Por JAVIER DOMÍNGUEZ
Periodista
Cristina Díaz Carrasco, que hoy vive en Donosti, nació en 1970. Tiene, oficialmente, tres hermanas. Jesús, el quinto hermano, el único varón, llegó a nacer en La Línea de la Concepción (Cádiz). Pero nunca fue inscrito. No, al menos, con los apellidos de sus padres naturales. Supuestamente, murió nada más nacer. Supuestamente. Jesús Díaz Carrasco podría vivir hoy con otra identidad, sin conocer su verdadero origen; sin saber que es hijo de Adela, hermano de Cristina, Jesús podría ser, tal y como teme Cristina, uno de los niños robados por el Franquismo.
Pese a que durante la Guerra Civil se llegó a matar a mujeres embarazadas, siguiendo la teoría de Mola de acabar con los enemigos de la Patria “desde la raíz”, la dictadura establecida tras “La Victoria” adquirió un cariz diferente. Más humanitaria quizá no, pero sí más pragmática. Había “matrimonios bien” que no podían ser padres de manera natural; y los hijos de rojos, separatistas, viudas de republicanos, obreros no afines al Movimiento y un largo etcétera de “sospechosos” podían servir para completar la felicidad de aquellos otros. El propio juez Garzón, en el auto por el que se inhibía en la investigación sobre los crímenes del Franquismo, aseguraba que la Dictadura preparó una red de “adopciones forzosas”. "Tuvo un claro carácter sistemático, preconcebido y desarrollado con verdadera voluntad criminal para que las familias de esos niños, a las que no se les consideraba idóneas para tenerlos porque no encajaban en el nuevo régimen, no volvieran a tener contacto con ellos", decía textualmente el auto.
El caso del nacido como Jesús Díaz no es el de un bebé de una republicana represaliada. Adela Carrasco, la madre de Cristina Díaz, llegó a enterrar a su hijo. O eso fue, al menos, lo que le dijeron en el Hospital Municipal de La Línea de La Concepción, donde dio a luz. Vecina de San Sebastián, con su marido viajando por el extranjero por motivos laborales, Adela se trasladó a la localidad gaditana para que sus padres y hermanos pudieran hacerse cargo de sus hijas mayores mientras ella estaba ingresada.
Pese a que durante la Guerra Civil se llegó a matar a mujeres embarazadas, siguiendo la teoría de Mola de acabar con los enemigos de la Patria “desde la raíz”, la dictadura establecida tras “La Victoria” adquirió un cariz diferente. Más humanitaria quizá no, pero sí más pragmática. Había “matrimonios bien” que no podían ser padres de manera natural; y los hijos de rojos, separatistas, viudas de republicanos, obreros no afines al Movimiento y un largo etcétera de “sospechosos” podían servir para completar la felicidad de aquellos otros. El propio juez Garzón, en el auto por el que se inhibía en la investigación sobre los crímenes del Franquismo, aseguraba que la Dictadura preparó una red de “adopciones forzosas”. "Tuvo un claro carácter sistemático, preconcebido y desarrollado con verdadera voluntad criminal para que las familias de esos niños, a las que no se les consideraba idóneas para tenerlos porque no encajaban en el nuevo régimen, no volvieran a tener contacto con ellos", decía textualmente el auto.
El caso del nacido como Jesús Díaz no es el de un bebé de una republicana represaliada. Adela Carrasco, la madre de Cristina Díaz, llegó a enterrar a su hijo. O eso fue, al menos, lo que le dijeron en el Hospital Municipal de La Línea de La Concepción, donde dio a luz. Vecina de San Sebastián, con su marido viajando por el extranjero por motivos laborales, Adela se trasladó a la localidad gaditana para que sus padres y hermanos pudieran hacerse cargo de sus hijas mayores mientras ella estaba ingresada.
Un cadáver, ¿el cadáver?
