Nostálgicos varios (dos puntos):
Uno nació a finales de los 70 o por ahí, que tampoco se puede fiar de lo que diga el registro civil. Al fin y al cabo, un papel no marca la edad, como dice la duquesa de Alba para justificar que se sienta joven aunque bailara el chotis en su juventud con Carlos IV, o así. Pero nos damos cuenta de lo mayores que somos cuando ciertos referentes de nuestra niñez, adolescencia y/o juventud reaparecen. Es el caso de Rosa Iglesias, mítica "asesora pedagógica de CCC", que recuerdo de los anuncios de radio desde que tengo uso de razón y que es la señora de la foto de arriba. Y es así a día de hoy, cuando sigue dando la chapa: supongo que empezó a poner su voz en las cuñas cuando no era más que una becaria. O eso, o ha hecho por correspondencia el curso de embalsamadora, que todo puede ser.
Son ese tipo de cosas las que me hacen ponerme nostálgico: la peña a la que recuerdo de toda la vida y la veo envejecer, o incluso morir. Aún tengo en la retina al gran Chiquilín de Tafalla colgado en la valla del Sadar, animando cuando la UEFA, y el fin de semana falleció. Que descanse en paz. Él sí que era un símbolo no adscrito a ninguna ley. Y que fueran los forales a descolgarle de la valla, en plan ikurriña villavesa. ¡Ja!
A mí no me incitan a la nostalgia series como Cuéntame, La chica de ayer o Amar en tiempos revueltos (es que ésta va muy atrás en el tiempo), ni rebuscar por ahí fuentes verdes del león, ni ver una colección de objetos ochenteros. No me pone nostálgico acordarme del R-9 de Antonio, el taxista de mi bloque, ni de la primera yogurtera comprada por mis viejos, ni ver el walkman AIWA que me regalaron en la comunión de mi hermano (a mí, para que no me entraran los celos). Paso de los vinilos (nunca los pudimos llevar en el coche, por muy cojonudamente que sonaran) y de las hombreras. Y Tino Casal blando como un flan de huevo descremado.
Que no, que a mí lo que me hace mirar atrás es la peña. Rosa Iglesias, Chiquilín, o Michael Robinson (un tío enorme al que un día me encontré en un ascensor en el cual hoy él no entraría, por la anchura que ha cogido). Es ahí cuando recuerdo que he conocido doce comercios distintos en la misma bajera de mi calle, cinco alcaldes de Pamplona y cinco presidentes del Gobierno de Navarra. Eso me pone nostálgico: eso y saber que se jubila Félix, el peluquero que nos ha cortado la pelambrera a varias generaciones de vecinos mi barrio desde hace 24 años.
La mía, creo, es una nostalgia sana. Los nostálgicos insanos son los que se niegan a reconocer, en una resolución parlamentaria, la importancia histórica de la Segunda República.
6 comentarios: on "Nostalgias de otros tiempos"
Gran columna. Hostia, me quito el sombrero, Eloi Rabo.
Lo mismo brilla tu prosa con la puya ácida que con la melancólica.....
¡Qué grande eres, casuensoria!
Muy buenas, exijo un homenaje publico inmediato a Chiquilin...jo, que tiempos yo de crio, en prefrencia cubierta, pegado a la valla para ver de cerca a los jugadores y ahí a parecía Chiquilin con los gritos de rigor (osasuuuuuuuuuuuuuuuunaaa...), aunque creo que luego se fue a San Mames (en fin, siempre jodiendo estos de Bilbao que nos fichaban hasta los hinchas...), no obstante le perdonamos y desde aquí un caluroso recuerdo de osasunista. y ya puestos, que será de aquel vendedor que gritaba en la grada "hay cognac, patxarán, pros, caremelos, chicles,...", jo que tiempos. (JRA, ex socio de Osasuna de Prefrencia Cubierta, aunque nos mojábamos cuando llovía, 1985-2000)
Pues sí, como dice el colega de Balbana es una gran columna, mr. Rabo.
Lo único que se te ha olvidado es hablar de cuando nos llevaban a la Taconera a dar de comer a las palomas, y a los animales, ciervos y jabalíes, de los fosos y a ver al Mono Txarli al que también hay que beatificar.
Al mono Txarly yo lo beatificaron con la mayor chingotada que se recuerda en Pamplona.
Aquellos Sanfermines fueron:"Por San Fermín, san Condón".
Pero es cierto que el mono Txarly merece una mención escpecial o una seguna beatificación, o que los de la Txitorra hagan un homenaje o algo.
Magnífica columna. Nos ha permitido acercarnos un poco a tiempos pasados rodeado de un maravilloso halo de nostalgia.
Bueno siempre has escrito bien pero desde que te dedicas al deporte parece que te sosiega poder escribir.¡Enhorabuena! gran columna y quien sabe si algún día términas escribiendo. A muchos nos tocas la fibra sensible.
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