La distancia entre Pamplona y Milwaukee

La distancia entre Pamplona y Milwaukee no es sólo física, sino también de planteamientos políticos de base. Por mucho que luego los políticos imiten cosas de las campañas norteamericanas, lo cierto es que la visión de cómo ganar votos resulta bien diferente. Iñigo Royo lo descubrió a 65 millas por hora, escuchando la radio, y comparando lo oído con lo que habitualmente escuchamos por estos lares.

Por ÍÑIGO ROYO
Publicado originalmente en Royeras.com

No, queridos lectores: a pesar de la apariencia del título, ésta no es una entrada sobre geografía, sino sobre ideas. Andaba yo ayer conduciendo de Milwaukee a Chicago por la interestatal 94, y por aquello de distraerme de las aburridas y rectas autopistas de 4 carriles me dio por poner la radio. "WUWM 89.7 FM, Milwaukee public radio", anunciaba una voz grave en perfecto acento del midwest.

Así que entre granjas, McDonald’s, y las 65 millas por hora que mi chevy de alquiler iba devorando, comencé a prestar a atención a la política local del estado de Wisconsin. El boletín de noticias comenzó con un corte del gobernador electo Scott Walker que transcribo de memoria, por lo tanto perdónenme la falta de literalidad: (léase con tono mitinero americano tan mal imitado por nuestros políticos Españoles).

"No vamos a aceptar el dinero del gobierno federal para hacer un tren de alta velocidad. Es un proyecto sin sentido, no vamos a coger el dinero de los contribuyentes y dilapidarlo en una obra cuya adjudicación ha sido oscurantista y no aporta casi nada a nuestra comunidad. No, no lo vamos a hacer. Lucharé legalmente para que no nos obliguen desde Washington a construir ese tren, queremos destinar el dinero de los contribuyentes a proyectos más adecuados a nuestras necesidades".

Fue escucharlo y mi mente en acto reflejo me trajo de golpe recuerdos de Miguel Sanz rompiendo con acento ribero toda su línea política por un tren de alta velocidad. Ya perdonaréis que mi cerebro tenga esos pensamientos tan raros, pero si alguna vez conducís muchas millas en una autopista de 4 carriles, derecha como una vela, sin poder sobrepasar los 110 por hora, y sin ni siquiera un embrague que haga ocupar el pie izquierdo, podréis comprender que estas y otras cosas puedan ocupar por un rato un espacio mental.

En fin, volviendo al tema que me disperso. La cuestión es que ante mis recuerdos aparecía un Sanz, al que mi calenturienta imaginación dibujaba en una tarde otoñal, construyendo una maqueta del AVE a su paso por Navarra y pensando para sí mismo:

"Seguramente tendré que comprar dos o tres modelos de estaciones en la tienda de maquetas por aquello de que habrá que poner paradas en más de un sitio, seguro que en Tudela, y si me apuras hasta en Castejón que es un nudo importante, que la alta velocidad es como el metro para la comunidad Foral. Y ya de paso voy a construir en marquetería la orografía del terreno, así podré echar cálculos de la cantidad de metros cúbicos, túneles y puentes que habrá que construir. Bueno y también tendré que pasar por la Morea que he visto que en una tienda venden replicas de Buldócer de Caterpillar porque habrá que machacar ese Alvia que tenemos que nos pone en Madrid desde Pamplona en 3 horas para dejar paso al flamante AVE. Ya me veo el día que abandone la Diputación, mi cuadro como presidente con un fondo pintado al óleo con tan magna infraestructura plasmada de un modo artístico que la ligue ineludiblemente a su humilde promotor. Esto va a ser todavía más grande que el Reyno de Navarra Arena y el circuito de Los Arcos juntos, así seguro que las fuerzas vivas de Navarra están conmigo" .

La recreación de mi imaginación seguramente no es fidedigna, pero el concepto creo que sí lo es. La idea de localismo que impera en nuestra tierra, mezclada con la alegría a la hora de gastar el dinero de los ciudadanos en empeños megalomaniacos, y las ganas de que esa casta político -constructora - mediática mantenga el status quo sea como sea, desgraciadamente creo que es muy real. Pues bien ante estos pensamientos se contraponía en mi mente la declaración del gobernador de Wisconsin.

Vaya por delante que no tengo ni idea de quién es el señor Walker, ni de cuáles son sus pensamientos políticos. Puede ser que se niegue a hacer este tren porque Exón o BP tienen lobbies que le digan que lo mejor es que los señores del midwest gasten gasolina en sus enormes vehículos que se arrastran a 65 millas por las rectas y anchas autopistas. O puede ser que sea honrado y sincero, y realmente piense lo que dice y lo defienda. En realidad es lo de menos, lo destacable es que en el estado de Wisconsin hay un político que piensa que va a ganar más votos diciendo que este tipo de obras no tiene sentido, y son una forma de robar el dinero del pueblo para hacer ricos a unos pocos pero influyentes constructores, mientras que a 9.000 km de distancia hay otro político que piensa que va a pasar a la posteridad por empeñarse en hacer justo lo contrario.

Y, por mucho que me pese, los políticos suelen ser buenos sociólogos y conocen los gustos de sus votantes, así que la distancia entre Pamplona y Milwaukee, queridos lectores, son 9.000 km físicos y todo un mundo sociológico.