Alquila una gallina y ponla en tu jardín

Por JAVIER DOMÍNGUEZ

Gallináceo perdido

"Ponga una gallina en su vida" podría ser un eslógan para una empresa que lleva unos dos meses y medio en funcionamiento, pero que ha conseguido llamar la atención de medios de comunicación y particulares. Preocupados tal vez por el hecho de que algunos niños piensan que los huevos salen "de la nevera", y buscando nuevas oportunidades de negocio, se lanzaron a la aventura de alquilar y vender gallinas. Bueno, no solamente: también se pueden apadrinar.

Alquila una gallina nació cogiendo una idea importada de Australia. "Hablé un par de veces con David, el promotor de la idea en Australia, y me animó a probar": así de sencillo lo cuenta Eduardo Otxoa, uno de los socios del negocio navarro. Que nadie piense, en cualquier caso, que lo principal es ahorrar los costes de los intermediarios y consumir huevos más baratos: "A todos nuestros clientes les dejamos muy claro que no es cuestión de economia familiar, que si sólo es por los huevos, no merece la pena". Las cuentas claras: teniendo la gallina según lo propuesto por Eduardo, "en semilibertad, reciclando los restos de verdura de nuestras casas" para darles de comer, los animales ponen aproximadamente 23 huevos durante el mes de alquiler. Teniendo en cuenta que ese mes sale por 63 euros, cada huevo costaría bastante más de dos euros.

Concienciación por encima del dinero

Esos 63 euros son lo que cuesta tener en su casa una gallina, en su jaulita, poniendo huevos, durante un mes. "El alquiler", digamos. ¿Que le gusta la experiencia? Puede comprarla. "Para luego quedarte con la gallina, otra de regalo y todo, incluida comida para un año entero, tendrías que pagar 168 euros", cuenta Eduardo. El apadrinamiento sale por 35 euros al mes, y consiste en que se aparta la gallina, se guardan los huevos que ponga para el padrino, y éste puede ir a visitarla siempre que quiera a una granja, cerca de Pamplona, donde se encuentran. "Las que alquilamos van directas del criador a casa del cliente, por temas de sanidad, vacunas...", explica Eduardo.

Tener una gallina en el jardín es, para él, algo que supera la cuestión económica o incluso la nostálgica de comer huevos recién puestos, como antaño. "Es una manera de que los niños aprendan, una manera de tener el jardín libre de insectos" (y sin pesticidas), "¡es una mascota!", exclama Eduardo. ¿Una mascota? "No puedes pretender interactuar con ella como con un perro", reconoce, "pero es bastante sociable, al contrario de lo que pueda parecer; más incluso que mascotas más habituales como serpientes, iguanas...". Y, por cierto: Eduardo tiene calculado, aunque sea a ojo, que "sólo una de cada aproximadamente 300 gallinas pica alguna vez", y sólo "cuando intentas coger el huevo cuando la gallina está en el nido".

Enseñar a los pequeños el respeto a los animales, tratando a la gallina como un ser vivo y no (al contrario de lo que ocurre en explotaciones industriales) como una "fábrica de poner huevos" es sólo una parte de la preocupación por el medioambiente de los promotores de Alquila una gallina. Las jaulas para las gallinas están hechas con materiales casi 100% reciclables, ya que, como dice Eduardo, "no podemos intentar hacer una educación medioambiental ni abogar por la sostenibilidad si no damos ejemplo".