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Economía

miércoles, 9 de marzo de 2011

Yo ayer no celebré el 8 de marzo

"Ya sé que lo que voy a decir va a indignar a casi todos. Seguro que los que están de acuerdo conmigo también ponen el grito en el cielo en mi contra, porque lo que pienso suena a burrada anacrónica". Así comienza el artículo de nuestra colaboradora Uxue Etxebeste sobre la celebración ayer del Día 8 de marzo. A tenor de muchos comentarios recibidos, sin embargo, parece que no es la única que piensa así.


Por UXUE ETXEBESTE
Al pan, pan...

El día Mundial de la Mujer Trabajadora es un paripé y una tomadura de pelo. Aborrezco el feminismo de boquilla y el de rol de superwoman. Paso de igualdades con los hombres. Y me acuerdo de Simone de Beauvoir, con sus postulados pre feministas. Cómo sería de aburrido vivir con Jean-Paul Sartre que se dedicó a emanciparse ella misma por su cuenta y riesgo y nos metió a todas en un fregao de mil pares.

El postulado igualitario del feminismo es mentira. Ni más ni menos. Nos han vendido una moto a la que hemos añadido carenados unisex, fulares violetas y sobacos sin depilar. Y las que no han tirado por ese lado se encuentran teniendo que manejar con una perfección incuestionable puestos de responsabilidad, como si no tuvieran nada más que hacer en su vida, como si los tacones después de una noche con dolor de ovarios no resultaran molestos.

¿Acaso las mujeres del África subsahariana que caminan kilómetros cada día para recoger agua no trabajan? ¿Acaso la madre que se queda en casa al cuidado de sus hijos o de personas mayores no trabaja? ¿Acaso las prostitutas que se congelan en las rotondas no trabajan? ¿Acaso las que piden caridad para dar de comer a sus niños no trabajan? ¿Cuántas de todas ellas estarán para celebrar el evento? Que se lo pregunten.

Y nosotras haciendo ver lo bien que estamos con nuestra presunta equiparación de roles. Y un cuerno. Nosotras parimos, nosotras decidimos…con quién dejar al niño después de la baja de maternidad para cumplir la jornada laboral sin que se note que no hemos pegado ojo, volver a casa y empezar con la segunda parte, que nunca será ni reconocida ni remunerada. Duplicamos nuestros roles sociales a cambio de ir hechas polvo. Pero estas cosas no se pueden decir porque quedan feas.

En los años 60 las mujeres en España no tenían derecho ni a pagar un electrodoméstico a plazos sin autorización de su padre o su marido. Ahora podemos gastarnos nuestro dinero en lo que nos dé la gana. Pero, ¿hemos ganado en calidad de vida o vamos de cráneo haciendo como que no pasa nada? Llevo toda la vida trabajando, ojo. Pero hay cosas con las que no puedo. Ni celebrar que nos dejen trabajar ni que me intenten igualar a un hombre. Ahora, ya podéis empezar a ponerme a caldo.

13 comentarios: on "Yo ayer no celebré el 8 de marzo"

Tenorino dijo...

Vaya! Una mujer como las que a mí me gustan.
Txistorra,¿de dónde sacáis estas colaboradoras?

Anónimo dijo...

Yo soy hombre, y defiendo el derecho del hombre a ser amo de casa y niñero, no por no trabajar, sino por el bien de nuestros hijos. Y ya que está mal visto decir que la mujer se quede en casa, a ver si se equiparan pronto los salarios y mi esposa me quita de trabajar para dedicarme a la familia.

Anónimo dijo...

Yo soy mujer y no tengo pareja, pero tengo hijos y tampoco quiero trabajar. ¿Quién me puede quitar de trabajar para dedicarme a mi familia?

¿Nadie? ¿Porqué? Quiero ser ama de casa, ¿no puedo? ¿Porqué tengo que dedicar 40 horas a de las 168 de la semana a trabajar? ¿Quién me quita de trabajar? Jo, a mí me habían contado otra película. Ah, también tengo derecho a vivienda, que se me olvida.

dijo...

....En verdad las mujeres sois imprevisibles , perfectas y sin vosotras nos aburriríamos mucho, .....

...Vivan las diferencias....

Anónimo dijo...

Yo soy hombre pero no me atrevo a decir que no celebro el 8 de marzo para que no me llamen machista. Es un paripé ridículo; desde que lo celebran ya quienes gobiernan no se diferencia mucho de las fiestas del Corte Inglés (día de los enamorados, día del padre, día de madre). Si el ejemplo de la mujer trabajadora es Yolanda Barcina vamos aviados. Hipocresía infinita.

Anónimo dijo...

