Llegan las hordas... las tendremos informadas

Por LA TXISTORRA DIGITAL

Con la colaboración de Er Jimi

Llegaron las invasiones bárbaras. Y que no se nos enfade nadie por la comparación, pero es que los vemos tan palidicos, tan rubios, tan fortachones, tan altas, tan de pelo largo que... nos recuerdan a la imagen de los vikingos. Por ejemplo, saqueando Roma. La imagen es de ayer, día 5, y todavía iban formales, caminando por una Estafeta ya preparada y con los barriles de cerveza tentándoles desde el minuto 1 de su visita. Incluso hacían caso a su guía. A partir de las 12 del mediodía (y probablemente antes), tengan problemas incluso para saber de dónde vienen. Mañana, quizá, tengan dudas incluso de dónde están.

Pamplona ya huele a toro, a cerveza, a crema bronceadora (es lo que tienen los rostros pálidos del norte y del este, y también de las antípodas). Suena a barracas, a botellas tintineantes en bolsas de plástico y a espectáculos callejeros, a acordeones mendicantes y a saludos de mimos habladores que te cuentan la historia de por qué vienen a hacer la fiesta trabajando como pueden. Pamplona ayer estaba de cinco de julio, el día en que se acaba el mundo, el día en que da la sensación de que sólo falta que alguien se vista de blanco para que esto arranque. Porque todo lo demás está hecho y, si no lo está, tendrá que esperar hasta dentro de muchos días. Ayer, sin ir más lejos, si te pasabas echando dinero en la zona azul, aparcabas ya hasta el 26 de julio.

Llegan las hordas, y las tendremos informadas. Las casetas blancas del Ayuntamiento (con logotipo de 2016, ¡cómo no!) están preparadas. Aunque, eso sí, y como nos enseña con esta foto Er Jimi, no todas están ubicadas estratégicamente.

Ésta, cerca de las murallas, del colegio El Molino y el Club Natación, la han puesto en medio de la carretera. Con un par. Que se vea. Lo mismo están experimentando un sistema para informar a los conductores sin que apenas paren, a lo Mc Auto del McDonald's. O lo mismo es que pretenden acabar la fiesta con menos naranjitos de los que la empiecen. Misterios presanfermineros.