Los más jóvenes del lugar no recuerdan, y probablemente ni les entre en la cabeza, que UPN tuvo un día un presidente del Gobierno que usaba txapela, iba al Oinez y saludaba en euskera. Pero es que tampoco los más jóvenes del lugar recuerden que UPN tuvo un día un presidente del Gobierno erudito y formado intelectualmente. Era Juan Cruz, Juan Krutz, Jon Gurutze, quien jamás tuvo en la cabeza el piquito que le pintaba César Oroz. Probablemente sería lo único que no tenía en la cabeza. Le sobraba talento para un partido cerrado, aizpunero, con cadenas por adentro y por afuera. También le sobraban pretensiones, y por ello se echó al monte para formar otro partido, quizá pensando que todos eran tan listos como él. Se olvidó de que la inteligencia gusta, pero no tira. Aquí somos más de cojones en la mesa, y de sanzadas que nos diviertan la sobremesa y el pacharán.
Su capacidad retórica y sus neuronas le sirvieron en un primer momento, pero poco a poco fue quedando atrapado en la pinza entre el navarrismo y el nacionalismo. Unos decían que nadaba y guardaba la ropa; otros creían que Alli estaba por encima de maximalismos. El caso es que le aplastaron, en el nombre de la gobernabilidad, la estabilidad y el "que vienen los vascos". Hoy deambula por el Parlamento, retirándose, despidiéndose, y sigue de librepensante. Por eso se tiene que sorprender cuando, en las comisiones, y ante mociones de NaBai o Izquierda Unida, él acaba votando contra el voto común y compadre de UPN y PSN. Cosas veredes, amigo Sancho. Y se preguntará si él ha cambiado tanto, si es que a sus 68 años se ha vuelto revolucionario. No, Juan Cruz, Juan Krutz, Jon Gurutze: no es eso. Pero tu reino no es de este tiempo. En realidad, tu reino no es ya de esta tierra. 
3 comentarios: on "Retratos "abstratos": Jon Gurutze, revolucionario"
Como bien dices, Eloy Rabo, ¡hubo una vez que la presidencia del Gobierno de Navarra la ostentó un tipo capaz y una persona honesta! Con sus defectos pero con grandes virtudes. Pero como él nunca se cansó de repetir, las fuerzas vivas nunca le perdonaron que un hijo de mancebo no plegara la testuz ante ellas.
Pero a su pesar, hubieran sido posible cuatro años más de presidencia si en aquel 1995 Otano y el PSN no hubieran metido.
Recuerdo con pesar aquella mañana que Juan Cruz nos contó cómo horas antes recibió una llamada desde Cordovilla para anunciarle: "mañana salimos con la cuenta suiza de Otano", que era decir: "lo hemos conseguido, nos hemos cargado el gobierno tripartito, a casa majetes".
¿Cómo hubiera sido Navarra si durante cuatro años más el presidente del Gobierno de Navarra no lo hubiera elegido Cordovilla y sí los navarros?
Nunca lo sabremos. Aquel intento fue a lo Martín L. King "he tenido un sueño". Pero nos despertamos en seguida.
La despedida de Juan Cruz de la política es un símbolo del fin de una época y la confirmación de que en política, hoy, solo quedan los mediocres.
Pero no seamos pesimistas. Siempre hay un renacimiento después de una decadencia. En 1995 no existía La Txintorra y otros ejemplos. Cordovilla ya no es tan fuerte.
El retrato realizado por Eloy Rabo me parece perfecto.Creo que en Navarra no ha habido otro político con su carisma y sencillez
Aunque nunca lo he votado,siempre me ha parecido una persona inteligente y coherente, a la vez que tolerante
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