Periodista. Desde San Petesburgo, Rusia
30 de abril de 2010. Me siento frente a mi ordenador en casa, en una pequeña habitación en el Centro de San Petersburgo. Soy rusa. Sí. Una rusa siempre orgullosa de haber nacido en el país que derrotó al fascismo y salió victorioso de otras muchas guerras terribles. Pero ahora pienso en lo que se ha producido hoy. Pienso en el país en el que vivo. Pienso en gente que vive hoy y junto a mí. Tan rusos como yo. Pienso en mi familia, en mis amigos y en mí. Y me invade una sensación terrible.
Siempre me preocupa la vida y la salud de mi familia y de mis amigos. Por eso, en cuanto hay informaciones de accidentes o explosiones, enseguida llamo a todos los amigos y a la gente del lugar donde ha ocurrido lo que sea. Sólo por saber que siguen vivos.
El metro es, en Rusia, el transporte público más popular, y especialmente en Moscú, la capital. 10 millones de personas viven en ella. Entre ellos, mis amigos. Y el marido de mi mejor amiga. Ella, embarazada, está tremendamente nerviosa ante lo ocurrido. Siente temor por su futuro hijo. La vida aquí y ahora se ha vuelto mucho más peligrosa. ¿Por qué? La respuesta es realmente triste. Hoy en el metro de Moscú, en la estación "Lubianka", hubo una explosión. Una bomba ha estallado a las 7:56 en un andén de la estación. En la hora punta del metro en la ciudad.
Alrededor de 26 víctimas, según las primeras informaciones (luego son más, hay otra explosión). 15 muertos en el tren, 11 en el andén. No sé quiénes eran estas personas, ni cómo eran. Probablemente hubiera niños pequeños. Cuando escribo estas líneas, esos datos aún no se conocen. Es terrorismo, según los datos. Los testigos hablan de personas pisoteadas en la estampida de la gente que huía del Metro.
Por desgracia, no es la primera vez que hay un atentado en Moscú. Moscú aprendió qué era el terrorismo cuando, durante aquella función de teatro, un grupo armado irrumpió en la sala. Aquel día murieron cientos de personas. Entre ellos, sí, niños.
Y es ahora cuando digo, de nuevo, “soy rusa”. Lo digo orgullosa, feliz de estar aquí y de que mi familia siga viva. Pero lo digo también con el temor de no saber qué ocurrirá mañana, qué será de nosotros. Temor. A mí, ahora mismo, no me importa en absoluto qué pase con los terroristas que han matado a decenas de personas en el Metro de Moscú. Lo importante es que estoy aquí. Que "soy". Ahora.
3 comentarios: on ""Soy rusa", un testimonio desde San Petesburgo"
Como siempre la Txistorra marcando la diferencia!!! Bien, muy bien.-
Enhorabuena a la Txistorra: este blog es la leche. No dejáis de sorprenderme, jijijijijiji. Menudas columnistas!!!!!!!!
Tan internacional como el terrorismo es la sensación que deja en la sociedad que lo sufre: el temor a no saber dónde será mañana.
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