Nada nuevo bajo el sol lo de preguntarse qué tendría que hacer la Iglesia ante el aumento de la pobreza en el mundo. Quizá haya quien nos responda con aquello de la paja, la viga y los ojos; pero es cierto que cualquiera puede opinar libremente sobre la acción de la Iglesia. Esencialmente, porque se sea o no militante, al final muchos por estos lares somos "socios" de la institución desde bien pequeños. Y, además, porque la Iglesia suele reivindicar para sí el derecho a opinar libremente de todos los asuntos de la sociedad y la política. El Filibustero, por todo ello, se anima a hacer alguna propuesta.
Teólogo liberado, o así
Como Leire Pajín, yo era muy pequeñito cuando Dios le entregó a Moisés los 10 Mandamientos, así que no los recuerdo muy bien y mucho menos me acuerdo del orden. Sin embargo, eso no quita para que, como individuo bautizado y asiduo a las misas de los domingos por obligación, ya desde pequeño tuviese claro que una de las misiones fundamentales de la iglesia, según nos cuentan sus obispos, era la de ayudar a los demás.
Resulta curioso ver como ha derivado todo. Desde que Jesucristo, el primer político de izquierdas global, fundara el chiringuito, la organización no ha hecho más que volverse conservadora. A pesar que a lo largo de los siglos ha tenido innumerables oportunidades de acercarse al pueblo de tú a tú, y no mirando desde arriba, cada vez que uno de sus pastores ha optado por esta iniciativa, el intento se ha visto frustrado.
Y ahora la iglesia tiene otra oportunidad. En una crisis económica terrible, que azota a las familias, sus familias, que se define fundamentalmente por los problemas de financiación (para no liar a los economistas del PSOE no hablaremos aquí de temas estructurales), lo último que recuerdo son ciertas declaraciones (por lo visto más tarde desmentidas) en las que Rouco Varela presuntamente animaba a la huelga general.
Pues a mi se me ocurre darles otra idea, una oportunidad para acercarse a su rebaño, que dicho sea de paso, últimamente los tienen un tanto desperdigado. Les sugiero que colaboren con sus fieles, facilitándoles financiación. ¿Cómo? Bien sencillo. Hipotecando sus activos, sus templos, ya sean iglesias o catedrales, sus tesoros, e incluso sus hábitos, y que ese dinero se lo den a los pobres, o si se han olvidado del voto de pobreza, que lo concedan a sus feligreses a modo de microcréditos. Ahí, dependiendo de la fe, ya negociarán con ellos si se los devuelven en esta vida o en el reino de los cielos.
Esto, que a algunos parecerá una tropelía y un panfleto contra la iglesia, no lo es. Es una práctica habitual en muchos lugares orientales, donde las personas que se dedican a ayudar a los demás, abandonan todo tipos de lujo para dar una oportunidad a otras personas más necesitadas. Amén.
Resulta curioso ver como ha derivado todo. Desde que Jesucristo, el primer político de izquierdas global, fundara el chiringuito, la organización no ha hecho más que volverse conservadora. A pesar que a lo largo de los siglos ha tenido innumerables oportunidades de acercarse al pueblo de tú a tú, y no mirando desde arriba, cada vez que uno de sus pastores ha optado por esta iniciativa, el intento se ha visto frustrado.
Y ahora la iglesia tiene otra oportunidad. En una crisis económica terrible, que azota a las familias, sus familias, que se define fundamentalmente por los problemas de financiación (para no liar a los economistas del PSOE no hablaremos aquí de temas estructurales), lo último que recuerdo son ciertas declaraciones (por lo visto más tarde desmentidas) en las que Rouco Varela presuntamente animaba a la huelga general.
Pues a mi se me ocurre darles otra idea, una oportunidad para acercarse a su rebaño, que dicho sea de paso, últimamente los tienen un tanto desperdigado. Les sugiero que colaboren con sus fieles, facilitándoles financiación. ¿Cómo? Bien sencillo. Hipotecando sus activos, sus templos, ya sean iglesias o catedrales, sus tesoros, e incluso sus hábitos, y que ese dinero se lo den a los pobres, o si se han olvidado del voto de pobreza, que lo concedan a sus feligreses a modo de microcréditos. Ahí, dependiendo de la fe, ya negociarán con ellos si se los devuelven en esta vida o en el reino de los cielos.
Esto, que a algunos parecerá una tropelía y un panfleto contra la iglesia, no lo es. Es una práctica habitual en muchos lugares orientales, donde las personas que se dedican a ayudar a los demás, abandonan todo tipos de lujo para dar una oportunidad a otras personas más necesitadas. Amén.
4 comentarios: on "La Iglesia en tiempos de crisis"
Lo que olvidas, chavalote es lo que ya hace la Iglesia en este país. Y lo que ha empezado a hacer desde que estamos en crisis.
Claro, es muy fácil pedirle a la Iglesia que hipoteque "sus posesiones" (que por cierto, en muchos casos ni son suyas sino cesiones).
Quien ha visto un comedor de Caritas abarrotado de nuevos parados e indigentes; algunos con familia e hijos; y a 6 curas sirviéndoles comida durante 14 horas no se atrevería a decir semejantes txorradas.
Los fieles de la Iglesia necesitan Templos en los que profesar su fe. Y si respetaras un poco sus creencias te darías cuenta de que tanto los edificios como las vestimentas están ahí por respeto a su Dios, (no creo que les hayas visto salir a la calle revestidos de púrpura ¿no?).
Si te enteraras de la cantidad de hospitales, orfanatos, escuelas, proyectos sociales y comedores que gestiona la iglesia sin ayuda del Gobierno, otro gallo cantaría. Pero claro, de eso no mola nada hablar.
Estimado Txerra, no estoy hablando de obras de caridad, que no dudo de que la iglesia las haga, entre otras cosas porque está entre los deberes que se autoimpone.
Sugiero que la Banca Vaticana podría tomar ejemplo de algunas iniciativas y, por ejemplo, dar microcréditos.
Y respecto a sus activos, que te aseguro que son muchos, me pregunto si los acumula por alguna razón en especial y cuándo espera desprenderse de ellos ¿un día antes del juicio final?
Y respecto a los practicantes, me parece que la mayor parte cumplen las normas que les da la gana, pues conozco a poca gente que se desprenda de todos sus bienes para repartirlos entre los pobres.
Txerra me parece que has dado en el clavo. Si bien es cierto el asunto del patrimonio de la Iglesia creo que no se puede criticar a la Iglesia en general la que, por cierto, además de lo que has dicho, mantiene los únicos hospitales de leprosos que hay en España...si, si, todavía, aunque os parezca mentira, hay leprosos en España.
Digno servicio, en general, el de "la fiel infantería". Respecto a los señores de galones (lease jerarquía)ya se ocupan ellos de desacreditar su imagen.
No entiendo eso de que la iglesia necesita Templos. Conozco otras iglesias cuyos templos son simples bajeras o lonjas y cuyos servidores no van cargados de purpura ni oro.
Respecto a lo ne no salir a la calle vestidos de purpura pues mejor vas al oculista majete. ¿Acaso no ves a obispos cardenales y papa en fotos y televisión?
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