Maiorga, el perpetuo relegado

Benito el Garbancero escribe sobre el relevo que se ha producido en Bildu: Maiorga Ramírez, número uno de la coalición en las elecciones del 22-M, no será portavoz parlamentario. La semidesconocida, hasta hace apenas un mes, Bakartxo Ruiz será la que ponga cara y voz al mensaje de Bildu en la Cámara legislativa navarra. Un cambio por sorpresa, al menos para verlo desde fuera, que lee nuestro comentarista en clave de equilibrios internos de poder. Sea como sea... pobre Maiorga, siempre le caen a él.

Por BENITO EL GARBANCERO

Comentarista decimonónico

Es suficiente, ya basta de hablar del nuevo cogobierno. En las últimas fechas, estaba adquiriendo este blog cierto tufillo naftalino a socialista resentido y a nacionalista sin complejos, incidiendo permanentemente los colaboradores en la naturaleza antinatura de los pactos o en los intereses, supuestamente espúreos, de algunos de los firmantes. Sin embargo, en las bancadas nacionalistas, abertzales, jeltzales, nabaizales y vasquizales, no es oro todo lo que reluce ni orinan agua de colonia, por lo que me veo en la obligación de salir a la palestra para resaltar alguna cuestión que no se ha tocado hasta ahora.

Porque nadie, hasta ahora, ha hecho chanza, mofa y befa - y creo que es para hacerlo - del paupérrimo papel que le va a tocar protagonizar a Maiorga Ramírez. Este jovenzuelo parece el perpetuo relegado: relegado de su cuota de poder en NaBai por la fuerza de Aralar, relegado del Consejo de Caja Navarra por sus propios compañeros, y relegado ahora de la portavocía parlamentaria en beneficio de Bakartxo Ruiz. Maiorga encabezó una lista en las elecciones que contaba con los votos seguros de los acólitos, fieles a la sigla o a la idea independientemente (con perdón) de presentar a Maiorga, a Bakartxo, a Koldo Kepa o una flamenca de plástico. Se las prometía felices, viniendo de un partido en estado de progresiva desintegración, al liderar unas hordas de 7 parlamentarios. Pero hete aquí que, de nuevo, ha sido relegado.

Era Bakartxo una perfecta desconocida, salvo para sus progenitores y su círculo más íntimo, y salvo para las Fuerzas de Seguridad, que colocaron su nombre entre los sospechosos de andar contaminando las listas de Bildu. Sin embargo, será el nombre que se escuche pronunciar, a partir de ahora, cuando Bildu tenga la palabra. Un hecho éste que habrá provocado, a buen seguro, una visita al logopeda de Alberto Catalán y Maite Esporrín, miembros de la Mesa y, que se sepa, no hablantes del vascuence. Bakartxo asciende por ser más de la izquierda abertzale que el propio Maiorga, toda vez que los equilibrios internos en la coalición empiezan a aclararse. Quienes suman no son los del alkartetxe, sino los de la herriko.

Confieso que me ha sorprendido el comienzo de las hostilidades, aunque sean soterradas, en el seno de Bildu. Creía que éstas se producirían cuando Sortu fuera, si lo es, legalizado, y las fuerzas pudieran ser medidas como en su momento se midieron las de EA y Aralar en el Parlamento Vasco, con el conocido resultado de que Aralar se vino arriba y expresó su deseo de quedarse con más trozo del pastel. Pero no esperaba que sucediera así, tan sorpresiva y rápidamente, sin una razón clara y de peso. Maiorga, que encabezó la lista de los del ovillo, se ha quedado atrapado en la maraña y será segundo plato en las labores de portavocía. De nuevo, relegado. Tal vez debería empezar a consultarlo con su terapeuta.