Ayer, uno de nuestros lectores colgaba en una entrada del blog el link a un artículo sobre el Beti-Jai de Madrid, un frontón modernista de propiedad privada que, literalmente, se cae a pedazos. Decía la noticia que, en los próximos días, el consistorio madrileño va a entrar dentro de esta instalación deportiva "por acción sustitutoria, ante la pasividad de la propiedad, y con envío posterior de la factura por los gastos". Una buena noticia (así lo valora la propia plataforma) si finalmente la acción se concreta. Nosotros habíamos pedido, antes de que esto se conociera, un artículo a la Plataforma en defensa del frontón. Creemos que no sólo no queda obsoleto sino que, además, aporta interesantes datos y anécdotas sobre la historia del frontón.
Historia del frontón Beti-Jai de Madrid
Una lucha justa contra un mundo injusto:
1. Madrid, 1891: la pelota hace furor en Madrid
A finales del siglo XIX surge una tremenda afición a la pelota en Madrid. La familia Real, que veranea en San Sebastián, asiste a numerosos partidos durante sus vacaciones, lo que hace que se convierta en un deporte cortesano y de moda. Un empresario de Eskoriatza, José Arana, famoso por hacer fortuna gracias a un premio obtenido en la lotería nacional, es un gran aficionado a la pelota. Dueño de numerosos frontones decide construir uno en Madrid. Dicho frontón no ha de ser como los demás, tiene que ser el mejor, y para ello debe ser una versión mejorada del que ya posee en San Sebastián.
Con este objetivo en mente contrata a unos de los arquitectos más renombrados de la época, el cántabro Joaquín de Rucoba y Octavio de Toledo, autor entre muchas joyas del Ayuntamiento y el Teatro Arriaga de Bilbao, o de la plaza de toros (La Malagueta) y el Mercado de las Atarazanas de Málaga. En 1893 comienzan las obras. No va a ser un edificio más. Rucoba, conocedor de las más modernas técnicas constructivas de la época, emplea el hierro y el ladrillo como elementos principales de en su construcción. Asimismo emplea una estrategia novedosa. El edificio no se construye directamente sobre en el solar. Las columnas de hierro y la estructura se funden en fábricas y se montan sobre el solar. También se incluyen otras novedades como el uso, por primera vez en España, de vigas curvadas que permiten conseguir de forma sencilla la inclinación de las gradas.
2. Un espacio polivalente
Durante los siguientes años se celebrarán allí numerosos eventos sociales y culturales. El Beti-Jai no sólo es un frontón. En 1897 se celebran conciertos del orfeón pamplonés. En 1901 pruebas hípicas. Durante 1904 y 1905 el inventor Torres Quevedo realiza allí las pruebas de uno de sus inventos: El Telekino, precursor de los actuales mandos a distancia actuales. También es escenario de asambleas y mítines. Incluso llega a ser, durante la primera guerra mundial, el espacio donde realizan sus prácticas los alumnos de la academia militar Condo.
3. Decadencia del frontón
Sin embargo el deporte de pelota cae en desgracia. Por una parte surge la competencia de un nuevo deporte emergente, el futbol. Por otra parte la prohibición de las apuestas deportivas durante la dictadura de Primo de Rivera. Y finalmente que el recinto es descubierto, a diferencia de los otros 3 grandes frontones de Madrid.
En 1919 sus dueños deciden convertirlo en una fábrica de vehículos de la prestigiosa marca Studebaker, para lo que solicitan un licencia. Ahí empieza la primera y gran transformación del Beti-Jai. La cancha, anteriormente poblada de pelotaris se convierte en el solar sobre el que se levantan las naves de la fábrica. En 1925 el negocio se amplía con un taller mecánico.
Los años siguientes son oscuros. No se vuelve a tener noticias del edificio más allá de que durante la guerra civil se utiliza como comisaría y cárcel, y en la post-guerra como local de ensayo de las bandas de cornetas de La Falange.
4. La democracia le devuelve el prestigio perdido
Tras los años del desarrollismo, en los 60 y los 70, Madrid pierde gran parte de edificios históricos, parques, iglesias, palacios, caserones, y demás patrimonio, a manos de los empresarios que ven en la construcción un gran filón. Con la llegada de la democracia surge una corriente entre los profesionales de la arquitectura que trata de defender lo poco que queda en pie. Se incoan entonces cientos de expedientes para defenderlos. Entre ellos el del Beti-Jai en 1977.
