Dos visiones de Garzón desde la Memoria Histórica

En los últimos días han aparecido sendos comunicados de dos asociaciones de familiares de represaliados por el Franquismo y fusilados en Navarra durante la Guerra Civil, que se pronunciaban en sentidos distintos sobre el proceso abierto contra el juez Garzón. De ambos se ha dado buena cuenta en los medios de comunicación. Al haber recibido el de la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra, creemos conveniente dejar aquí ambas reflexiones para que nuestros lectores puedan opinar sobre ambas o sobre el caso en general. Las dejamos ambas por orden de aparición.

La Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra dice que "sentar a Garzón en el banquillo es un ataque a la memoria"

Publicado por EUROPA PRESS

28 de marzo de 2010

La Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra expresó hoy su apoyo al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ante la querella interpuesta contra el magistrado por investigar los crímenes del franquismo y afirmó que "sentar al juez Garzón en el banquillo supone un ataque directo contra la memoria democrática de la sociedad".

La asociación afirmó en un comunicado que "son los familiares de los fusilados los que necesitan cobertura legal y jurídica para recuperar a los desaparecidos" y añadió que "querer buscar a un familiar desaparecido con toda la seguridad legal y jurídica es algo tan elemental que resulta indignante el recurso contra Garzón".

Por ello, la asociación lamentó que "todavía hoy, a 70 años de haber finalizado la guerra civil, haya sectores, minoritarios, de la sociedad que no comprendan una demanda tan humana como ésta".

Así, indicó que "jamás dejaremos de buscar el paradero de los restos de las personas fusiladas por pensar diferente en aquella Navarra del 36, es una actitud humana, una demanda justa, pero sobre todo es una labor que pretende solucionar uno de los principales problemas de nuestro imaginario democrático; la existencia todavía de desaparecidos en nuestra cunetas".

Para la asociación navarra, "resulta vital superar ese baldón cuanto antes, sin menospreciar a los familiares, sin sumar más agravios, haciendo todo lo posible por procurar un buen cierre del duelo". "En eso estamos y en eso continuaremos desde nuestra labor en Navarra, así como adhiriéndonos a nivel estatal a las acciones que se propongan desde la asociación para la recuperación de la memoria histórica", concluyó.

Garzón: no en nuestro nombre

Por GABRIEL MARTÍNEZ MORENO

Nieto de fusilados de Sartaguda, en nombre de AFAN

En los años 80, la Asociación de Familiares de Asesinados de Navarra (AFAN) llevamos adelante la recuperación de la memoria de lo ocurrido en nuestra tierra tras el golpe militar de 1936. El resultado de nuestras investigaciones pueblo por pueblo dieron lugar al libro de Altaffaylla “Navarra 1936. De la Esperanza al Terror”, de todos conocido. Asimismo realizamos los primeros grandes homenajes a los fusilados y las primeras denuncias, tanto a los culpables como a sus continuadores políticos durante todo el franquismo.

El descubrir y divulgar aquellas violaciones de los derechos humanos y la exigencia de responsabilidades, no se puede hacer a cualquier precio. Por ello tenemos que denunciar el comunicado aparecido en la prensa firmado por la llamada “Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra”, de reciente creación, apoyando al juez Garzón, considerando que sentarlo en el banquillo “es un ataque directo contra la memoria democrática de la sociedad”.

Todos sabemos que desde 1987 el juez Garzón trabaja en una institución, la Audiencia Nacional, que es una jurisdicción de excepción, heredera directa del nefasto Tribunal de Orden Público franquista. Desde esta institución, el juez Garzón ha visto pasar por delante suya a cientos de detenidas y detenidos que le han denunciado torturas horrorosas en la incomunicación sin que jamás haya abierto ninguna diligencia al respecto como sería su primera obligación. Numerosos organismos internacionales lo han denunciado repetidamente, desde los reiterativos informes anuales de Amnistía Internacional hasta el reciente y categórico informe del relator de Naciones Unidas, Theo van Boven. Como botón de muestra, basta recordar el “caso Aizpurua”, salvajemente torturado como reconoció en su informe el Comité de Prevención de la Tortura del Consejo de Europa en 1994. Además el juez Garzón ha sido el protagonistas de numerosas violaciones de derechos democráticos, ilegalización de partidos, cierre de medios de comunicación, detención de políticos y cargos públicos y un sin fin de disparates que lo colocan mucho más cerca de los comportamientos de los matones del 36 que de los luchadores por la democracia y los derechos humanos.

La lucha que llevamos de tantos años para recuperar la memoria y la de nuestros familiares asesinados hay que llevarla desde la dignidad. Por eso no podemos permitir que un personaje siniestro como Garzón se escude en nuestros familiares asesinados para lavar su propia imagen de represor y de vulnerador recalcitrante de derechos humanos. Ni a él ni a la citada Asociación de Familiares les permitimos que hagan nada, ni en nuestro nombre, ni el de nuestros familiares.