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Economía

viernes, 14 de enero de 2011

Fumadores que muerden

Syldavo parece harto de la matraca que se está produciendo en los primeros días de 2011 a cuenta de los cambios en la ley Antitabaco. Cierto es que los reportajes de estos días son, mayoritariamente, sobre terrazas llenas, bares con muchos niños y discotecas que huelen a axila. Pero él, agradecido por los cambios que propone y dispone la nueva ley, se pregunta por qué no hubo antes muchos más reportajes sobre los humos tabáquicos.


Por SYLDAVO DE SYLDAVIA
Ahumado pasivo

Conocida hasta el aburrimiento en el ámbito periodístico es esa expresión de que no es noticia que un perro muerda a un hombre, sino que un hombre muerda a un perro. Esta constatación descansa sobre un hecho que, por obvio, pasa desapercibido: los periodistas suelen ser hombres (seres humanos). Si los periodistas fuesen perros, probablemente su atención se dirigiría más hacia los mordiscos caninos.

No sé si existen estadísticas sobre si los periodistas (y, sobre todo, los que tienen mando en plaza: directores, redactores jefes, etc.) son fumadores o no fumadores. Pero me da la impresión de que mayoritariamente deben ser fumadores. Lo digo a la vista de dónde centran su interés en la cuestión del tabaco muchos medios de comunicación (no voy a generalizar, no son todos, aunque sí los principales periódicos de Navarra y no quiero dar más datos). Que al año mueran en nuestro país entre 1.500 y 3.000 fumadores pasivos por enfermedades relacionadas con el tabaco (eso dicen las estadísticas más fiables, esas que elaboran organismos sanitarios y que impugnan las empresas tabaqueras) es un dato que despierta escasa atención y casi ningún titular. Desde luego muchos menos titulares que ETA, que en 50 años “sólo” ha provocado 829 ó 855 muertes (ambos datos oficiales del Ministerio del Interior, según a qué página de su web se acuda), que la violencia de género, que no provoca ni un centenar de mujeres asesinadas al año, o que los accidentes de tráfico, que últimamente ya no consiguen matar ni a 3.000 personas al año. La muerte que provoca el tabaco (y me voy a olvidar de la de fumadores activos y más o menos voluntarios, suponiendo que es una modalidad de suicidio lento y feliz) no parece constituir, a la vista de lo publicado en la mayoría de los medios de comunicación, un problema social.

La limitación del consumo de tabaco (que no la prohibición de fumar, que no se ha decretado), vedándolo en los lugares de uso colectivo para proteger a quienes no quieren fumar (una amplísima mayoría de la población), resulta que sí es un problema social, a la vista de los persistentes titulares en las primeras planas de los medios de comunicación durante las últimas semanas. Violación de la libertad individual (de los fumadores, de los empresarios, hasta de los camareros deseosos de trabajar en un ambiente contaminado), persecución intolerable, hecatombe económica del sector de la hostelería, hipocresía política por no prohibir del todo o seguir cobrando impuestos.

Los periodistas que nunca se preocuparon de entrevistar a fumadores pasivos en bares o discotecas llenos de humo para conocer sus preocupaciones y problemas abordan ahora a diario a los pobrecitos fumadores sometidos a la intemperie; los que no se percataron de que el tabaco huele mal ahora informan de que la gente que frecuenta bares y discotecas huele desagradable, a sudor o perfumes rancios.

Los empresarios que nunca concibieron siquiera la idea de dotar a sus establecimientos con terrazas bien provistas de calefactores y de mantas para posibilitar a sus clientes no fumadores poder huir del humo concentrado en los espacios cerrados son ahora protagonistas de amplios reportajes ya que han decidido desvivirse por hacer más confortable a sus clientes fumadores la estancia invernal en la calle para que puedan seguir fumando.

Los fumadores que nunca reclamaron una ley que prohibiera los vehículos de motor en el interior de bares y restaurantes ahora proclaman en los telediarios que mucho peor es la contaminación de los tubos de escape (ciertamente, sería mucho peor si existiera la costumbre por parte de los conductores de entrar en los locales de hostelería con el motor encendido y no apagarlo mientras tomaran sus consumiciones).

Que vivimos en una sociedad iletrada e inculta que no lee se manifiesta en que, pese al bombardeo de titulares sobre los graves problemas que afectan a los fumadores, la mayoría de la sociedad ni se ha inmutado y la ley se cumple desde el primer día sin mayores problemas. Aunque la cosa puede ir a peor; quizás en unos meses empiece a disminuir la mortalidad entre los fumadores pasivos.

11 comentarios: on "Fumadores que muerden"

Zarata dijo...

Sr. Syldavo le participo dos reflexiones de un fumador.

La primera es que no estoy ni a favor ni en contra de la Ley. Fumaré donde me dejen en primer lugar y donde las personas que tenga delante no se vean molestas, como por ejemplo en una cena familiar en mi casa, como he hecho toda la vida desde los tiempos en que te recibía el médico colilla en la boca, y ya ha llovido. Eso sí, también he de decir que en el 2011 todavía no se a qué saben los cortados de bar, como muchos fumadores.

