Por JURDAN ARRETXE
Habla de Periodismo, replicado de su blós
Recurrente resulta echar un vistazo a Lo más: lo más leído, lo más votado, lo más enviado, lo más comentado. Estas clasificaciones (que no rankings -¿para qué irse hasta la pérfida Albión a por una palabra que ya tenemos?-) demuestran lo que el público quiere, gusta leer u contemplar. Como tal, la mayoría mansalvesa, se mueve por las mismas razones que se movía el Romano Imperio: tequila, sexo y marihuana. Sin túnicas, ni togas pero con sandalias.
Hay medios que ofrecen tequila, sexo, marihuana, pan y circo a granel y otros que, recatadamente, incluyen de tapadillo esas carnes rojas en su dieta presumidamente sana, digna y vegetariana. No es, pues, esta la razón por la que haya que dar una señal de alarma: el público, impúdico, mira y se recrea igual en los escándalos de Villa Certosa o en las curvas de las pomposas animadoras de la Énebea. Como hace 2.000 años cuando un soldado romano llamado el Hispano fue muerto en la arena del Coliseo por el emperador de Roma. Lo preocupante, pues, reside en que medios que se proclaman periodísticos, creíbles y serios incluyan en su menú este tipo de asuntos a la misma altura que el resto de sesudos contenidos de os que se vanaglorian. Buscan presentar sitios sexualmente más atractivos y aumentar las visitas y que su duración sea entretenida. Que se sientan felices. Como en casa no porque casi nadie tiene ese tipo de joyas en su domicilio, pero en fin, que buscan sitios visualmente agradables.
Que ya verá usted la diferencia entre esta táctica y sostener las ventas de ejemplares a base de promociones continuas y constantes, como si fueran la panacea finisecular y la salvación universal. Antes los medios andaban entre ollas exprés, vajillas y demás utensilios de los de verdad -el periódico solo vale para el envolver el pescado- y ahora, después de que los bancos acentuaran su política promocional, hay quien ordeña ubres famosas como mejor vía de aumentar audiencia. Y publicidad. Como el casero que vende la leche de las frisonas en el mercado. Ordeña, ordeña, que algo queda.
0 comentarios: on "Sobre la utilización vacuna de ubres humanas"
Publicar un comentario