El parto tuvo lugar el 5 de noviembre de 1967. Adela dio a luz, según cuenta Cristina, “mediante un parto sin dolor nuevo en la época, y que consistía en dar a luz con anestesia general”. No llegó a ver al bebé. Al día siguiente le comunicaron que el niño había muerto por una insuficiencia respiratoria, y los médicos le mandaron avisar a un familiar. En ausencia de su marido, de viaje todavía en el extranjero, fueron sus padres quienes acudieron al hospital. Y allí comienza lo más extraño del caso. En un primer momento, los responsables del centro médico se negaron a enseñar el cadáver del bebé. “Después de mucho insistir, condujeron a mi abuela a la morgue, y le enseñaron el cadáver de un bebé vestido. A ella le extrañó ver el tamaño del bebé”, cuenta Cristina, “y lo formado que estaba”. Tal fue su extrañeza que decidió hacerse una foto (la que ilustra estas líneas) con el cuerpo sin vida del niño. “Creo que querría aquella foto de prueba para un futuro”, dice su nieta, 43 años después, y a muchos kilómetros de distancia de aquel hospital.
Las suspicacias de la abuela paterna de Cristina resultan curiosas, por premonitorias, puesto que en esos años apenas si corrían rumores contrarios a la clase médica y al sistema sanitario nacional. No se sabía, a pie de calle, lo que hoy está probado que ocurría en hospitales e inclusas. Monjas, curas y ginecólogos, abogados y notarios componían tramas como las que, presuntamente, existían en Pamplona o Bilbao. Hospitales y clínicas de renombre como el O’Donnell madrileño está actualmente bajo sospecha a consecuencia de supuestos engaños y coacciones a madres solteras, mancebas de sacerdotes y un largo y variado rosario de casos. Todo aquello no se conocía en aquel 1967.
El parto tuvo lugar el 5 de noviembre de 1967. Adela dio a luz, según cuenta Cristina, “mediante un parto sin dolor nuevo en la época, y que consistía en dar a luz con anestesia general”. No llegó a ver al bebé. Al día siguiente le comunicaron que el niño había muerto por una insuficiencia respiratoria, y los médicos le mandaron avisar a un familiar. En ausencia de su marido, de viaje todavía en el extranjero, fueron sus padres quienes acudieron al hospital. Y allí comienza lo más extraño del caso. En un primer momento, los responsables del centro médico se negaron a enseñar el cadáver del bebé. “Después de mucho insistir, condujeron a mi abuela a la morgue, y le enseñaron el cadáver de un bebé vestido. A ella le extrañó ver el tamaño del bebé”, cuenta Cristina, “y lo formado que estaba”. Tal fue su extrañeza que decidió hacerse una foto (la que ilustra estas líneas) con el cuerpo sin vida del niño. “Creo que querría aquella foto de prueba para un futuro”, dice su nieta, 43 años después, y a muchos kilómetros de distancia de aquel hospital.
Las suspicacias de la abuela paterna de Cristina resultan curiosas, por premonitorias, puesto que en esos años apenas si corrían rumores contrarios a la clase médica y al sistema sanitario nacional. No se sabía, a pie de calle, lo que hoy está probado que ocurría en hospitales e inclusas. Monjas, curas y ginecólogos, abogados y notarios componían tramas como las que, presuntamente, existían en Pamplona o Bilbao. Hospitales y clínicas de renombre como el O’Donnell madrileño está actualmente bajo sospecha a consecuencia de supuestos engaños y coacciones a madres solteras, mancebas de sacerdotes y un largo y variado rosario de casos. Todo aquello no se conocía en aquel 1967.
El cadáver de Jesús, oficialmente, fue enterrado en el cementerio de La Línea tras recibir el bautismo, en un acto del que se hizo cargo el propio Hospital y por el que Adela Carrasco pagó la cantidad de 500 pesetas. Volvió a Donosti, destrozada por el hijo perdido. Con esfuerzo, se recuperó de la depresión en la que cayó por lo ocurrido. Y volvió a ser madre. Cristina es muestra de ello.
“No figura en ningún sitio”
Cada verano, al regresar a su localidad de origen, Adela y sus cuatro hijas visitaban la tumba del niño, de su hijo, de su hermano, de Jesús Díaz Carrasco. O, al menos, ésa en la que ponía la inscripción “Jesús Díaz Carrasco”. Esa tumba que en 1980, con motivo de unas obras en el camposanto linense, desapareció para ellas y no volvieron a encontrar.