En segundo lugar creo que el problema sigue sin abordarse como procede. El tabaco es una droga que molesta y mata. Le puedo decir que todos los fumadores que conozco desean dejar de fumar, unos lo consiguieron, otros no, entre otras cosas porque la nicotina es la droga mas adictiva que existe. Si Sr Syldavo, donde muchos ven personas maleducadas, apestosas e incívicas, yo veo yonquis, que no tienen problema en ceder su sitio en la villavesa, ejercer algún tipo de voluntariado, o ser en suma personas normales integradas en la sociedad, que por mor de una sustancia desagradable al gusto y olfato incluso del propio fumador, se lo garantizo, se vuelven proscritos sociales a los que hasta la propia ministra del Power Balance anima a denunciar y a perseguir. Nadie les dijo que entraran pero tampoco el Estado hace nada para que salgan, sino señalarles con el dedo. ¿Por qué no reflexionamos y nos damos hoja de ruta a largo plazo para erradicar la producción y el consumo de este producto infame?. Le aseguro que si en toda Europa el tabaco se pone al nivel de la cocaina, se podría erradicar casi al cien por cien. O dicho de otro modo, muchos dejaríamos de fumar no porque nos prohíban fumar sino porque nos prohíben comprarlo. El gobierno ha hecho todo lo contrario, aumentar los puntos de venta. Eso no es una ley antitabaco sino una ley antifumador
El mismo gobierno que se preocupa de mi salud y me multa por no ponerme el cinturón, me suministra en cambio una droga que molesta y mata.

Esta es la única verdad. Yo por mi parte acato la Ley y no la discuto, pero también exijo de mis gobernantes que asuman su responsabilidad, y que si tienen que dejar de percibir los 10000 millones de euros en impuestos de tabaco que cada año recaudan, lo hagan pensando en la salud de todos, en la de los que fuman y la de los que no, de la misma manera que lo hace cuando me obliga a ponerme un cinturón de seguridad.

Lulú dijo...

Señor Syldavo, su artículo es respetable, pero denota cierto tufillo comunista en la versión stalinista.
¡Viva la libertad!
Respeto a los no fumadores, sí. Pero libertad para los que quieran fumar en bares de fumadores también.
O qué pasa: ¿el alcohol no mata mucho más que el tabaco?
¡Cuánta hipocresía!
Syldavo, miedo me das tú y todos los puros purísimos. ¡Ay rediós!: allá donde manden los virtuosos, que se dé por jodido el pueblo.
Yo prefiero una libertad peligrosa que un estado policial que nos vigila, controla y nos trata como a niños.
Lo dicho: respeto para los no fumadores, sí. Pero libertad para fumar en bares de fumadores.

Anónimo dijo...

El alcohol mata más que el tabaco, pero todavía no se han documentado casos de alcohólicos pasivos, abstemios que mueran de cirrosis hepática producida por compartir barra con alguien que bebe alcohol.

Anónimo dijo...

No el alcohol no influye en la conducción ni en la conducta... Demagogia barata de dictadores baratos y pequeños borregos que hacen bandera coartando libertades por decreto ley aquello que no consiguieron, esos que creen que una opción es un derecho y que aquí la puta nos la follamos todos o la puta al río....

Anónimo dijo...

Anónimo de las 17:59, qué bien has clavado la descripción del típico fumador incívico.

Anónimo dijo...

¿Qué no existen alcoholicos pasivos?
Documéntate y ya verás cuáles son las consecuencias de tener un hermano alcoholico, un padre, una madre o...

Anónimo dijo...

Tener un familiar alcohólico no hace a nadie alcohólico pasivo, sino familiar de un alcohólico; igual que tener un familiar fumador no le hace a uno fumador pasivo, siempre y cuando no compartas espacios y humo con tu familiar. Tampoco quien tiene un familiar ludópata es un ludópata pasivo, ni quien tiene un familiar tonto es un tonto pasivo, como le pasa a los familiares del Anónimo de las 19:25.

Anónimo dijo...

Lo que más gracia me hace de todo este asunto es cómo los más insultones, intransigentes y gritones son los que piden desesperadamente, como si fuesen víctimas de un atropello, respeto. Probablemente el mismo respeto que tenían cuando echaban el humo de sus pulmones a la cara/nuca del que tenían al lado en un bar, ¿verdad? Pero reflexionemos un momento sobre esta medida:

Quizás si en el resto de Europa leyes como esta llevan años instauradas y lo consideramos progreso, no esté tan mal.

Quizás si la mayoría de la población está contenta con esta medida, no esté tan mal.

Quizás si el día 2 de Enero me costó 40 minutos encontrar hueco en un bar (me fastidió y disfrute en la misma medida), no esté tan mal.

No seamos hipócritas y dejemos que esto siga su curso, que para algo decente que hace el gobierno, no vamos a ponerle trabas.

Anónimo dijo...

Los antitaurinos y los abanderados de la lucha contra el tabaco sois los típicos que disfrutáis recogiendo la mierda que dejan vuestros perritos en las aceras.
La madre de dios: que vida más triste!!!!!

Anónimo dijo...

Anónimo, tocayo, no te confundas. Yo no estoy contra el tabaco, que es solo una planta. Estoy contra los fumadores, que son una plaga.

Anónimo dijo...

Resumiendo: llevo desde el 1 de enero de 2.011 sin pisar ni un bar ni un restaurante. Ahorro un huevo y me fumo en casa unos habanos estupendos.
Por cierto, vigilo los bares a los que antes acudía y tengo pruebas de que en ellos no entran nuevos clientes no fumadores; al contrario, como es lógico la recaudación baja.
Como hay pocos parados, que cierren negocios de hostelería: cojonudo.
Por último, la leyenda del fumador pasivo tiene mucho de mito y poco de ciencia; no lo digo, nunca mejor dicho, a humo de pajas. Sé de lo que hablo.
P.D.: imagino que más pronto que tarde (Allende también fumaba, por supuesto) prohibirán el alcohol en los bares, ja, ja, ja...