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El análisis y comentario político, de cuestiones navarras y del resto del mundo, nos lo da sin tapujos el politólogo y escritor Juan José Domínguez

Juan José Domínguez

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Economía

martes, 22 de diciembre de 2009

El 1 de enero... malos humos

Por MIGUEL IZU
Fumador pasivo


Afortunadamente el Gobierno de España parece que va a corregir el tremendo error que cometió hace cuatro años con la ley del tabaco. Se abandonará esa idea majadera de que puede haber bares y restaurantes para fumadores y bares y restaurantes para no fumadores, y se prohibirá fumar en todos, que es lo que debiera haber hecho desde el principio.

A la idea ya se han opuesto con un fervor digno de mejor causa los hosteleros. Parece que están empeñados en convertirse en la reserva espiritual del tabaquismo en Occidente. Alguno de sus argumentos tiene cierto fundamento, como su queja por las inversiones que tuvieron que hacer para adaptarse a la ley y separar espacios y que con la anunciada reforma dejarán de tener sentido.

Efectivamente; esa mínima proporción de hosteleros que hicieron las obras deberían ser indemnizados después de una operación de búsqueda e identificación (¿alguien conoce algún bar de Pamplona que separó espacios? Por favor, díganmelo para ir a conocerlo antes de que desaparezca). Tampoco nos va a salir muy caro a los contribuyentes. Pero la mayoría de sus argumentos carecen de la más mínima base. Las enormes pérdidas económicas y la desaparición masiva de puestos de trabajo ya fueron anunciadas por otros agoreros en los países que han ido introduciendo la medida en los últimos años. Luego resulta que no ha pasado nada; que los bares en Irlanda, Reino Unido o Italia siguen funcionando igual o mejor.

Me da que los hosteleros, de tanto trajinar al otro lado de la barra, no se enteran de lo que sucede a este otro lado, el de la clientela, como no se enteraron nuestros legisladores con esa idiotez de dividir los locales. Parecen creer que nuestra sociedad se compone de familias de fumadores y familias de no fumadores; las primeras cuando salen a celebrar un cumpleaños van a un restaurante con zona de fumadores; las segundas hacen lo propio en un comedor para no fumadores; y todos tan felices. También las cuadrillas de amigos se dividen con tan sabio criterio; las cuadrillas de fumadores que han quedado para tomarse unos potes acuden a los bares de fumadores, donde se encuentran con otras cuadrillas compuestas exclusivamente por fumadores, y disfrutan todos ellos en común del placer de crear y compartir un cálido ambiente con su buena concentración de nicotina y monóxido de carbono. En cambio las cuadrillas de no fumadores acuden a los bares de no fumadores, donde se relacionan con otras cuadrillas de su especie, y todos juntos disfrutan de respirar únicamente oxígeno y nitrógeno sin humo de tabaco. Por otro lado, los fumadores trabajan en empresas donde todos son fumadores. Así que cuando salen a echar ese café de media mañana, o esa caña después del trabajo, o cuando celebran una comida o cena prenavideña, no tienen problema en elegir una cafetería, un bar o un restaurante para fumadores. Los no fumadores trabajan en empresas de no fumadores, y no tienen problemas en hacer otro tanto acudiendo a locales sin humo.

Efectivamente, estimado lector, todo esto es una sandez y la realidad no es así. La realidad es que los fumadores están infiltrados en casi todas las familias, las cuadrillas de amigos y centros de trabajo, hasta tal punto de que los no fumadores prácticamente no existen, lo que existen son fumadores y fumadores pasivos, porque los que no queremos fumar no tenemos más remedio que hacerlo de vez en cuando al compartir espacios con humo. Y esa es la razón del fracaso de esa ley que pretendía que los locales de hostelería optasen entre ser para fumadores o para no fumadores. Los bares que pretendieron la segunda opción fracasaron; pero no porque, como parecen creer en su ignorancia los jerifaltes de los hosteleros, porque su clientela fuera mayoritariamente de fumadores que desertaron ante la imposibilidad de fumar. En realidad, como dicen las estadísticas oficiales la mayor parte de la población y la mayor parte de la clientela de la hostelería está constituida por sufridos fumadores pasivos que desean ser no fumadores. Lo que sucede es que los fumadores tienen mucho morro. Exigen acudir a bares donde se pueda fumar; a restaurantes donde se pueda fumar; a cafeterías donde se pueda fumar; y exigirían ser tratados en hospitales donde pudieran fumar si se les diera la opción.

