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Juan José Domínguez

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Economía

sábado, 12 de septiembre de 2009

De olores y pituitarias

Por ELOY RABO
Chanel nº 6, que el 5 tiene rima


Hay gente que huele a pijo. Lo siento, es así. No lo digo en plan peyorativo. Oler a pijo no es malo ni bueno, es una sensación transmitida. Tendrán la culpa esas colonias "fresquitas", como las definen en las tiendas de perfumes. ¡Ja! Fresquita de verdad es la Nenuco, que no falta en el neceser de toda madre previsora, y que lo mismo vale para el niño que para el padre cuando aprieta el calor: chorretazo de Nenuco en la nuca y listo.

Ayer me pasó por delante un chaval que olía a pijo. Estaba en el autobús, y la fragancia de la colonia inundó mis pituitarias. No era fuerte ni floja, ni muy masculina ni muy afeminada. Un flús flús pasable, un snif snif que, sin embargo, empalagaba. Olía a colegio privado, a discoteca de botellitas a 8 euros, a bufanda Burberrys de cuadros puesta sin frío y sólo por moda. Muy distinto, pensé, a los olores de mi infancia: Varón Dandy, colonia con ronquina y aquel olor a petróleo de la loción para el afeitado (sólo los snobs le llamaban entonces after shave). Brummel también era para hombres: dura y densa, más para untarla en el cuello con cuchillo, como si fuera mantequilla, que para ser esparcida en plan humidificador.

Iba leyendo el periódico mientras aquel aroma a colonia de marca se alojaba, dispuesto a quedarse un rato, en mis fosas nasales. Diego Armando Maradona apareció ante mí, en una foto retrato del fracaso. Maradona, sin embargo, incluso en aquella imagen, me olía a pijo, cuando en realidad olerá a habano y sudor que nunca acaba de metabolizar todo lo que se le ha metido al cuerpo.

Pasé de página, buscando algo que me cuadrara más con la sensación olfativa que tenía por okupa. Belén Esteban podría perder la custodia de su niña. ¿Por no hacer que se comiera el pollo? No, por exponerla al escarnio público. Belén Esteban me olía a colonia pija, cuando esa mujer tiene que oler a Nenuco o pachuli (según el día), tabaco rubio y algo de fritanga: es una madre moderna, sí, pero tiene pinta de hacer croquetas como nadie. En otra página contaba lo del nieto del Marqués de Feria (que no Duque, que no es lo mismo) detenido por lo de Pozuelo. Éste sí tenía que oler a colonia pija, y no sólo por culpa del chaval con el que compartía autobús. Malditas fragancias autoinvitadas.

De repente, se abrió la puerta. Mi pituitaria pareció reaccionar. La glándula detectó olor a comida entrando desde la calle. Se borró el recuerdo en el olfato. Miré la información del nieto del Duque: me olía a estupidez. Pasé corriendo a mirar a Belén Esteban: me olió a fracaso absoluto. Miré entonces la foto de Maradona. Olía, efectivamente, a sudor... sudor de hombre que nunca sale perdiendo del todo, el intocable siempre perdonado, el Dios con pies de barro al que cualquiera de sus compatriotas prestaría su pie o llevaría en volandas al fin del mundo. Un tentetieso (y no vale hacer bromas sobre su morfología actual) que siempre cae de pie. Maradona no es una persona cualquiera, que cantaba Calamaro.

Mi liberada pituitaria no se interponía en la captación de la realidad. "Esto marcha", me dije, "aunque no te fíes porque, cuando no es una cosa, es otra la que nos impide ver la verdad". Pensé qué otros clichés, qué otros olores (reales o figurados) nos afectan a la hora de ver cuando miramos. Y, en ese mismo momento, pasó una chica con aspecto de ejecutiva. No olía a pija, pero olía bien. Muy bien. Volví al periódico para que nadie me acusara de acosador ni salido. Pero no. Mierda. Maradona me olía a treintañera.

2 comentarios: on "De olores y pituitarias"

Seguidora de la Txistorra dijo...

Sugerencia a la Txistorra:
Como ustedes escriben buenos textos y además son independientes de verdad. Y se lo digo muy en serio.¿Por qué no escriben algo sobre la paliza que le han dado siete chicas adolescentes a una pareja?
Creo que es de interés para las lectoras de la Txistorra.

Redacción LTXD dijo...

Seguidora: uy uy uy... quiere usted buscarnos la ruina. Tras la avalancha de críticas recibidas por el artículo sobre Badostain, ahora quiere que nos metamos en un tema de violencia y con adolescentes latinas por medio. Vamos, para recibir de todos los lados, por un motivo u otro.

Muy agradecidos por la consideración, pero casi que dejamos que, quien quiera, comente el caso aquí... y punto. Y cada cual que sea esclavo de sus palabras.