El mamporrero dialéctico de los Forales

La gresca en torno a la Ley de Policías continúa. De vez en cuando aparecen en prensa algunos artículos de personas relacionadas con la política, la Consejería de Interior o las Jefaturas de Policía, en contra de los agentes que realizan huelgas y protestas. Ayer se publicó una cuya autoría le resulta, cuando menos, extraña a nuestro colaborador más cizañero. Es un malpensado. O no.

Por ELOY RABO

Sospechoso habitual

Pues mire usted que va a ser que no. Que no cuela, que no vale, que él tampoco representa al colectivo. Ni siquiera a una minoría del colectivo. No, porque él tiene otros intereses, aparte de los laborales, que defender con uñas y dientes. Vale, perdonen ustedes, que me he lanzado a decir por qué ayer me descojonaba de la risa leyendo el periódico y aún no he aclarado a quién me refiero.

Se llama Francisco Muñoz Bosques, conocido como Paco, y es el principal mamporrero dialéctico de la Policía Foral en las últimas fechas. Es el que más cartas está escribiendo en la prensa (o, al menos, al que más le están publicando), y ayer vio impresa la última de las suyas. Les ahorraré la diarrea mental de leérsela con un resumen rápido: viene a decir que los policías que protestan contra la nueva Ley, aparte de ser unos bienpagaos, y no tener derecho a reivindicar nada, responden en su protesta a intereses espúreos. Que los que protestan son de NaBai o, lo que es peor, “batasunos”. Y que lo que pretenden es generar mal rollo incumpliendo su misión de servir al ciudadano. Esto es básicamente, insisto, y a vuela pluma, lo que trata de transmitir el fulano.

No sé si será del todo cierto o no eso de que son intereses meramente políticos los que mueven a los protestones; lo sea o no, la afirmación deja bajo los pies de los caballos a cualquier Policía. Forales y Municipales no serán vistos ahora sólo como agentes de la autoridad, sino que alguno se interrogará qué ideología tapa la gorra reglamentaria. ¿Acaso será un batasuno este munipa que anda por mi calle? Y, claro, como todo el mundo sabe (Garzón dixit) todo batasuno o sospechoso de batasuno es proclive a pasar datos e informes a los de la ferretería. Con lo cual, a partir de la carta de Paquito, todos sois sospechosos, machos y machas.

Pero vamos, que no es por nada pero, para sospechoso, el tal Francisco. Porque firma como Profesor de Ética Policial, miembro del Consejo de Dirección de la Escuela de blablabla... pero una cosa es cómo firmes y otra cosa es lo que eres. Tiren de Google, tiren, y verán que no es famoso por su defensa de los derechos de los Policías, aunque sea de la UGT. No. Lo que más le hace aparecer en la red son sus escritos políticos. ¿Políticos? Sí, amigos: es concejal en Egües por el PSN, casualmente uno de los dos partidos que permitió la aprobación de la nueva Ley de Policías. Vaya, que no sé por qué pero ya me empieza a parecer un poco menos imparcial en este asunto. Que lo mismo que dice que los que protestan lo hacen por intereses políticos, a él se le podría responder que él no protesta por esos mismos intereses. ¿No? Blanco y en botella, suele ser leche... o donación de semen.

Pero claro que también hay otras cosas a tener en cuenta. Y son los vídeos de Youtube, como éste de la procesión de San Fermín de 2009, en el que se ve que el hombre sabe controlar sus impulsos más primarios y andar con moderación por la vida (que es, exactamente, lo que pide al resto de agentes).

Copón, lo de arriba no es coña ni ironía. Es profesor de Ética, señoras y señores. Y controla sus impulsos más primarios. Fijo que fue capaz de evitar su primigenia intención de darle una hostia con la mano al fulano que le increpaba y, en vez de eso, tal y como se ve en el vídeo, le acaricia suavemente los labios con unos papeles. Probablemente, los apuntes de su asignatura. Más ético, imposible. Quédense con su nombre. Francisco Muñoz Bosques. No vaya a ser que, después de ésta y de las elecciones, lo veamos ascender.