Los fumadores pasivos somos blandos. Con tal de no romper la amistad, o el compañerismo, o los lazos de sangre, transigimos. Les acompañamos a beber a los bares de fumadores y a comer a los restaurantes de fumadores. Soportamos que en la aplicación de la ley del tabaco (una ley hecha supuestamente para protegernos) nos tomen por el pito de un sereno. Soportamos cosas como que (lo que viene a partir de aquí son hechos rigurosamente reales) si vamos a cenar un grupo de amigos donde los fumadores son exigua minoría, estos reserven en el comedor de fumadores sin dar la mínima opción a discutirlo. Soportamos que si no les ha funcionado la jugada y estamos cenando en un comedor de no fumadores, la camarera les autorice a fumar después de la cena con la excusa de que casi no queda nadie en el restaurante. Soportamos reservar mesa en el comedor de no fumadores y que al llegar el camarero nos informe que esa noche, como había poca clientela, solamente han abierto el comedor de fumadores. Soportamos reservar en el comedor de no fumadores y conseguir ocupar nuestra mesa, y que nuestros amigos fumadores se pongan a fumar con el argumento de que los camareros no les han dicho nada. En todos esos casos soportamos; renunciamos a pedir la hoja de reclamaciones en el restaurante, renunciamos a montar un escándalo que nos impedirá volver, renunciamos a denunciar a nuestros amigos ante la autoridad competente, renunciamos a romper con los amigos.

Así que nos han obligado a ello. Para poder seguir manteniendo la amistad, o las buenas relaciones y el compañerismo con los colegas del curro, o las buenas maneras con el resto de la familia, nos hemos amotinado. Aprovechando que la mayoría de los votantes, que la mayoría de nuestros representantes, somos o queremos ser no fumadores, vamos a hacer una ley prohibiendo fumar en los espacios compartidos. No tendremos que cabrearnos más y salvaremos nuestras relaciones sociales.

Hosteleros, tranquilos. Ahora serán ellos, los fumadores, los que se tengan que resignar. Algunos refunfuñarán y se resistirán (otros son inteligentes y educados y aceptan la ley), y a lo mejor los primeros días dicen que prefieren quedarse en casa, pero seguirán yendo a los bares y a los restaurantes. Y, sobre todo, los que más de una vez nos hemos ido de un bar porque no aguantábamos el humo, nos quedaremos y haremos más gasto; y mucha gente que no va a los bares porque no aguanta el humo, empezará a ir; y muchos padres que no van porque no quieren ahumar a sus niños, también. Y lo que os vais a ahorrar en ceniceros...

16 comentarios: on "El 1 de enero... malos humos"

Anónimo dijo...

¿Y toda esta mole de artículo para restringir la libertad? El resumen es sencillo: por cojones.Hubiera acabado antes.

¿Por qué es ilegal hacer uso de un producto que se vende legalmente?

Hipócritas.

Anónimo dijo...

Eso,eso, Izu: represión de fumetas.
Conclusión: en el último año ha aumentado un 7% el número de fumadores.
Y ahora la pregunta del millón:en Sanfermines,¿traemos a la Brunete fumarola para vigilar todos los bares en los que se fume?
A que no hay cojones!

Infantiko askatu dijo...

Admitiendo la bondad de tus razones para oponerte al tabaquismo, yo creo que ha llegado el momento de ir mas allá. Vemos por doquier el calvario que tiene que sufrir un fumador pasivo. Y en un alarde de europeísmo, llevamos el fervor antitabaco hasta el extremo de proscribirlo en los lugares públicos cuyos dueños legalmente deciden que en su bar se pueda fumar.

Yo creo que la solución es mas fácil: prohibir el cultivo, fabricación, distribución y venta del tabaco. El mono es jodido para un fumador pero en un mes solucionado el problema.

Respeto las razones de un no-fumador, pero quiero hacer notar algo que nadie pone en valor, que el fumador es un enfermo. El fumador es un drogadicto legal que va a morir dolorosamente por la droga que el estado le distribuye. El fumador quiere dejarlo pero no puede, y si lo consigue muchas veces vuelve. Me río yo de los que dicen que somos libres para dejarlo y que nadie nos obliga a fumar. Hay quien por el contrario, nunca vuelve a fumar. Yo lo hice, pero ¿qué hacemos con los enfermos que no pueden dejarlo?.

Si el tabaco mata, molesta, y me causa impotencia, no me digas dónde puedo o no puedo consumirlo, lucrandote a costa de mi enfermedad.

Simplemente. No me lo vendas.

Anónimo dijo...

Se puede hacer una cosa. Saber la parte del sueldo de nuestros políticos que es financiada con los impuestos del tabaco. Y después que se bajen el sueldo, ellos y todos los funcionarios en la misma proporción.

Así nos jodemos todos a la vez ¿no?

qué gente dijo...

Nadie dijo que el uso del tabaco es ilegal. Si te gusta beber lejia en la intimidad, hazlo, pero no se la des a los demas.

