La "tontá" del mes

Por ER JIMI

Apasionado de la txistorra de Arbizu

La solidaridad que uno puede sentir por los trabajadores de Gamesa en Alsasua no puede servir de excusa para reducir el alcance de la denuncia. Porque lo que hemos visto estas horas, es decir, un presidente autonómico comprometiéndose, cual si fuera una oficina del INEM ambulante, a recolocar a noventa despedidos no tiene nombre ni justificación.

El primer motivo por el que se descalifican las manifestaciones de Miguel Sanz es que suponen un agravio comparativo. Si el presidente de Navarra considera que su Ejecutivo tiene "una responsabilidad política" con los damnificados por la salida de Gamesa de Alsasua, ¿qué tipo de deber tiene asumido con los más de cuarenta y tres mil personas que están en paro en la Comunidad foral?

Por otro lado, no creo que, entre sus funciones, esté la búsqueda activa de trabajo. Al contrario, su cometido es gestionar lo público de tal modo que no se llegue a la situación que se ha vivido en Alsasua: Gamesa era inviable simple y llanamente porque no había ninguna opción de ampliarla y dotarla de carga de trabajo.

Finalmente, denota un paternalismo trasnochado y caduco, una concepción falaz y populista de lo que se entiende por servicio a los demás y, en fin, un sentido de apropiación de lo público inadmisible para los tiempos que corren.

Si lo que nos espera en este año que falta para la celebración de elecciones en nuestra región son este tipo de pensamientos mesiánicos sin que se produza ningún tipo de reacción ni cortapisa por parte de ningún estamento, es que Navarra se enfrenta a problemas muchos más graves que los puramente económicos.