Pero qué previsible es todo

Tras los nombres de los candidatos a la alcaldía de Pamplona (aunque aún falten algunos por decirse), empiezan a llegar los nombres que completarán las listas. Ayer se filtraba una posible lista del PSN, en el mismo día en que el secretario general de los socialistas, Roberto Jiménez, hablaba de "regeneración", y Moscoso de "nombres potentes" para las planchas electorales. Desde luego, la primera filtración sí es una auténtica "plancha".

Por ELOY RABO

También muy previsible

Ya tenemos la composición definitiva de la lista electoral del PSN al Ayuntamiento de Pamplona, la que encabezará Juan Moscoso. Tal y como decían ayer algunos medios, repiten Jorge Mori y Eduardo Val, en los puestos dos y cuatro, quedando el tres y el cinco para dos señoras, o señoritas, por aquello de cumplir la ley de Igualdad. Lo cual era previsible: no lo de cumplir lo de la paridad, que lo han hecho por los pelos, sino que repetirían los dos concejales y, además, en puestos de salida. Aunque el puesto cuatro, qué quieren que les diga, puede no ser de salida.

Liquidada con el típico "patadón p'arriba" la portavoz de esta legislatura, Maite Esporrín, que ha dado el jeto hasta la extenuación tras la espantada de Torrens hacia la Mancomunidad, Val y Mori eran los dos a recolocar. Mori dicen que es policía municipal en excedencia (larga, muy larga), y es de suponer que no quiera ver ni por asomo a sus compañeros, con el Cristo montado con la Ley de Policías y teniendo en cuenta que no ha dicho sobre el tema ni esta boca es mía. Val, cabecilla (con perdón) de la agrupación socialista de Pamplona, tampoco se iba a quedar fuera de juego. Bueno, mejor digamos "fuera del asiento", porque jugar, lo que se dice jugar, no se le ha visto jugar demasiado en la legislatura que ahora termina. Lo más divertido que hacía era ponerse el frac en la procesión y colocarse al lado de Torrens: les faltaba solamente la jarra de agua para ser clavaditos a Tip y Coll.

Poner a Mori y Val en los puestos dos y tres, como se apuntaba ayer, parecía una muestra de nerviosismo. Se me antoja que en la sede del Paseo Sarasate no dan un duro por obtener cuatro concejales, así que Val puede estar en el filo de la navaja. Porque hay que darle a cada uno lo que es suyo, o al menos lo que se haya ganado (en los términos de "ganar" que últimamente aplican los partidos, claro está). Nada de dejar en el trampolín un puesto. Segurolas, segurolas. Por aquello de los méritos, han quedado fuera de esos puestos de salida, pero trascendiendo como nombres barajados, ex componentes de aquel fistro que fue el Foro por el Relanzamiento del blablablá. Vamos, aquello de ir contra Chivite y contra Jiménez hasta que se pueda, que luego ya nos recolocaremos todos y todas. El hecho de que salgan como "posibilidades que estaban ahí" es un acicate para que sigan trabajando y, al mismo tiempo, una especie de "Necesita mejorar" de las cartillas de notas. Y, en plan cierre glorioso de lista, un clásico: Iturbe. Qué lejos quedan los mítines de la Transición, don Javier, presidente de piscinas. En fin, insisto: todo muy previsible.

Como previsible es la hostia electoral de los socialistas en mayo, por mucho que pongan en Twitter lo de #ilusionadosxelcambio y cositas de ésas. La regeneración de la política, para volver a ilusionar, no pasaba por un jeto como el de Moscoso. Pero lo de acompañarle de rostros como los arriba mencionados es para meter la cabeza en la taza del váter y tirar de la cadena con frenesí.