Pero vosotros no os dais cuenta que el fumador hace mal al resto, y esa es la razon de la regulacion del derecho a fumar?

Nadie prohibe en los bares beber vodka hasta intoxicarse, masticar tabaco o comer patas de cerdo hasta hacer explotar el colesterol.

El Maestro de Esgrima dijo...

Sin entrar en el tema de prohibir el tabaco o no que eso da para tres o cuatro posts en LTxD, creo que esta nueva Ley Anti-tabaco es una CAGADA, con perdón, del gobierno de ZP pues hace cuatro años hicieron a los hosteleros habilitar espacios para fumadores con toda la inversión que ello conlleva y que más de uno no habrá amortizado aún.

cameltrophy dijo...

Dice Izu que no ha visto bares con espacios diferenciados, pero unos cuantos sí hay. Pero no es problema de devolverle los dineros, que también: es problema de que en el tabaco, como en todo, se está yendo a salto de mata, con improvisación y con cortoplacismo.

Anónimo dijo...

¿Beber lejía? No sabía yo que los políticos la vendieran para el consumo humano, como sí se hace con el tabaco. (¿Qué bar fue el que dio algo parecido a un cliente en San Nicolas?, ¿y como en el Cordovilla alguien murió ahogado con un frito, a prohibirlos también?)

¿Por qué un empresario no puede poner un bar de fumadores, arriesgando su patrimonio en ello, y hay que limitarle su decisión? La puta, que obsesión tienen los políticos en seguir parcelando nuestra libertad como si fuéramos ganado. Estoy harto del papa-estado. El señor Izu como comunista no, por eso necesita no sólo decirnos esto es bueno y esto es malo, sino obligarnos a lo que es bueno y es malo.

¿Llegaremos al sin sentido de Holanda, que permite en los coffe shop fumar porros pero que en esos mismos locales si quieres fumarte un simple cigarro tengas que salir a la calle a hacerlo?

Los políticos, todos, viven a años luz del pueblo, y encuestazo a encuestazo así se ve. ¿Hasta cuando vamos a tener que soportarlos?

Anónimo dijo...

pues a mi me parece que nadie ha entrado en los argumentos de fondo que da Izu: la malisima educación que hemos tenido los fumadores nos lleva irremediablemente a esto. Aún recuerdo cuando a las ocho de la mañana me encendia mi primer habanos en la villavesa y como a alguien se le ocurriera abrir una ventanilla en invierno...... que gritos!! "que hace frío!!!" "cierra eso".
ahora a ninguno se nos ocurre fumar en el autobus.

Anónimo dijo...

La mala educación será la suya, que no todos los fumadores fumamos habanos en la villavesa ni somos tan malas bestias como nos quiere representar el señor Izu.

Patxi Telletxea dijo...

¡Qué razón tiene Miguel! Ahora irá más gente a los bares. Los fumadores podrán seguir haciéndolo, pero para ello se tendrán que mover. Pero luego pueden volver a entrar a los locales. Todos contentos, aunque los fumadores tengan alguna pequeña incomodidad. Gracias Miguel por tu claro y clarividente artículo

Otro fumador pasivo hasta los mismísimos dijo...

Pobrecitos, pobrecitos, pobrecitos, pobrecitos fumadores. Tan incomprendidos, tan perseguidos, tan enfermos, sufriendo tanto que alguno parece estar a punto de pedir la eutanasia. Pues que os den, cacho egoístas.

Multiesnifador pasivo dijo...

Tanta preocupación por la peña fumadora pasiva emociona, pero aprovechando la presencia de políticos varios,
¿no podrían extender la propuesta a otros humos tanto o más perjudiciales?

Las brutales emisiones que esnifamos a todas horas disciplinadamente, de vehículos y fábricas "inofensivas" hasta que se demuestra lo contrario (es decir, hasta el fiambre canceroso nº 10.000) ¿no preocupan a nuestros parlamentarios?
¿No se podría trabajar un poquico esa cuestión?

Anónimo dijo...

cameltrophy, ya me gustaría a mí también que publicaras la lista de bares con espacios separados en Pamplona. Y digo bares, no panaderías/cafeterías o restaurantes. Bares donde puedas echar un cubata o una caña sin humo.

Anónimo dijo...

el mundo esta lleno de inquisidores, de tontos y de intolerantes que cosa mas curiosa toda la vida fumando en todos los lados y es ahora cuando la gente se muere de cancer por ser fumador pasivo. Que de una vez den las estadísticas del cancer para que todos veamos como a bajado la estasdítica del cancer y si no que dejen de una vez a la gente tranquila, una exfumadora, salud

felicitat dijo...

Me gustaba la olor de tabaco cuando iba a ver a mi yayo,incluso ayudarle a liar el cigarro,yo sigo fumando.