Por MÓNICA
Una historia real

La misma historia se repite una y otra vez, quizás dejas el crucigrama si quien esta al otro lado te inspira. En ocasiones, la imaginación de la telefonista también se pone en marcha y se ve seducida por la voz del oyente. Pero lo más normal es que acabes rayada y ya no sepas donde tienes la sensualidad, pero puedes serlo cuando te sientes un autómata. Es un sexo tan impersonal que a la quincuagésima vez, va casi sin variaciones. La voz desnuda, envuelta en las ondas, no comporta ningún encantamiento, todo se convierte en metáfora, volviéndose totalmente impersonal.

De todas formas, en este caso, la voz personaliza más que la presencia muda de tantos trabajos que se reducen al sólo hacer hablar de las máquinas más mecánicas o más cibernéticas. En este trabajo, te ves obligada a pintar cuadros llenos de erotización. Trabajas como una actriz, valiéndote solo de tu voz para improvisar esa fantasía que te solicitan. Actúas y juegas con la voz, empleando mil registros en una conversación, tratando de provocar en el oyente, duda, desconcierto, asombro, admiración, encantamiento, llegando a un embrujamiento pasional. Procuras convertirte en el deseo imposible.
A los 30 minutos de iniciar la llamada, se corta. Cosas de la ley. Algunos (muchos), vuelven a llamar para despedirse y otros para acabar lo empezado. En otros casos, da tiempo suficiente para despedirse y poder decir “Adiós, vuelve pronto o hasta cuando quieras”. También tiene su otra parte “mala”, cuando algunos clientes llaman insistentemente preguntando por ti, ya que piensan que estas las 24 horas del día disponible. Alguno consiguió que dejara a medias la cena con mi pareja. Pero no, no señores, no nos engañemos, cada una tiene su horario.


Pero no olvidemos que todo es mentira, la “señorita” que les habla, ni tiene esos maravillosos ojos verde mar, ni esa cabellera espectacular. Muy probable es que esté fingiendo o pensando que cocinar. Si ella les dice “sí, sí, ya me estoy tocando”, seguramente esté pelando patatas o limpiando cardo. Y no se nos olvide: nunca se llamara Mónica.
2 comentarios: on "Breves memorias de una telefonista erótica"
Muy buenas las memorias. Luego dicen que aquí no se folla:ajjajjjajja
Aquí se le da tanto o más que en otros sitios. Ahora bien, con label navarro: o sea, por teléfono.
Muy buena historia. ¿De dónde sacais a la peña?
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