La penúltima parte de la historia de Cristina comenzó hace tres años y continúa hoy. Su inicio vino cuando, al morir Adela, quisieron ponerle como recuerdo, en su lápida, la fecha de la muerte de su hijo, de Jesús. Y ahí, las sospechas de aquella abuela recelosa, de aquella abuela que muestra incredulidad mientras posa para una foto con el cuerpo de un niño muerto, tomaron cuerpo de nuevo. “En el registro del cementerio, mirando hoja por hoja, nos dijeron que no tenían constancia de que se hubiera enterrado allí ni a mi hermano ni a ningún otro bebé: ni ese año, ni el anterior, ni el posterior”, cuenta Cristina. En el Registro Civil ocurrió lo mismo: “No existía certificado de defunción de Jesús Díaz Carrasco”. Tampoco de nacimiento. “Tan sólo pudimos recuperar la hoja del ingreso de mi madre en la cual pone que dio a luz un varón por ventosa el día 5-11-67”. Jesús, oficialmente, ni había nacido ni había muerto. En el cementerio, oficialmente, no se enterró ningún niño. El bebé de la fotografía, fuera quien fuera, nunca estuvo tras esa lápida a la que Adela y sus hijas llevaban flores. Ni ese bebé ni ninguno. Llevan dos años esperando una respuesta desde el hospital de La Línea.
Numerosos casos sin cerrar
Garzón se inhibió de la causa sobre el Franquismo con ese auto antes mencionado, después de ordenar a 7 juzgados que investigaran. Un auto que limitaba la consideración de “niños robados por el Franquismo” a la Guerra y la inmediata posguerra. En él se decía, literalmente: “Según se desprende de los documentos aportados y de los estudios realizados, podría haberse desarrollado un sistema de desaparición de menores hijos de madres republicanas (muertas, presas, ejecutadas, exiliadas o simplemente desaparecidas) a lo largo de varios años, entre 1937 y 1950, bajo la cobertura de una aparente legalidad, al contrario de lo que décadas después ocurriría en Argentina, pero, precisamente por ello, con unos efectos más perdurables en el tiempo y más difíciles de detectar y hacer que cesen". Esa descripción serviría para los casos que, presumiblemente, habrían ocurrido en la cárcel de mujeres de Saturraran, en Guipúzcoa, pero no para casos como el de Jesús Díaz Carrasco. Primero, porque Adela no era una presa ni estaba muerta. Segundo, porque ocurrió años más tarde del intervalo mencionado en el auto.
“No figura en ningún sitio”
Cada verano, al regresar a su localidad de origen, Adela y sus cuatro hijas visitaban la tumba del niño, de su hijo, de su hermano, de Jesús Díaz Carrasco. O, al menos, ésa en la que ponía la inscripción “Jesús Díaz Carrasco”. Esa tumba que en 1980, con motivo de unas obras en el camposanto linense, desapareció para ellas y no volvieron a encontrar.
La penúltima parte de la historia de Cristina comenzó hace tres años y continúa hoy. Su inicio vino cuando, al morir Adela, quisieron ponerle como recuerdo, en su lápida, la fecha de la muerte de su hijo, de Jesús. Y ahí, las sospechas de aquella abuela recelosa, de aquella abuela que muestra incredulidad mientras posa para una foto con el cuerpo de un niño muerto, tomaron cuerpo de nuevo. “En el registro del cementerio, mirando hoja por hoja, nos dijeron que no tenían constancia de que se hubiera enterrado allí ni a mi hermano ni a ningún otro bebé: ni ese año, ni el anterior, ni el posterior”, cuenta Cristina. En el Registro Civil ocurrió lo mismo: “No existía certificado de defunción de Jesús Díaz Carrasco”. Tampoco de nacimiento. “Tan sólo pudimos recuperar la hoja del ingreso de mi madre en la cual pone que dio a luz un varón por ventosa el día 5-11-67”. Jesús, oficialmente, ni había nacido ni había muerto. En el cementerio, oficialmente, no se enterró ningún niño. El bebé de la fotografía, fuera quien fuera, nunca estuvo tras esa lápida a la que Adela y sus hijas llevaban flores. Ni ese bebé ni ninguno. Llevan dos años esperando una respuesta desde el hospital de La Línea.
