Carta abierta a Javier Solano

Por ELOY RABO

Encierrista de salón

Estimado Javier (dos puntos):

Leo por ahí que este 2010 no va a haber competencia en la retransmisión de los encierros. Que Digital + ha comprado los derechos de la Feria del Toro, pero que pasa mil de los encierros. Bueno, pasar ya pasaba antes: la decisión de ahora quiere decir que no le salía rentable. Quiere decir que ganasteis la pugna, colega. Apuntaos una. Y, a ser posible, que te escuchen, que para eso tienes la voz de la sabiduría, no sólo la voz del encierro. Que tú sabes de qué va esto y sabes que, contagiados por la parafernalia de Cuatro, tus jerifaltes de TVE le han perdido el respeto al encierro y se han pasado de rosca dándole vueltas al formato.

Porque esas maratonianas retransmisiones de tres horas, enlazando la previa, el encierro como tal, el comentario de los expertos y los no tan expertos y el cajón desastre del programa matinal eran un exceso. Copón, que no hacía falta. Que contigo comentando la carrera, quince minutos antes y cinco después, ya valía. Que el modelo vale desde que en el logotipo ponía TVE Navarra y en la repetición sobreimpresionábais una R parpadeante y no había ni anuncios de patos saliendo de corralillos ni toros follarines de Kukuxumusu. Todo lo más, aquel anuncio de Moshy que te recordaba que la cama estaba esperándote en cuanto el bueno de Javier Solano terminara su clase matinal de qué se puede hacer y qué no se debe hacer en un encierro. "Bonitas carreras de un conocido corredor", sin nombre, y el tontolaba de la mochila, resumido con tu clásico "es increíble, qué inconsciente". Ya bastaba. Y, puestos a meter rubias, ya tuvimos a Carmela P. Cledera, que lo hacía fetén en el recorrido y no nos la tenían que traer de Madrid. Pues eso: que a ver si ante la ausencia de Cuatro, sin la necesidad de sumar espectadores, consigues, amigo Javier, que los tuyos vuelvan al redil.

De lo que ha hecho Cuatro, qué quieres que te diga, sólo se salva Manolo Molés, que al menos sabía algo de los bichos con cuernos que corren el encierro. De los otros bichos del recorrido, los de dos patas, no tenía demasiada idea. Ni él ni los equipos que le han acompañado. En la realización, aquel traveling sobre Estafeta, frustrado de primeras porque se rompió la sirga, nos daba unos preciosos planos de los cabestros, porque los toros se les escapaban. Y en la redacción, Javier, ¡ay la redacción!, hemos tenido de todo. Desde Marta Nebot, aquella reportera más famosa porque Aznar le metió un boli en el escote que por sus virtudes como periodista, al sin par y deportivo Juanma Castaño. A Marta Nebot la recuerdo gritando “Este corredor está sangrando abundantemente”, como si fuera a morirse, hasta que el médico de Cruz Roja se le volvió y le dijo: “Se ha roto la nariz, ¿qué quieres, que no sangre?”. De Juanma Castaño, impagable el recuerdo de aquellos primeros sanfermines en los que el encierro no acababa en el callejón, sino “en el túnel” (sic). Sí, claro, en el túnel de vestuarios. Y el parte de heridos de Aldaba era el acta arbitral.

Y, para rematar su paso por el encierro, los de Cuatro se sobraron cuatro pueblos y una Mancomunidad entera el año pasado, con las imágenes del pobre Daniel muriéndose en Telefónica. Una y otra vez repetidas, sin velar esos ojos en blanco. Puro morbo. Exclusiva Cuatro. Gracias por (casi) nada.

Se van y nos dejan, Javier Solano. Quedas tú, como no podía ser de otra manera. Insisto: contigo nos vale, macho. A por ellos. Te vemos el día 7.