Sin embargo, y a pesar de las buenas intenciones, el Beti-Jai sigue de nuevo ignorado. Pasan los años, aparece en numerosos catálogos oficiales de edificios a conservar, y nadie lo restaura. En 1987 es incluso escenario de un film de Basilio Martín Patino. En 1991, ante las crecientes amenazas de destrucción, se vuelve a incoar el expediente para protegerlo. Esta vez como BIC (Bien de Interés Cultural), tal y como recoge la nueva ley de patrimonio que databa de 1985. Sin embargo, dicho expediente no desemboca en una declaración final. A pesar de ello lo protege, pero no del todo.
5. A punto de sucumbir a la especulación inmobiliaria
En 2004 y tras unos cuantos y oscuros cambios de propietarios, el Beti-Jai pasa a manos de la empresa Aguirene S.L. Una sociedad inmobiliaria, con sede en San Sebastián, con un oscuro interés: convertirlo en un hotel de lujo aunque sea destruyéndolo parcialmente. Para ello no dudan en intentar por todos los medios conseguir desprotegerlo, incluso negociando con el Ayuntamiento un cambio de usos.
Por suerte la CIPHAN (Comisión Institucional para la protección del Patrimonio Histórico Artístico y Natural) no permite dicho cambio de uso y de nuevo el Beti-Jai se salva. A los pocos meses se conoce que detrás de toda esta trama estaba el caso Malaya, con Juan Antonio Roca al frente y Montserrat Corulla como testaferro suyo en Madrid.
En febrero de 2006 se aprueba, por unanimidad de todos los grupos parlamentarios, una proposición no de ley que el diputado Antonio Chazarra presenta en la Asamblea de Madrid, y que solicita la restauración del Beti-Jai. Sin embargo, tras un desafortunado incidente en la campaña electoral de las municipales de 2007 toda iniciativa de restauración cae en saco roto.
6. La plataforma salvemos el frontón Beti-Jai de Madrid
En verano de 2008, y a iniciativa de un vecino del barrio que consigue acceder al Beti-Jai y documentar gráficamente su estado de abandono, surge la plataforma en defensa del Beti-Jai. La iniciativa pretende sumar a todas las personas que a lo largo de los años han luchado por salvar el frontón. Finalmente, en enero de 2009, se firma el manifiesto de constitución oficial de la plataforma.
Desde entonces la plataforma ha desarrollado una serie de actividades que tienen como fin la restauración del Beti-Jai:
• Publicación de información a través de la web, el blog y la página de Facebook, así como comunicados a través de correo electrónico.
• Campaña de recogida de firmas tanto en papel como por internet.
• Reuniones con los responsables públicos en el Ayto. y la Comunidad de Madrid, y contactos con distintas instituciones (UNESCO, COE, Federaciones de pelota, etc).
• Acciones públicas para divulgar la existencia del Beti-Jai: actos en el Ateneo de Madrid, en el Círculo de Bellas Artes, en la Escuela de Arquitectura, y allí donde nos han llamado.
• Entrevistas en prensa escrita, radio y televisión.
• Etc, etc, etc …
En la actualidad, y a pesar de los desperfectos que sufre el frontón somos positivos en cuanto a su recuperación. Hemos conseguido el apoyo de UNESCO, del COAM, de las federaciones de pelota, de numerosas instituciones, así como los compromisos por parte de Comunidad y Ayto. de recuperarlo. Cabe destacar el gran apoyo popular obtenido a través de Internet, donde numerosos bloggers han publicado información sobre el Beti-Jai, difundiendo su existencia y evitando que caiga en el olvido.
3 comentarios: on "Hay gente que pide salvar el Beti Jai de Madrid"
Muchas gracias por difundir la historia del Beti-Jai. Cuantos más sepamos que existe más difícil será que desaparezca.
Salu2,
Plataforma Salvemos el Frontón Beti-Jai de Madrid
Gracias a vosotros y en especial a Igor por el pedazo de artículo que se ha trabajado. Más salu2.
Y no tenga el mismo destino que el Euskal Jai
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