UPN y CDN rompen, pero la vida sigue igual

Por ELOY RABO

Analista con el nabo

Ciudadanos y ciudadanas (dos puntos):

¿Cataclismo? ¡Ja! ¿Crisis? ¡Ja! Todo lo más, dos nuevos parados en las listas del INEM, de nombres ilustres y jugoso subsidio tras cese. Que Miguel Sanz anunciara ayer que ya no "ajunta" al CDN supone entre nada y menos que nada para ustedes, para nosotros, para mí y para Navarra. Otra cosa es que nos divirtamos haciendo cábalas sobre la auténtica esencia de la ruptura, dudando si lo ocurrido es realmente como lo explican o hay detrás cuestiones que nunca nos contarán. Para mí que Sanz quería un ERE en su Gobierno y necesitaba la chorrada que siempre justifica un despido. Y la ha encontrado.

Es cierto, soy un conspiranoico. Pero imagínense que ustedes son un partido de centro-derecha que ahora, disputándoles el mismo pastel, ya no sólo tienen enfrente a unos renegados de su propio partido... sino que además han llegado otros con muchos dineros provenientes de Madrid. Pues, lógicamente, se lanzarán a degüello del pez pequeño, a ver si se lo pueden comer, y dejarán de mirar con esa condescendencia con la que se mira al hijo de 18 años que se emancipa por cabezonería. "Ya volverás, con el rabo entre las piernas", piensan algunos padres.

Es que estamos casi a 2010, se acercan las elecciones del 2011... y vale ya de mamoneo, compadreo y silloneo. Leña al mono. Anulemos a Convergencia, que luego ya iremos a darnos de hostias con el PP. Total, el apoyo del PSN siempre estará ahí. Ayer, Roberto Jiménez tardó unos minuticos nada más. Tarítaríiiiii... "Por supuesto, garantizaremos la estabilidad". No lo dudaba, oiga. Garantía no recíproca que garantiza a Sanz el mantenimiento del poder e incluso el mantenimiento de todas sus líneas políticas. Porque el PSN da apoyo sin pedir sillón a cambio ni conseguir tampoco corregir a la izquierda las propuestas de UPN. Tipo listo y hábil como pocos, este Jiménez.

Vamos, que todo seguirá igual, pero con dos consejeros menos. Por mucho que Zabaleta-Pataleta venga a decir que quiere elecciones anticipadas (tal vez tema que su coalición diga Na-Bye antes del 2011), éstas no se producirán. Los parados que le preocupan a Nuin no compartirán fila ni cursillo de formación y reciclaje con Esparza y Pérez-Nievas, eso seguro. Ni necesitarán ir al comedor social de la calle Jarauta (por desgracia: a algunos políticos les vendría bien una cura de humildad así). No, señores y señoras: no cambiará nada de nada.

Ah, ¿dicen que quieren especular sobre el porqué de esto? Bien, venga, especulemos. Yo ya he dicho que, a día de hoy, el mismo pastel que se comían un partido (UPN) y un gruppeto (CDN) lo tienen que repartir dos partidos (sumen el PP) y el gruppeto. Digo también que Sanz no necesitaba a CDN desde que el PSN dijo, en el minuto 1 después de Puras, que ponía la nalga para lo que usía quisiera. Digo también que CDN sólo se abstuvo en la toma en consideración de una propuesta de ley: espuma de champaña, fuego de virutas... nada. Digo también que tener dos consejeros menos en tiempo de crisis resulta un buen eslogan: "Recortamos gastos de personal, con dos cojones". Digo que, en todo caso, ahora tendría sentido que el que entrara en el Gobierno fuera el Partido Socialista, que para algo es el principal respaldo de UPN para hacer su política. ¿Convergencia? Entre 2003 y 2007, tuvo 4 parlamentarios y 2 consejeros; desde 2007, tenía el mismo número de consejeros que de parlamentarios. ¿De qué llora ahora, si jamás un partido sacó tantos réditos por tan poco?

La noche de hoy habrá sido larga en algunas casas. Las invitaciones a cenar, los "a ver cuándo estamos", y los "en el fondo ya sabes que no nos diferenciaba nada, que lo hice por cariño a Juan Cruz" habrán surcado las líneas telefónicas navarras. Quizá alguno haya sacado del baúl de los recuerdos, uúuu, aquel ajado carnet de UPN que no tiró cuando Alli era Alli, Chorraut era Chorraut y CDN no tenía ningún pasado, aunque tampoco se le viera mucho futuro. A día de hoy, fuera del Gobierno, sin un motivo personalista en la Presidencia y previsiblemente atrapado en el choque centroderechista entre Partido Popular y UPN, nadie da un duro por ellos. Salvo el erario público, en forma de subsidio y escolta.