Barcina es... Miss Verano 2010

Porque ha hecho méritos, a base de salir en la prensa,
bien como decoradora de la plaza de toros, bien como
adalidad de la tauromaquia y el navarrismo; porque
el verano que podría parecer horribilis quizá
no lo sea tanto, y porque a Eloy Rabo le da la real gana,
se nombra a Yolanda Barcina... Reina del Verano.

Un artículo de ELOY RABO

Sueña con ser como Ansón en Miss España

Señoras y señores, miembros y miembras del jurado: lo tengo más claro que el agua. Doña Yolanda Barcina Angulo (y no hagan rimas) es, sin lugar a dudas, Miss Verano 2010. Enhorabuena a la ganadora y aplausos para los que pierden. Porque nadie como ella ha acaparado los focos de la prensa, ni ha hecho correr tantos ríos de tinta. Se coloca por delante incluso de otra ilustre, de cuyo nombre no tenemos certeza, que lee comunicados con la capucha puesta. Ni ésta ha conseguido tantos flashes como la alcaldesa.

Por si a alguien se le ha olvidado algo, enumero sus méritos. Empezó la época estival recibiendo una hostia desde Madrid, que le dijo que lo de las peñas no era apología del terrorismo. La primera, en la frente. Se recompuso Yolanda para, en los Sanfermines, lucir esplendorosa: alcaldesa, aficionada de la Roja y hasta decoradora. Porque, en su afán por decorar la ciudad, sacó unas pancartas para cubrir unos tendidos abandonados, para que nadie sintiera horror vacui. Que lo mismo podía haber puesto ahí la pantalla gigante para la final del Mundial, y mataba dos pájaros de un tiro. Con ello, y obnubilada por Casillas, Iniesta y compañía, terminó los sanfermines.

Las lonas le dieron juego, a ella y a la oposición, pero mucho más juego le dio la polémica sobre los toros. Al grito de "¡Contrafuero!", aseguró que no era buen navarro quien atacaba algo tan esencialmente navarro como la tauromaquia y los encierros. Y, haciendo profesión de su navarrismo, cual Marianne republicana (con perdón), se envolvió en el toro de Osborne para lucir sin complejos su afición. Con la factura de las lonas enviada ya a la sede de su partido por el pleno del Ayuntamiento, Yolanda puso un día la tele y vio que Pucho, a quien "había querido pucho" (léase a lo Millán Salcedo), enseñaba su segunda vivienda en un programa de Antena 3. La contraprogramación no se hizo esperar, y Yolanda anunció que se separaba.

Esto último es, sin duda, lo menos mediático de todo. En realidad, no debería ser nada mediático, puesto que a usted, a mí y a todos mis compañeros nos la pela qué haga con su vida privada un personaje público (¿o no?, ah, que eso era antes...), y de lo que nos tendríamos que preocupar es de su gestión, que no es poco. Tampoco es plan, en cualquier caso, de que algunos maten al mensajero y digan que hay carroñeros mediáticos y noticiosos explotando el asunto. Que no digo yo que no los haya; pero habría que preguntar, a quien tomara la decisión de comunicar la separación eclipsando lo de la casa, quién lo ha empleado y cómo.

De cualquier modo, e incluso obviando el affaire matrimonial, está claro que Yolanda Barcina ha hecho méritos para ceñirse la corona de Miss Verano 2010. Y también está claro que la alcaldesa tiene más peligro con una cámara cerca que depilar a la cera a Chewaka, el de la Guerra de las Galaxias. O eso o aplica a rajatabla aquello de "que hablen de mí, aunque sea mal".