Ya falta menos
Me parece cojonudo que me lancen a mí el marrón de escribir sobre el recientemente presentado programa de fiestas de San Fermín. Es más: me dicen que me lo pasan porque Miguel Izu está ocupado probando cañas, y que a los presuntos mandamases del txistorreo les había dado calabazas el ex presidente mancomunado. Y resulta que no me importa lo más mínimo ser segundo plato. En San Fermín, además, el segundo plato es el de fundamento: los entremeses, los espárragos, las ensaladitas y demás quedan siempre eclipsadas por el estofado de toro o el chuletón. Así que el segundo plato, en esta ocasión, llega con ganas de ciscarse varias veces en la programación sanferminera.
En realidad, la fiesta del 6 al 14 de julio es la improvisada, la callejera, la rebelde ante la oficialidad: la que consiste en tirarse desde una fuente, disfrazarse para los toros, hacer unas siluetas de camellos y montar una atracción de feria en la andanada y mil cosas de ese pelo. Sin embargo, impuestos mediante, el Ayuntamiento programa 533 actos "oficiales", de los cuales un 75% de los sanfermineros no verá ninguno. Pues vale. Pero ese hecho, el que vayan a ser minoritarios, no permite de ningún modo que se hagan con el ciruelo.
Empecemos por las cifras. 2'8 millones de euros cuestan los actos del Ayuntamiento. En pesetas, para que nadie se pierda, son unos 465 millones. Es necesario todavía traducirlo a pesetas para darnos cuenta de la magnitud del asunto. De ésos, 4 milloncejos van a destinarse a difundir y publicitar el programa. Es decir, a que la gente se entere de lo que se hace. Son 25.000 euros... o sea, lo que donamos a través del Consistorio para la catástrofe de Haití. Me ahorro calificativos.
Y ya, a partir de ahí, si quieren discutimos sobre los contenidos. Por ejemplo, sobre que a los gigantes se les despida en la Plaza del Ayuntamiento (no faltará la alcaldesa a la foto, claro) en vez de en la Estación de Autobuses. O del hecho de que los conciertos de la Plaza de los Fueros se adelanten una hora, mezclando con los niños que vuelven de ver los fuegos a jevitrones y litronas que van a brincar con Rosendo o Reincidentes. También se puede valorar que el programa físicamente se imprima en monolingüe, y que haya 40.000 en castellano y tantos en euskera como en inglés (8.000). Pero todo eso ha quedado eclipsado por el titular: vendrán Bertín Osborne y Los del Río. Guau. Con dos nombres, hemos dejado de hablar de todo lo demás que he puesto arriba.
La verdad, si me lo permiten, me la pelan Los del Río y me la pela Bertín Osborne. Dudo que me acerque a verles. Y, si me preguntan qué criterio creo que se ha empleado en la elección, o si esto nos ayudará en la pelea por la Capitalidad Europea de la Cultura, les respondo. Bertín viene porque Osborne es un apellido muy taurino, y en realidad a alguien se le cruzaron los nombres. "¿Ah, que no tiene ganaderías? ¿Que canta? Pues véngase, hombre". Y Los del Río también vienen por una cuestión nominal. Alguien debió de pensar que era un grupo muy adecuado para resaltar los esfuerzos del Plan Fluvial del Arga. Si la principal obra del Ayuntamiento fueran los baños públicos, habrían traído a Mojinos Escozíos. Explicaciones chorra, desde luego, pero... ¿creen que los programadores han manejado otras mejores?
2 comentarios: on "Bertín, Los del Río... ¿y Mocedades no?"
Pues sí y pues no.
Mirando el programa a mi poco me atrae, la verdad, y soy de los que disfrutan y viven esos sanfermines improvisados, donde el mejor momento siempre surge cuando uno menos se lo espera. Pero si por algo se caracterizan los sanfermines es por ser una fiestas internacionales... y para todos. Para que lo puedan disfrutar los jóvenes, los niños... y también las personas mayores o las que empiezan a serlo. Y ahí entran Los del Río, Bertín Osborne y la madre que parió a la Pantoja... digo yo.
A ver... Bertín se apellida Osborne, que es una marca de bebidas alcohólicas (100% San Fermín), cuyo símbolo está por toda la geografía y es un toro negro (100% San Fermín) y es un conocido juerguista al que le gustan más las mujeres que a Berluscoñi (100% San Fermín). Es lo que pasa, crías cuervos... y te salen estos pajarracos (eso sí, con pajaritos de pilila).
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