Numerosos casos sin cerrar
Garzón se inhibió de la causa sobre el Franquismo con ese auto antes mencionado, después de ordenar a 7 juzgados que investigaran. Un auto que limitaba la consideración de “niños robados por el Franquismo” a la Guerra y la inmediata posguerra. En él se decía, literalmente: “Según se desprende de los documentos aportados y de los estudios realizados, podría haberse desarrollado un sistema de desaparición de menores hijos de madres republicanas (muertas, presas, ejecutadas, exiliadas o simplemente desaparecidas) a lo largo de varios años, entre 1937 y 1950, bajo la cobertura de una aparente legalidad, al contrario de lo que décadas después ocurriría en Argentina, pero, precisamente por ello, con unos efectos más perdurables en el tiempo y más difíciles de detectar y hacer que cesen". Esa descripción serviría para los casos que, presumiblemente, habrían ocurrido en la cárcel de mujeres de Saturraran, en Guipúzcoa, pero no para casos como el de Jesús Díaz Carrasco. Primero, porque Adela no era una presa ni estaba muerta. Segundo, porque ocurrió años más tarde del intervalo mencionado en el auto.
Sin embargo, Cristina no está sola, ni lo ocurrido con Jesús es único. El sociólogo Francisco González de Tena aseguró en un estudio tener comprobado que en la madrileña maternidad de O'Donnell, ya mencionada, había ocurrido lo mismo también en los años 60. Aquello que la abuela de Cristina no sabía, aunque su instinto de abuela se lo susurrara, se conoce hoy. Aquellas redes de adopciones ilegales a favor de las “familias bien” han sido profusamente descritas. A través de Internet han canalizado la búsqueda de otras historias similares. “Hemos recibido cientos de mensajes de más afectados en las mismas circunstancias que nosotras. Tenemos casos desde Bilbao hasta Cádiz de víctimas de tráfico de bebes durante la Dictadura”. Si en Argentina grupos como “Madres e hijos por la verdad” llevan años funcionado, en España la lucha es moderna y en Internet. Se lleva a cabo, por ejemplo, a través de un grupo de Facebook de “Afectados Clínicas de España, causa niños robados”. A través de él esperan seguir consiguiendo apoyos y visibilidad y conociendo otros casos.
Quizá, estos días, Cristina sueñe. Quizá sueñe que el Hospital municipal de La Línea, dos años después, le muestra algún documento que le diga qué pasó, de verdad, con su hermano. Quizá sueñe con que le cuenten que su hermano no murió, que le pusieron otro nombre y otros apellidos y vive sin conocer su auténtica identidad. O quizá sueñe con cruzarse un día con él, con una casualidad imposible, con la utopía de unas pruebas de ADN. Quizá los sueños no se cumplan. Pero nadie le va a quitar a Cristina las ganas de intentarlo.
32 comentarios: on ""Los niños robados del Franquismo""
Y el PP sigue sin condenar estos hechos. No estaría mal que ahora se descubriera que alguno de ellos es un "robado".
Extraordinario artículo. Enhorabuena
Para el anónimo iletrado, mal informado, para que ya no repita la monserga de siempre:
http://www.elpais.com/articulo/espana/PP/condena/golpe/Franco/promete/honrar/todas/victimas/Guerra/Civil/elpepiesp/20021121elpepinac_22/Tes/
Pues nada, como te gustan los links y no las monsergas, te dejo otro sobre cuántas veces el PP ha tomado la vía del medio, o se ha enrocado en subterfugios legales, para NO CONDENAR el Franquismo:
Lee un poquito tú también
Iletrado, me lo puedes buscar en El País, que me fío más que de un blog escorado hasta partirse (de risa)¿
Gracias iletrado.
Es muy interesante,debe de ser muy duro para una madre.Pienso,como madre que soy,muchas veces en las adopociones de niños y niñas de muchos países que pasan por estas circunstancias,no sé hasta qué punto hacemos un bien o un mal adoptando a esos bebes sin que nadie ponga freno a las autoridades y gobiernos de ciertos lugares,una madre o un padre no se desprenden de sus hij@s por agrado, ni tan sólo por dinero,tiene que haber alguna cosa más,creo yo.
Gracias por este artículo tan bueno e interesante.
