Hoy es mi día

Por TERE SÁEZ

Técnica de igualdad y persona con discapacidad

Hoy es mi día. Y no lo digo solo por el hecho de sentirme Navarra, a pesar de que apoye y mal hable el euskara, quiera ver la ETB y no me desagrade la euro región con la CAV y Aquitania. Me refiero también al día internacional de las personas con discapacidad.

Lo digo, porque así me considero por tener fibromialgia y Cáncer de mama. Y considerarme discapacitada, no significa incapacitada para participar en la sociedad como sujeto de derecho en el ejercicio de ciudadanía. Es verdad, que el estar momentáneamente en una silla de pruebas, ha supuesto un aumento de mi conciencia y empatía con quienes vivimos de forma permanente la discapacidad de una manera u otra. Por eso este 3 de Diciembre es Día Internacional de las Personas con Discapacidades. Y cuyo lema es "Realización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para tod@s: Empoderamiento de las Personas con Discapacidad y sus comunidades alrededor del mundo", haciendo referencia a la meta de que las personas con discapacidad gocen de sus derechos humanos plenamente y en igualdad de condiciones y su participación plena y efectiva en la sociedad, establecido por el Programa de Acción Mundial para las Personas con Discapacidad, aprobado por la Asamblea General en 1982.

Yo no puedo, ni quiero, olvidarme de la perspectiva de género y adherirme a la solicitud de la Confederación Estatal de Mujeres con Discapacidad en su manifiesto “Por la visibilidad de las mujeres con discapacidad como sujetos de derechos”, en el que Exigen el cumplimiento de las recomendaciones establecidas por el Manifiesto de las Mujeres con Discapacidad de Europa en 1997, que en resumen implica el cumplimiento de los planes integrales para las mujeres con discapacidad en sus respectivos territorios. El ser Contempladas en la aplicación y desarrollo de la Ley para la Promoción de la Autonomía Personal. La visibilidad de las mujeres con discapacidad en todos los ámbitos. El acceso a los recursos por parte de las mujeres con discapacidad, en igualdad de oportunidades, especialmente en lo que concierne a la salud sexual y reproductiva que permitan el control y toma de decisiones sobre la propia vida la maternidad y el placer sexual. El uso de un lenguaje y una herramientas de comunicación no sexistas, que garanticen una imagen social de las mujeres con discapacidad alejada de estereotipos y prejuicios. Y el pleno reconocimiento de derechos como ciudadanas, con participación directa, a través del establecimiento de cuotas de mujeres con discapacidad en todos los ámbitos de la vida, junto a la inclusión de las organizaciones de mujeres con discapacidad en todos aquellos foros donde se aborden cuestiones relacionadas con las mujeres, como por ejemplo la violencia de género.

Y francamente, si la sensibilización respecto a las personas con una u otra discapacidad, está todavía lejana, mucho mayor lo es desde la mirada de la igualdad, aunque de obligado cumplimiento en el siglo XXI y avalada por unas leyes que así lo reconocen; aunque en este tema, una vez más debemos de decir que las leyes van por delante de la sociedad.