclado en una mentalidad bastante de derechas y ahí están los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo.

- Y esa mentalidad de derechas que usted considera que existe, ¿cómo podría romperse?

- El elector de derechas, que básicamente está satisfecho con el sistema económico y político existente, lo tiene fácil porque vota a un discurso que además de ser el que quiere oír es coherente porque nunca cambia: libre mercado, no intervención del Estado salvo para mantener la moral tradicional, bajada de impuestos, flexibilización laboral. Este discurso se mantiene; la actual intervención del Estado en economía no es un cambio de paradigma sino sólo una solución de emergencia.

- O sea, un parche.

- No se trata de que el Estado intervenga con propósitos sociales, como ha reclamado históricamente la izquierda, para imponer la redistribución de recursos y asegurar un mínimo a toda persona: interviene a favor del capital para salvar el sistema inyectando dinero a los bancos. En cambio, la izquierda socialdemócrata o laborista no ofrece un discurso coherente frente a la crisis: hace años que asumió como propio el grueso del discurso de la derecha y apostó por el neoliberalismo económico, pero ahora ya no lo puede seguir ofreciendo (como sí puede hacerlo la derecha), lo ha agotado, no convence a su electorado y no tiene ideas de recambio.

- Lo que usted llama "izquierda socialdemócrata o laborista" es, digamos, la izquierda centrada, por llamarlo así. Pero... ¿y lo que está más a la izquierda?

- Es la izquierda transformadora, que sí tiene un discurso de alternativa al sistema pero no logra movilizar a un electorado crecientemente escéptico en el que han arraigado los valores conservadores, se le margina en los medios de comunicación de masas y se lo pone difícil a sí misma por su tendencia a la fragmentación y al enfrentamiento interno por ver quién es más rojo.

La política navarra, "aldeana"

- Desde fuera, ¿cómo ve la política navarra, y no sólo en lo referido a IUN?
- Es una política esencialmente conservadora, aldeana y basada en el culto al ombligo. Esa es la auténtica identidad navarra. Me imagino que el día que llegue el fin del mundo la nota de prensa del Gobierno de Navarra dirá algo así como: “Navarra de nuevo en la vanguardia, entre las primeras 50 regiones europeas en desaparecer”.

- ¿Su labor política le ha dejado más cosas positivas o más problemas?
- Es difícil decirlo porque la dedicación a la política tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Como no me han regalado trajes (salvo el frac municipal que tengo aburrido en el armario, porque salvo que me den un Premio Nobel no encuentro ninguna oportunidad de ponérmelo), no he tenido coche oficial y no me han colocado en el consejo de una empresa pública... a diferencia de algunos políticos - a los que se les ve muy contentos de haberse conocido - a mí me pesan mucho ciertas decepciones como para decir que ha sido una experiencia maravillosa, que ardo en deseos de volver y que animo a todo el mundo a optar por un escaño con buenas vistas.

- De esos políticos a los que se les ve muy contentos de haberse conocido, ¿cuál es el que menos le gusta?

- Hay tantos... mejor que no los nombre que tengo que seguir viviendo aquí. Seré ruin y haré leña del árbol caído. Galipienzo, un sujeto que entró en política para lucrarse, que como alcalde fue malo y como delincuente chapucero, le pillaron enseguida, aunque afortunadamente para él ser corrupto en este país sale muy barato.

- Terminamos. Como ya huele a San Fermín y usted publicó en 2007 "Sexo en San Fermín y otros mitos festivos", ¿es posible pillar cacho en fiestas? Dígales a nuestros lectores cómo.
- La tesis que defiendo en ese libro es que sólo pillan los de fuera, los de Pamplona nos dedicamos a otras cosas. Pero como dijo la Celestina, cada cual habla de la feria según le va en ella, y a lo mejor soy de los pocos pringaos que nunca ligan. Creo que será más práctico que sean los lectores los que me digan a mí cómo, si es que es verdad que se puede, y a lo mejor este año cambio de plan.