De mayor quiere ser vigilante en El Prado
Conservadores de Museo (dos puntos):
Albricias y cuchufletas. Navarra se confirma como la tierra ideal para los que trabajáis en los museos. Ya tenemos el Museo de Navarra, el Museo de la Viña y el Vino, el Museo Oteiza, el Museo de la Trufa, el Museo de Educación Ambiental, el Museo Catedralicio Diocesano, El Museo de la almadía de Burgi, el Museo Julio Caro Baroja y una larga lista que se puede consultar completa en Navarra.es. Recientemente inaugurado, el Museo del Carlismo. Vaya usted a saber cuándo, el Museo de los Sanfermines. Y todo para que, por ejemplo, el Museo Oteiza lo visitaran sólo 40.000 personas en 2009. Una minucia.
El panorama se antoja desolador. Mucha sala para exponer y pocos visitantes interesados en lo expuesto. Así las cosas, se crean museos que necesitarán que el 20% de su presupuesto lo cubra una subvención pública; y no lo digo yo así a ojo, es lo que apunta la empresa adjudicataria de los contenidos del Museo de los Sanfermines. Dice además que se sacará más del merchandising y de los restaurantes que de la taquilla. Con dos cojones. O sea, que ya me veo el museo en cuestión: unos vídeos, la cinta esa del encierro virtual... y muchas camisetas, botas ZZZ made in China, fajas y pañuelos, coderas firmadas por Julen Madina y chorradas así. Que Urmeneta vaya dándose prisa para colocar la mercancía Kukuxumusu en la tienda de la salida del Museo, o van a hacerle competencia desleal.
A ver si me entienden: no me parece mal un Museo sobre los Sanfermines, o un Museo del Encierro. Lo apoyaría fervientemente si sirve para explicar de qué va la fiesta y de qué va lo de los toros en la calle, o para enseñar que se pueden hacer más cosas aparte de beber en la Ciudadela, o para contar que los toros en carrera no se tocan, cojones. Para esa cuestión didáctica, dicho sea de paso, sería mejor algo itinerante: algo así como el tren que Turismo de Andalucía puso a recorrer por la península. Porque no tiene sentido poner un Museo sobre algo que ocurre siete días al año, en una ciudad sin apenas turismo salvo en esos días, y cuyos visitantes en esos días tienen ganas de todo menos de meterse en un museo. Pero nada, apostamos por los souvenirs.
Lo que no entiendo del todo es el embrollo político que está trayendo lo del Museo, un cruce de acusaciones y un zigzagueo de criterio que tampoco parece sostenerse en reflexiones, aunque sean estúpidas como las que he hecho yo arriba. El embrollo viene dado por un simple mareo de perdiz que parece más tema de “poli bueno, poli malo”; o quién sabe si es fruto de una negociación que se nos escapa. Básicamente, la cosa ha sido así:
El panorama se antoja desolador. Mucha sala para exponer y pocos visitantes interesados en lo expuesto. Así las cosas, se crean museos que necesitarán que el 20% de su presupuesto lo cubra una subvención pública; y no lo digo yo así a ojo, es lo que apunta la empresa adjudicataria de los contenidos del Museo de los Sanfermines. Dice además que se sacará más del merchandising y de los restaurantes que de la taquilla. Con dos cojones. O sea, que ya me veo el museo en cuestión: unos vídeos, la cinta esa del encierro virtual... y muchas camisetas, botas ZZZ made in China, fajas y pañuelos, coderas firmadas por Julen Madina y chorradas así. Que Urmeneta vaya dándose prisa para colocar la mercancía Kukuxumusu en la tienda de la salida del Museo, o van a hacerle competencia desleal.
A ver si me entienden: no me parece mal un Museo sobre los Sanfermines, o un Museo del Encierro. Lo apoyaría fervientemente si sirve para explicar de qué va la fiesta y de qué va lo de los toros en la calle, o para enseñar que se pueden hacer más cosas aparte de beber en la Ciudadela, o para contar que los toros en carrera no se tocan, cojones. Para esa cuestión didáctica, dicho sea de paso, sería mejor algo itinerante: algo así como el tren que Turismo de Andalucía puso a recorrer por la península. Porque no tiene sentido poner un Museo sobre algo que ocurre siete días al año, en una ciudad sin apenas turismo salvo en esos días, y cuyos visitantes en esos días tienen ganas de todo menos de meterse en un museo. Pero nada, apostamos por los souvenirs.
Lo que no entiendo del todo es el embrollo político que está trayendo lo del Museo, un cruce de acusaciones y un zigzagueo de criterio que tampoco parece sostenerse en reflexiones, aunque sean estúpidas como las que he hecho yo arriba. El embrollo viene dado por un simple mareo de perdiz que parece más tema de “poli bueno, poli malo”; o quién sabe si es fruto de una negociación que se nos escapa. Básicamente, la cosa ha sido así:
* UPN y PSN firman el acuerdo para el Plan Navarra 2012, en el que se incluyen infraestructuras como el Museo de los Sanfermines y el Reyno de Navarra Arena.