Se puede decir más alto pero no más claro. Lo de ser la super woman, super mamá, super esposa, trabajadora ejemplar, ir mona después de llevar un día de perros, haber dejado la casa hecha, la comida preparada, los niños en el cole, un rato al gimnasio (que la gravedad es cruel y en las revistas todas las mamis están estupendas, no te jode), luego la jornada laboral, y llegas a casa descojonada, pero eso sí, vaya con la igualdad de la mujer, la incorporación de esta al mercado laboral y una puta mierda, que esto es una película que nos han contado, que no paramos un momento, que caemos en la cama rendidas, pensando en lo que tenemos que hacer al día siguiente, que nunca las tareas de la casa van al 50%, que hay que limpiar la cocina a fondo, que hay que limpiar las cortinas, que la comida debe ser variada, sana y rica y que todo se nos cae encima... Esa es nuestra realidad.. mierda de día de la mujer trabajadora, mierda de publicidad engañosa y mierda de país que nos pone a las políticas de turno como ejemplo. Mierda para todos ellos. No saben de lo que están hablando.

Nerea dijo...

Llevo 3 días dándole vueltas sin parar al concepto de feminismo, al día de la mujer, a la "situación de la mujer" y a la mía propia... Y ahora me he dado cuenta de que tengo MIEDO. He vivido 21 años en un entorno en el que, teóricamente, ya no hay diferencias entre un hombre y una mujer: mis padres "reparten" las tareas de casa, los dos trabajan fuera, las tres hermanas tenemos acceso a estudios superiores, mis compañeros de clase siempre han tenido las mismas obligaciones y los mismos derechos que yo. En definitiva, nunca hasta ahora he tenido que enfrentarme a una situación notoria (insisto en esto de notoria) de discriminación por ser mujer. Por eso tengo miedo. A tener una pareja a la que no le quede tan claro como a mí que tengo sus mismos derechos y obligaciones, a aspirar a un empleo en el que ser mujer sea un handicap (como ya le ha ocurrido a mi madre en alguna ocasión), a querer tener hijos y no poder, a tenerlos y que casi no vean a su madre, a todo lo contrario, a renunciar y sacrificarme cuando un hombre no lo haría... Me gustaría que más gente sintiera ese miedo. Quizá entonces nos dejaríamos de tanta chorrada y tanta cuota en administraciones y sector privado y nos dedicaríamos a aportar soluciones. Esta vez de las de verdad.

Y totalmente de acuerdo con el artículo de Uxue Etxebeste y el comentario de Maite González.

Anónimo dijo...

Nerea, sinceramente no entiendo tu miedo: "Como yo no he vivido una Guerra Civil, voy a construirme un búnker en el jardín de mi casa porque estoy acojonado".

Si quieres una pareja que te respete es cosa tuya no elegir a un cretino, y siempre puedes mandarle a la mierda si ves que te has equivocado. Si tienes miedo a "renunciar y sacrificarte por tu hijo cuando un hombre no lo haría", no te sacrifiques o no tengas hijos, pero tampoco des por sentado lo que un hombre haría o dejaría de hacer. ¡Qué sabrás!

En lo del empleo me callo porque podría meter la pata. No sé hasta que punto la discriminación laboral es un hecho, aunque en lo que a mí respecta siempre he cobrado lo mismo que las mujeres que desempeñaban mi misma labor.

El miedo no fomenta la acción, sino que paraliza. Si la gente viviera sin miedo a la hipoteca, a perder el curro, a su jefe, a asegurar un futuro a sus hijos... algo mejor nos iría a todos (mujeres y hombres por igual, que conste).

iker dijo...

miedo a estar con una persona que no piense como tu dices. Creo que el comentario que está encima de este te contesta perfectamente, es tu elección, no la de otra persona.
En cuanto a lo de celebrar el día de la mujer... ejem, no creo que haya nada que CELEBRAR. Es un día para lavarse la cara. Para que lxs políticxs salgan a decir "que pobres las mujeres" o "todavía hay mucho que hacer", pero al día siguiente olvidarse de todo aquello que hay por hacer. Es un día lleno de hipocresía, pero ¿¿no son así todos los días internacionales de cualquier cosa??
Por este camino no llegaremos nunca a un mundo de personas, ni hombre ni mujeres, personas. Pero claro, si pides más eres un(a) radical.

Anónimo dijo...

Las cuotas son medidas "para equiparar géneros y no para reservar plazas para mujeres, como a veces se critica" (Ana Bujaldón, presidenta de la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (Fedepe))
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/mujer/buena/elpepusoc/20110312elpepisoc_1/Tes

la marquesa dijo...

Mucho ciego/a al género es lo que observo yo por aquí. Los miedos de Nerea están más que fundados. Y, quien no se lo crea, recomiendo una interesante lectura para el fin de semana: Jurado, T. y González, Ma. J. (2010): “¿Cuándo se implican los hombres en las tareas domésticas? Un análisis de la Encuesta de Empleo del Tiempo”, Panorama Social, 10 (2), pp. 65-85.
Es muy fácil decir que las elecciones dependen de un individio, sin tener en cuenta el contexto que determina y condiciona el marco de elección. Y, lo siento mucho, yo sí creo en el 8M y en la necesidad de recordar a la gente que todavía hoy en día existen desigualdades entre hombres y mujeres. No hay más que leer muchos de estos comentarios.

Ana dijo...