Son historias trágicas, que deben ser investigadas y dadas a conocer.
Ésto recuerda el robo de niños durante la dictadura de Videla. :(
Hace un tiempo hice referencia a estos abominables hechos en un post: http://labasquebondissante.blogspot.com/2009/11/lo-que-no-te-cuentan-de-la-historia.html
Lo peor ques que se sucedieron a lo largo de todo el intermonable franquismo. Es más, los gurús franquistas de la psiquiatría (Vallejo Nágera y López Ibor) apoyaban el hecho incidiendo en que la semilla de la idiocia y de la anormalidad estana en la mujer roja. Y nadie ha pedido perdón por estos "razonamientos" pseudo científicos basados en presmisas abominables.
Vamos a remediarlo Juli Gan. Saca la güija.
El peneuvero sabe mucho de estas atrocidades. Pertenece a un partido que sigue rindiendo hoy, 2010, pleitesía pública, sin dobleces ni disimulos, a uno que decía burradas iguales. La sede más peneuvera lleva su nombre en Bilbao, en homenaje a sus tesis. Es lo que tiene el fascismo que está como el amor, in the air, lalalalalalalaaaaaaaa!!!!
Parafraseemos a Hayek, y dediquemos el día a los fascistas de todos los partidos.
Gran post, Juligan.
Anónimo de las 11:39: sin referencias a ningún peneuvero en concreto, simplemente mostrando tu opinión sobre las tesis de Sabino Arana, hubiera quedad mucho más elegante.
HOmbre anonimo,no se yo. Pero comparar a Sabino que purgo durante toda su vida con bastantes años de carcel solo por expresar sus ideas y sin hacer daño ni a una mosca con estos genocidas del 36 me parece demasiado incluso para blogeros de tu formacion y nivel intelectual.
NO necesitaras que te haga un croquis para que entiendas que SABINO ARANA jamas cometio delito alguno.
Por otro lado, hablar del racismo de Sabino y esas tonterias en una epoca como aquella en la que el gobierno español aun mantenia legalizada la esclavitud o en Inglaterra donde no se permitia votar a las mujeres, por no hablar de como estaban en los EEUU es de un profundo desconocimiento historico que asusta.
Si quieres hacemos un ejercicio practico y te traigo declaraciones de conocido politicos españoles de la epoca sobre el tema. Canovas entre otros.
Estaria bien ademas que fueses a tratar con tu psicologo la obsesion que tienes conmigo, no puede ser buena. Cuidate patriota.
Valiente anónimo de las 11:39: Ya que me invitas a sacar la ouija ¿Por qué? para hablar con alguna vetusta y difunta momia del PNV, podríamos hacer lo mismo con aquél homenajeadísimo político al que el PP rindió un entrañable homenaje y al que se le considera padre y fundador del estado político españols que fue Antonio Cánovas del Castillo, coetáneo de Sabino Arana. Todos los que tachan de racista al vizcaíno y que aplauden la memoria del bizco gaditano (sie es que lo conocen, porque aquí hay mucho ladrador de referencias)deberían saber que en cuestiones de racismo, el grano estadista español venerado por todos los cretinos que se atreven a hablar sin preguntar, Cánovas del Castillo era el number one. Aún a alguno le deberían temblar las orejas de lo que opinaba sobre los negros de Cuba.
Hombre, lo del Franquismo estaba INSTITUCIONALIZADO, no así otros ejemplos que se mencionan.
Don't feed the troll... ni caigan a su nivel. Si dejamos los comentarios de Xabier Bilbao y Juli Gan es porque al menos van identificados. Gracias.
Venga, que te lo explicamos. Como tienes el texto copiado en el portapapeles, puedes comparar lo que te admitiremos y lo que no.
Sabino sigue estando presente en tus oraciones (Xabier Bilbao, tiene nombre o al menos nick y se identifica por él, no como tú). Sigue orando. Me alegro por ti. Lo lamento por los demás.
Sigamos rindiendo culto al gran Sabino, Arana no sólo de apellido, hoy. Hoy que no ayer, que el hoy es más divertido, y sufrido, porque es lo que nos toca. Sabino tontainadas me la traen al fresco, y su época, a mi lo que me preocupa es que un partido que dice ser democrático sea confesional y rinda culto a un majadero rico en majaderías en el año 2010.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx ()chorradas insultantes sobran).