* Diciembre de 2008: el PSN vota en contra de la enmienda presentada por NaBai e IU contra los Presupuestos forales para suprimir la partida inicial de 1 millón de euros para el Museo, pero pide abrir “un proceso de reflexión” sobre la conveniencia de construirlo en la vigente coyuntura económica. Sólo unos días después, Miguel Sanz autoriza que le den 20 millones de euros al Ayuntamiento de Pamplona.
* Marzo de 2009: el grupo municipal socialista de Pamplona dice que el Museo “sí” (debía de haber acabado el proceso de reflexión), "pero no así”. En “consecuencia” (¿?), pide un estudio de viabilidad... exactamente a la vez que presenta una moción de apoyo a la construcción del centro temático. Muy consecuente.
* Abril de 2009: el grupo municipal socialista pide un “concurso de ideas” sobre cómo sería el Museo.
* Octubre de 2009: el PSN denuncia que la partida destinada al Museo de los Sanfermines “emborrona el presupuesto de Cultura”. En cualquier caso, el presidente del partido, Román Felones, lo deja claro: “objetivamente en sí mismo no estamos en contra” de la partida para el Museo.
* Abril de 2010. Roberto Jiménez dice que el Gobierno debería replantearse el Plan Navarra 2012 para meter más dinero en medidas contra la crisis (¿no era el plan, per se, la principal medida anticrisis?). A la pregunta de qué debería replantearse, dice: “Hay quien está hablando del Museo de los Sanfermines, que también se puede ver tranquilamente, sin maximalismos”.
Con todo lo dicho, creo haber entendido que el PSN quiere que se haga el Museo, pero estudiando su viabilidad. Lo que no me queda claro es si querría que se hiciera el museo si el estudio dice que no es viable. Y tampoco me queda claro qué quieren que sea el Museo. Lo mismo ellos tampoco lo saben y por eso pedían el concurso de ideas. Y ahí seguimos sin saber de qué irá, qué ofrecerá, qué será. Lo que se puede adivinar es que, con tanta petición sin concretar y tanto mareo, al final Corpas y Barcina acabarán haciendo el Museo “a la navarra”: o sea, por cojones y siempre p’alante.
* Diciembre de 2008: el PSN vota en contra de la enmienda presentada por NaBai e IU contra los Presupuestos forales para suprimir la partida inicial de 1 millón de euros para el Museo, pero pide abrir “un proceso de reflexión” sobre la conveniencia de construirlo en la vigente coyuntura económica. Sólo unos días después, Miguel Sanz autoriza que le den 20 millones de euros al Ayuntamiento de Pamplona.
* Marzo de 2009: el grupo municipal socialista de Pamplona dice que el Museo “sí” (debía de haber acabado el proceso de reflexión), "pero no así”. En “consecuencia” (¿?), pide un estudio de viabilidad... exactamente a la vez que presenta una moción de apoyo a la construcción del centro temático. Muy consecuente.
* Abril de 2009: el grupo municipal socialista pide un “concurso de ideas” sobre cómo sería el Museo.
* Octubre de 2009: el PSN denuncia que la partida destinada al Museo de los Sanfermines “emborrona el presupuesto de Cultura”. En cualquier caso, el presidente del partido, Román Felones, lo deja claro: “objetivamente en sí mismo no estamos en contra” de la partida para el Museo.
* Abril de 2010. Roberto Jiménez dice que el Gobierno debería replantearse el Plan Navarra 2012 para meter más dinero en medidas contra la crisis (¿no era el plan, per se, la principal medida anticrisis?). A la pregunta de qué debería replantearse, dice: “Hay quien está hablando del Museo de los Sanfermines, que también se puede ver tranquilamente, sin maximalismos”.
Con todo lo dicho, creo haber entendido que el PSN quiere que se haga el Museo, pero estudiando su viabilidad. Lo que no me queda claro es si querría que se hiciera el museo si el estudio dice que no es viable. Y tampoco me queda claro qué quieren que sea el Museo. Lo mismo ellos tampoco lo saben y por eso pedían el concurso de ideas. Y ahí seguimos sin saber de qué irá, qué ofrecerá, qué será. Lo que se puede adivinar es que, con tanta petición sin concretar y tanto mareo, al final Corpas y Barcina acabarán haciendo el Museo “a la navarra”: o sea, por cojones y siempre p’alante.
1 comentarios: on "Dimes y diretes del Museo de los Sanfermines"
Desde el pueblo (suponiendo que se cuente con nostros claaaro) podemos aportar objetos con nostalgía...Quién no tiene esa faja o pañuelico descolorida/o del que es imposible despegarse????. Dignos de museo.
Estos politcos muchas veces dan una pereza!!!!
Saludos cordilaes
MªJosé
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