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martes, 27 de abril de 2010

José Tomás y la plaza de Pamplona

Por HARITZ PASCUAL
Entendido de sol


José Tomás se recupera favorablemente de las graves heridas sufridas tras la durísima cogida en la plaza de toros de Aguascalientes (México), el pasado fin de semana. Los toreros están hechos de otra pasta, pero el de Galapagar tiene una larga recuperación por delante. De momento, se pierde su vuelta a Las Ventas, prevista para junio. A Pamplona, a la Feria del Toro, ni iba a venir ni, ciertamente, se le esperaba.

José Tomás es un torero que no deja indiferente a nadie. No entraremos en su forma de torear, en si es valentía o temeridad, si es un artista o un showman de deportes de riesgo - 15 cogidas en menos de 10 años de carrera profesional hablan por si solas - ; eso lo dejaremos para otro día. En lo que José Tomás también destaca es por su controvertida relación con los medios de comunicación, que deriva finalmente en su no presencia en numerosas plazas de toros, incluida la monumental iruindarra. Repasemos un poco la historia entre diestro de Galapagar y Pamplona para explicar todo esto.

Tomó la alternativa en diciembre de 1995 en México, donde un mes después ya sufría su primera cogida grave. El joven José Tomás llegó en 1996 por primera vez a Pamplona. Compartía cartel con Emilio Muñoz y Juan Mora, en la siempre correosa corrida de los Cebada Gago, el 13 de julio. Cuentan las crónicas de aquel día que José Tomás arrasó con sus compañeros de lidia; y le cortó una oreja a uno de los Cebadas. Ya entonces empezó a destacar por ser un torero distinto, con un estilo muy criticado por los puristas y entendidos, que afirmaban que “así no se torea”.

En el 97, José Tomás no estuvo en Pamplona, pero comenzó a codearse con los mejores diestros del momento, logrando importantes triunfos; sobre todo en su casa, Madrid, cortando dos orejas en Las Ventas.

En 1998 volvió a Pamplona, ya como una estrella. Era 14 de julio, y el de Galapagar corto dos orejas de la corrida de los Torrealta. Aquella tarde brindó su primer toro a Miguel Indurain, ya retirado del ciclismo y disfrutando (en la octava fila del tendido) de la corrida, como él hizo disfrutar a la solanera durante tantas y tantas jornadas de julio. Un cronista de aquel día afirmaba en su análisis que nunca había visto a nadie torear mejor.

La siguiente temporada, la del 99, fue la última vez que José Tomás pisó el ruedo pamplonés. Lo hizo además con polémica. Programado para dos tardes, el de Galapagar se cayó del cartel del 14 de julio, donde iba a coincidir con Enrique Ponce, tras una mala corrida el día anterior con los también malísimos toros de Guadalest. Ese 13 de julio, acompañado por Espartaco y Francisco Rivera, José Tomás estuvo brillante con capote y muleta, pero desastroso con el estoque. Dos pinchazos en el primero de la tarde y tres en el segundo hicieron que el diestro madrileño se fuese de vacío al hotel; eso sí, con la ya habitual ovación de Pamplona, donde los aplausos salen baratos.

El cartel del 14 de julio prometía, tenía morbo: César Rincón compartía tarde con Enrique Ponce y José Tomás, quienes no se brindaban una gran amistad. Pero, como decimos, a última hora y tras el fiasco del día anterior, José Tomas se cayó del cartel, siendo sustituido por el siempre aclamado por la solanera Pepín Liria. Esa tarde Enrique Ponce salió a hombros de la Monumental.

Fue la última vez que José Tomás estuvo en Pamplona. Al año siguiente, él y Joselito iniciarían una guerra contra las televisiones, en defensa de sus derechos de imagen. Ya en 1999 José Tomás había renunciado a torear en Bilbao porque televisaban la corrida. Además, su representante anunció que no haría declaraciones a los medios de comunicación. Comenzaba así la polémica relación de José Tomás con los periodistas y también con la afición, que le reprocha desde entonces ser torero de élites, de los que se pueden permitir pagar las entradas para sus corridas y no de los que se tienen que conformar con disfrutarlo a través de la televisión.

José Tomás se retiró en 2002 y volvió mediáticamente en 2007. No ha regresado a Pamplona; y parece ser que, mientras no cambie de postura respecto a contratos y retransmisiones por televisión, no lo veremos en la Monumental. No será la plaza de más prestigio ni la que más dinero dé, pero ya lo dijo Salvador Cortés este año: “No les gusta Pamplona y no vuelven... quienes no han triunfado en ella”.

5 comentarios: on "José Tomás y la plaza de Pamplona"

Feria del Toro dijo...

Txistorreros:

José Tomás sí estuvo en el 97.
Toreó la del Conde de la Corte el día siete (cuajando un toro que al ganadero no se le va de la cabeza) y otra de Jandilla el día 11, cuando todos teníamos en la cabeza en Ermua.

Redacción LTXD dijo...

Agradecidos de la corrección, compañeros de la Feria. Un saludo.

Anónimo dijo...

Me considero buen aficionado a los toros y todavía me acuerdo del primer día que ví torear a José Tomás (gracias por recordarme que fué en 1996 y que el tiempo pasa muy deprisa). Entonces pensé y, así se lo transmití a quien estaba a mi lado, que aquel torero sería figura del toreo, moríría en el ruedo, o ambas cosas a la vez. Su trayectoria me reafirma en la opinión que me formé aquel día. Su comportamiento ante determinadas ferias, su actitud ante los medios de comunicación y la retirada inesperada para tener luego una reparición mediática me reafirman en mi criterio. José Tomás torea bien, pero quiero pensar que tiene errores técnicos de bulto. Si no fuese así, sería que su extraña personalidad le está empujando a buscar la muerte en la plaza para así poder engrandecer su mito y su figura. Quiero pensar que son errores cuando se coloca en el terreno del toro o cuando no rectifica su posición cuando es necesario hacerlo o cuando intenta hacer el mismo tipo de faena cualquiera que sea el tipo de toro que le haya correspondido. ¿Alguien pensaría que Fernando Alonso conduce bien si después de 3ó 4 vueltas maravillosas, al límite de sus posibilidades, acabase saliendose de la pista sistemáticamente?. Pues ese ejemplo es comparable a un torero que torea bien, pero que le coge el toro una y otra vez por estar en un terreno inadecuado o intentar dar pases que determinado toro no se deja. De todos modos, esa forma de torear y entender el toreo le ha servido para llenar plazas, porque estoy convencido que a muchos "aficionados" les mueve el morbo de ir a verle para poder decir "yo estuve en la plaza el día que un toro mató a José Tomás"

Javier D dijo...

Hay quien dice que José Tomás no es mediático porque no habla con los medios. Mediático puede ser el que se sale de la norma y llama la atención por cosas como, por ejemplo, no hablar con los medios.

INFORMACIÓN Y AGITACIÓN dijo...

¡¡Huy!! ¡Qué poco ha faltado esta vez para que tuviera que dedicarle una canción su amigo Joaquín Sabina! (con ironía y acritud)