Iker y Anónimo me parece que no habéis entendido para nada lo que dice Nerea. El miedo que ella tiene lo tenemos muchas. Es muy fácil decir "si tu pareja es un cretino déjala" el problema es que en muchos casos quizás no es un cretino, sino simplemente alguien que no te comprende. No me gusta hablar de según que cosas en internet pero por primera vez voy a hacerlo: mi padre es una buenísima persona, me quiere, quiere a mi madre... pero (y estoy hablando de hace ocho o nueve años, no os penséis que hace tanto) ¿Sabéis quien se rebentaba en mi casa a trabajar en casa y fuera de ella mientras él se sentaba en el sofá a ver el partido, verdad? Exacto, mi madre. A fin de cuentas ella "sólo" trabajaba media jornada en cambio él volvía a casa a las seis de la tarde y a las ocho, cuando tocaba hacer la cena "estába cansado". Ella no, por supuesto. Es sólo un ejemplo, pero os puedo asegurar que no he visto nunca a mi alrededor un sólo caso de verdadera igualdad entre géneros, siempre ha habido algun aspecto que fallaba. Con eso no quiero decir lo típico que dicen muchas de que todos los hombres son iguales, que ninguno ayuda en casa, que explotan a sus mujeres, etc al contrario, odio los estereotipos y estoy segura (de hecho deseo) que haya hombres que verdaderamente crean en la igualdad de la mujer pero, repito, yo no los he encontrado todavía y aclaro que no soy ninguna mochuela. Obviamente, estoy segura de que existe pero a muchas nos ha llevado lo nuestro encontrarlo. No creo que yo exija mucho: sencillamente quiero estar con un hombre que me haga sentir en igualdad de condiciones con él. He tenido dos relaciones serias en mi vida y en ambas me he dado cuenta de que por mucho que mis parejas reconocieran mis derechos de boquilla a la hora de verdad mi situación en casa no terminaba siendo tan distinta a la de mi madre. Cuando comentaba eso con mis amigas y hablaba de la posibilidad de tomar medidas para solucionar lo que para mí no era justo ni equitativo muchas de ellas me decían "mujer no aguantas nada ¿Por que no te ayude en casa lo vas a dejar? Entonces te vas a quedar soltera de por vida" obviamente no era porque no me ayudaran en casa sino por algo mucho más profundo que a veces ni yo misma sabía explicar pero que me desagradaba. Así que yo entiendo que esta chica, Nerea, tenga miedo porque yo también lo tengo.

Ana dijo...

Vuelvo a ser la misma del último comentario, quería añadir algo más:

Por otro lado el "no tengas hijos o no te sacrifiques" tampoco nos sirve ¿Por qué debemos renunciar las mujeres que queremos ser madres a tener hijos para no tener que sentirnos discriminadas? Y por favor no nos digáis que "¡Tú que sabrás!" cuando hablamos de tener que realizar sacrificios que no realizan los hombres porque por desgracia sí sabemos. Si no no hablaríamos. Tengo un hijo pequeño que recientemente ha empezado la escuela y fue justamente al convertirme en madre cuando fui más consciente de la situación de discriminación que vivo como mujer. "No te sacrifiques" ¿Entonces qué debo hacer? Ni cuando estábamos casados ni ahora el padre de mi hijo se encarga del niño como me encargaba yo, no porque no sea buen padre o porque no adore al crío sino porque desgraciadamente así funciona la sociedad. Mi ex marido ganaba más dinero que yo (a pesar de que tenemos unos estudios muy similares) así que cuando uno de los dos tuvo que reducir su horario laboral para encargarse de nuestro hijo me "tocó" a mí como les ha tocado a muchas de mis amigas o conocidas femeninas, porque parece que lo habitual es que sea la futura madre quien deje de trabajar para quedarse en casa ocupándose del bebé. Yo Podría haber hecho lo mismo (es decir dejar de trabajar por completo y quedarme en casa) pero resulta que me gusta mi trabajo y además hacía falta el dinero en casa. La resolución final es que antes de separarme trabajaba en casa, fuera de ella y me ocupaba del niño. Le tengo mucho respeto a mi ex marido y padre de mi hijo pero reconozco que la ayuda que recibía por su parte era más bien escasa. A veces todavía me pregunto de dónde sacaba y de dónde saco el tiempo para hacer todo lo que hago, así que cuando oigo hablar de que vivimos es una sociedad igualitaria y justa me entran ganas de reír porque conozco muy pocos hombres o ninguno en mi misma situación. Tengo un hermano varón y os aseguro que no trabaja dentro y fuera de casa a la vez ni dedica a mis sobrinas (y repito que no porque sea mal padre o porque no quiera a las niñas) el tiempo que les dedica mi cuñada. Eso sí, ella dejó de trabajar (me refiero al trabajo remunerado) cuando nació su primera hija, es decir se sacrificó en parte. Quizás fue más lista que yo. No lo sé.
Repito que no me gusta explicar cosas personales en un blog de internet y realmente es la primera vez que lo hago y espero que sea la última también pero empiezo a estar un poco cansada de oír decir que tenemos miedo por tenerlo o que nos quejamos por gusto.