Qué asco que hasta un tema como este sea aprovechado por algunos para decir lo de siempre. Por un lado y por otro.
Al señor Javier Domínguez:
Ya estamos con los unos y los otros y la hipócrita equdistancia de los que no condenan el terrorismo.
Has de saber como periodista que la rigurosidad de los reportajes deben basarse en las fuentes fidedignas, y, por favor, no nomezclando unos temas y otros.
Respeto que en este blog de izquierdistas (incluidos antisistemas como su hermano) hagan o digan lo que les venga en gana. Pero no mezclen el terrorismos con las ideologías.
María Puy: ¿Lo de las equidistancias lo son sobre el tema de los niños arrancados por los derechistas a las rojas? Porque para hipocresías la de los fanáticos defensores de la familia. Y para decir que "respetas", en fin, no sé yo que entiendes por respetar diciendo ciertas lindezas de los que piensan diferente que tú.
¿Perdón, Maria Puy? Creo que me he expresado lo suficientemente claro: yo hablaba de niños secuestrados en el Franquismo, y ni he mencionado ni he apuntado nada sobre terrorismo. Y tampoco hay comentarios en esta entrada sobre terrorismo, salvo que me corrija y me diga lo contrario.
Las fuentes empleadas para el artículo están lo suficientemente referenciadas (vea los links) como para considerarlas fidedignas.
¿Mezclar terrorismo con ideologías? No habré sido yo quien lo haga. No entiendo de dónde saca en el reportaje el tema del terrorismo, la verdad.
Por cierto: no, el señor Juan José Domínguez no es mi hermano. Debería contrastar fuentes ;-)
Ahora que releo lo de Xabier Bilbao,que mal andan algunos de cultura política. Si es que repetir los mantras que dan en la calla Génova ahuecan la mente
Ya estamos con los conmigos o contramís de don-doña-do-ut... juli gan.
Mi sensible anónimo de las 18:03: Creo no haber manifestado esa máxima, que es ciertamente bastante mínima. Esto no es un partido de rugby. A decir verdad mi intervención, de la que usted extrae cosas que de otr@s comantaristas no (curioso, de verdad), afea la conducta a quien pretende crear bandos entre equidistantes, marcianos y miembros de la tuna de la universidad complutense.
Juli Gan, no sé si es el mismo anónimo que a mí me acusaba de equidistancia entre terroristas y víctimas, no lo sé. Un saludo.
Y los cometaristos, tiene usted algo contra los comentaristos?
¿La tuna es también por arrobas o podemos limitarla a cuarto y mitad de un mililitro, pareciéndome, aún y todo, demasiado?
para oponerme a sus criterios no me hace falta recalar en Genova, que yo soy más de la tesis de que es hijo del Prícipe de Viana, que pese a ser igual de falsa que la que usted alambica, con posible riesgo de intoxicación por plomo, como Mozart, es más de andar por casa, o por el rellano de la escalera, a lo Buero Vallejo.
Anónimo, la insinuación de "intoxicación por plomo" también sobra.
Plúmbeo anónimo: Si lo único que se te ocurre para rebatirme es si uso arrobas para ampliar el número de comentaristas y no centrarme sólo en un género es que tu capacidad retórica no es muy buena. Poca imaginación para dibujar en los comentarios tienes. Me da igual si crees en la herncia del príncipe de Viana, de Bekelar o en las galletas maría.
Ah, y el genio musical fenecido por intoxicación de plomo fue beethoven, no Mozart.
????????....El sol..joven y fuerte ha vencido a la luna que se aleja impotente del campo de batalla,la luz vence tinieblas por campiñas lejanas,el aire huele a pan nuevo,el cielo se despereza,ha llegado la mañana,y al amanecer con un beso blanco a mis niños desperté.sólo madre o padre con sentimiento lo puede hacer......!
Enhorabuena txistorreros, menuda semana llevais! Política, actualidad, internacional, tragicomedia, investigación y bien de polémicas!!!
Juligan, con lo fácil que hubiera sido raspar en el hueso correcto para ver el chispazo... no te columpies tan facil,serhumano!!!
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