Las entrevistas txistorreras

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Incorrección política

El análisis y comentario político, de cuestiones navarras y del resto del mundo, nos lo da sin tapujos el politólogo y escritor Juan José Domínguez

Juan José Domínguez

Hablemos de dineros...

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Economía

martes, 18 de enero de 2011

Adios, agur, adieu (o de redondeos y cafés)

Decía Enrique Maya en una entrevista, publicada el pasado fin de semana, que Yolanda Barcina quedó con él a tomar un café y le propuso ser candidato a alcalde. Por el bien de sus bolsillos, esperamos que no se lo tomaran en el lugar donde lo pidió nuestro colaborador Er Jimi. Él se fue muy cabreado (de muy mal café, vaya), y juró no volver al establecimiento en cuestión. ¿Por qué? Nos lo explica.
Apasionado de la txistorra de Arbizu

Ayer fue la primera y la última vez que me cobraron un café a 1,30 euros en pleno corazón de Pamplona. Sé que hay sitios selectos en nuestra ciudad por los que se puede llegar a pagar por este brebaje de agua, café y leche hasta 1,50 euros. Incluso para los muy cafeteros está el modelo Starbucks que tiene precios todavía más altos. Vale. Es un peaje porque, eso, son selectos, te apasiona el café o, simplemente, te permites el lujo de ir de vez en cuando para quedar bien con alguien o lo que sea...

Lo de ayer, sin embargo, es diferente. En primer lugar, porque es un establecimiento sin más de los muchos que pueblan el Casco Histórico de nuestra ciudad y, porque es reincidente ya que aprovechó la coyuntura sanferminera para poner el café a doscientas pesetas, esto es, 1,20 euros.

Entiendo que sus dueños quieran repercutir la subida generalizada que ellos también sufren de luz, agua, materias primas y todo lo que quieran en el producto que venden. Ahora, si esas personas no ven una salvajada subir en apenas seis meses dos veces el precio por un ejercicio que, en lo ensencial, no supera los quince segundos de actividad (ir a la máquina, esperar que salga el café y volver) es que hemos perdido el oremus.

Porque no sé si existe una ley o un enunciado económico al respecto que lo recoja, pero sí que tenemos todos una percepción más o menos clara de lo que pueden llegar a costar las cosas en un momento y en un lugar determinados. Un café a 1,30 euros en una cafetería a la que acuden trabajadores en mitad de su jornada laboral para tomar este tentempié en dos sorbos es algo que escapa de toda lógica.

Por lo tanto, habría que analizar esos mecanismos misteriorosos y que se resumen en el famoso concepto del redondeo. ¿Por qué se produce al alza y nunca a la baja? ¿Por qué de diez en diez céntimos? Yo conocí otro establecimiento (al que he dejado de acudir, claro) que antes de la crisis hacía subidas de medio euro en medio euro. ¡Toma ya!

¿Y por qué Pamplona y Navarra mantienen ese cartel de ciudad cara cuando todos percibimos que no tenemos el mismo nivel de vida que hace unos años? Que en La Cepa, donde celebrábamos nuestras cenas de Instituto, ahora hay un comedor social... ¿Es que ajustar precios o, simplemente, congelarlos es una deshonra para nosotros, los paganos de la cuenta, como defiende el maestro Jorge Nagore? No lo sé. Sólo sé que, con mi dinero, ya no más. ¿Y vosotros?

4 comentarios: on "Adios, agur, adieu (o de redondeos y cafés)"

Anónimo dijo...

..y??????????

Anónimo dijo...

Esta tarde en Burgos en un tanatorio por un pesimo brebaje tambien 1,3€.
A este ritmo no se quedaran vacios por la Ley Anti-tabaco, sino por el precio del cafe

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo, pero basta con dejar de ir a esos sitios...

soyamaiur dijo...

Y el té. Qué me dices del té.
Por aquello de no repetir café, o porque dejaste de fumar y no has conseguido separar el binomio te pides un té. Es decir: una bolsita que en el super cuesta algo así como 10 céntimos de euro, o que en la tetería de San Nicolás te sale la ración a 20.
Y te cobran euro y medio por: agua caliente y bolsita. Sin leche ni ná.

En fin.