Farmacéuticos: objetores, vale... pero sin guardias

Por ELOY RABO

Aspirinas y juanolas

Farmacéuticos objetores (dos puntos):

Lo tengo comprobado, oigan. En Pamplona sólo hay dos clases de farmacias: las que venden condones y las que no. Y la diferenciación es muy sencilla. Si entran al establecimiento y ven a la izquierda un anuncio enorme de Blevit, Nutriben o similar, con niño rubio sonriente, no pidan profilácticos. Así de sencillo. O niños o gomitas.

Imagino que la diferenciación también servirá ahora que menos de un 3% de los farmacéuticos navarros, unidos en una plataforma, han pedido no vender la píldora del día después. Con o sin receta, que lo mismo da, porque lo que argumentan son motivos de conciencia. Y esos motivos no entienden ni de leyes ni de estudios científicos, así que no tengan los cojones de venderlo como si, en realidad, se preocuparan por la salud de quienes toman la pastillita. Lo que les preocupa no es su salud, sino sus almas.

En el fondo, aquellos a quienes no les den el “abortivo” deberían estarles agradecidos porque estarán salvándoles de las llamas del infierno. Si de paso consiguen, señalándoles ustedes el anuncio de los potitos, que se planteen dar hijos a Dios, ganarán punticos para el Día del Juicio. Lo mismo se salvan dos semanas del cilicio por tan magno gesto. O lo mismo ustedes, en vez de dar monedas para la zona azul, como los comerciantes, dan fichas para encender velas en la Catedral. Toda intercesión viene bien. Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de la farmacia, amén.

De todos modos, y ya que la píldora o los preservativos son cosas que pueden necesitarse “de urgencia” (ustedes no, que no gastan de eso... pero muchos conciudadanos sí), propongo que aquellos de ustedes que no dispensen condones ni anticonceptivos de ningún tipo no puedan ser farmacia de guardia. Porque, claro, es como si un policía municipal se escudara en motivos de conciencia para multar sólo a los que no son de su pueblo: sería inútil para patrullar. Pues ustedes, señores, lo mismo. Si no dispensan de todo lo que deberían dispensar, no harán guardias. Si no venden profilácticos, que son legales (la moralidad no es ley, no lo olviden) no venderán nada.

Igual con la cartera menos llena se replanteen que no todos hacemos en nuestro trabajo sólo lo que queremos, que para eso es un trabajo y no sólo una vocación (mariana, por supuesto). Y oigan: ya que el malvado Zapatero quiere quitar los crucifijos de los concertados, según dicen ustedes (que son los mismos), pídanle los Cristos y cuélguenlos en la puerta de sus farmacias. Así nos ahorran hasta entrar en sus garitos para comprobar si tienen el cartelito de las papillas.