Apuntes al natural en las vísperas

Por ELOY RABO

En la cuenta atrás

Y llegó el revulsivo. El concurso de dobles de Hemingway. El impulso que necesitaba la candidatura Pamplona 2016. Sin duda, vamos. Una auténtica chorrada, habida cuenta que hay más concursos de éstos en el mundo, especialmente en Yankilandia, donde nos llevan décadas de ventaja en la imitación de Ernest a la hora de beber. Por mucho que se empeñe algún ideólogo de concursos en sumarse a la imitación. Es, además, en U.S.A. donde nació el Nobel, no aquí. Por eso, allí habrá que buscar a sus fotocopias. La justificación es que nos hizo internacionales, pero no me imagino a Zaragoza organizando un concurso de dobles de Pérez Galdós por inmortalizarla en los Episodios Nacionales.

Hay quien se inmortaliza (porque poco más ha aportado a la historia pamplonesa) al ser elegido lanzador del cohete. Otro año más, cumpliendo la tradición sólo interrumpida por dos equipos deportivos, es un concejal. En este caso, la portavoz socialista, Maite Esporrín. A algunos, el lanzar el chupinazo debería valerles para poner una línea en su vacío currículum. Los ciudadanos, sin poder abrir la boca, salvo para responder Viva y Gora. Elegimos el cartel de fiestas, aunque sea con limitaciones, y sin embargo la presunta máxima distinción sigue cayendo a dedo entre nuestra clase política local. Esperando la democratización.

Sea quien sea el elegido, o la elegida, no me importa el qué dirá. Harto de la pregunta de siempre: "¿Qué va a decir?". Pues coño, lo de siempre. Salvo que te apellides Eskubi (Duby Doo), y pretendas dejarle a Barcina muy fácil el chou del micrófono inalámbrico para hacer un chupinazo doble, el mensaje es sota, caballo y rey. No es un pregón de fiestas, hombre. Euskera sí o no, pamploneses antes que pamplonesas o viceversa... y poco más. Mejor así. ¿Imaginan que pudieran decir lo que quisieran?

Hablando del chupinazo, hablemos del cartel. Una vez impreso y colocado en paredes y escaparates, ¿no dice más bien poco? TVE, que suele adaptar la imagen del cartel oficial para hacer sus promociones, ha optado este año por pasar de él. Con un 9 y dos cuernitos pegados, suficiente. No les daba ningún juego. Significativo.

Lo que sigue dando juego es lo de Pamplona 2016. Y habrá chalecos patrocinados... para plumillas. El Ayuntamiento reparte, con la acreditación de prensa para el vallado del encierro, chalecos blancos con el logo de la capitalidad cultural. Tantos años luchando contra la publicidad en el encierro, y es el consistorio quien abre la veda de forma más llamativa. Vale que no harán tonterías para salir en la foto, pero codazos también se reparten en la valla. ¿Habrán contado con que los foteros necesitan muchos bolsillos para sus cosas? Miren que los fotógrafos son muy suyos...

Y nosotros también lo somos, tanto que pasamos hasta de "lo nuestro". Y nuestras fiestas se quedan sin premio. La votación popular para declarar alguna fiesta Patrimonio Cultural Inmaterial de España ha dejado fuera de los elegidos a los Sanfermines. En esta ciudad no se mueven más que las baldosas cambiadas por el Plan E. La cuestión no es que haya vencido la Aste Nagusia bilbaína, no; es que nos gana hasta la "conocidísima" Leyenda del Lagarto de la Malena de Jaén. Con dos cojones. Y nosotros buscando al doble de Hemingway. Supongo que Barcina dirá aquello tan infantil de "Eh, no vale, que estaba despistada".